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—Es una mala idea

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—Es una mala idea.

Bueno, a lo mejor no tan dispuesto a todo lo que dejar de lado su timidez involucrara.

—¡Claro que no, es brillante! Yo soy brillante. —Naruto se aduló a sí mismo, haciendo una pose altamente victoriosa para exaltar su "genialidad". Sasuke bufó, imposible que abandonara ese comportamiento, pero bueno, eran apenas unos niños que se podía esperar.

Sentados sobre una banca del comedor, como siempre, el par de amigos miraba con atenta dedicación la puerta de entrada a la cafetería. Esperando la aparición de cierta conocida cabellera violeta y peculiares ojos blancos que sólo cierta familia tenía fama de poseer.

—¿Y si-?

—No —interrumpió el rubio a su amigo, mirándole en desaprobación—, si no es hoy no lo haremos jamás. Y lo sabes, Sasuke.

—Pero ella ni siquiera sabe quien soy. —se quejó el azabache y Naruto rió.

—Quizá no, pero sí me conoce a mí ¡y con eso es suficiente como para presentarse con ella!

Sasuke guardó silencio, cruzándose de brazos con el ceño fruncido y con un pequeño mohín sobre sus labios. Odiaba cuando Naruto tenía razón más que nada porque pasaba en pocas ocasiones y estaba acostumbrado a siempre estar en él en lo correcto e imponer por sobre su amigo. Aunque, bueno, las cosas no siempre salen como se desea.

En unos momentos de espera más, Hinata entró, tal y como lo habían previsto. Naruto exclamó algo, a lo que no le presto atención, alegremente antes de sujetar su muñeca y jalarlo con él, aproximándose más y más a la niña. A medida que la distancia iba despareciendo, Sasuke podía sentir con claridad su cuerpo más pesado como si cada músculo de este se paralizara.

Todos menos su corazón que palpitaba con tal fuerza y velocidad que parecía pasar por algún tipo de problema cardíaco y grave.

—¡Hinata! —llamó el rubio, la susodicha giró su cabeza en dirección suya, una suave sonrisa se plasmó sobre sus labios al igual que un espontáneo sonrojo. Los pasos de Naruto seguían. No faltaba mucho para llegar con ella y eso aumentaba su ansiedad y nervios.

Pero Sasuke buscaba impedirse a sí mismo el acortar más la separación entre ellos. Hizo fuerza, intentado empujar a Naruto lo que casi funciona si no hubiera sido porque una vez emprendió carrera en dirección contraria, fue derribado por su mejor amigo.

—¡Suéltame, Naruto! —mandó, al sentir sus piernas apresadas por un fuerte abrazo que el Uzumaki le daba a estas y le prohíban el poder andar.

—¡No te irás, Sasuke, estamos muy cerca de que-!

—¿Na-Naruto, estás bien?

Antes de continuar con su discusión, ambos levantaron la mirada anteriormente puesta sobre su respectivo amigo para ahora observar a Hinata, quien denotaba una expresión de preocupación pura en su pequeño rostro. Naruto sonrió con inmensidad al verla ahí, ahora Sasuke no podría salir huyendo.

Por su parte, el Uchiha se quedó quieto aún sobre el piso, no pudo notar el momento en el que el oji-azul le había soltado y este estaba levantado, frente a la de cabellos violeta. Se encogió sobre su sitio, con un rubor que fácilmente pasaba inadvertido.

—Estoy bien, no te preocupes. —tranquilizó Naruto. Escuchó a Hinata soltar un diminuto suspiro de alivio.

Fue en ese preciso instante en que ella dio una mirada furtiva al niño al que Naruto derribó hace apenas instantes, fue a lo mejor pura coincidencia y azar del destino que él también le estuviera dirigiendo la vista. Se quedaron un segundo así, hasta que él apartó la mirada. Hinata no hizo demasiado esfuerzo para poder reconocerlo como el niño que vio la otra vez en la clase de Educación Física.

—¿Él está bien? —preguntó al rubio. Naruto le un rápido vistazo al azabache antes de sonreírle a su amiga.

—Hah, claro que sí —aseguró—. Sólo es algo idiota y tímido, pero se le llega a querer, ¡es mi mejor amigo después de todo! —Hinata escuchó al niño murmurar por lo bajo cuando Naruto le llamó idiota.

Hinata comprendía, ella era particularmente tímida en ocasiones. Soltó una risilla tierna que provocó el aumento del rubor en los pálidos pómulos de Sasuke.

—Lo entiendo —dijo. Antes de agacharse a la altura del oji-negro—. ¿Hola?—saludó con una sonrisa en sus labios. Sasuke se estremeció.

Le estaba hablando... ¡Maldita sea, Naruto!

No contestó al gesto amable de la oji-blanca y sólo se le quedó viendo fijamente, controlando su sonrojo tanto como le era posible al hacerlo, esto logró hacer a esta reír bastante nerviosa pues pensó que le estaba molestando.

—Vamos, Sasuke, no seas idiota, dile algo a Hinata —reclamó Naruto, dándole un golpe en la cabeza a su amigo a ver si así reaccionaba. Podía aprovechar para hacer esto porque Sasuke no reaccionaría de inmediato, pensaba aprovechar esto. Claro, luego estaría más que muerto.

A pesar de esto, Sasuke ni se quejó por el golpe.

—E-Estoy por pedir algo para comer —comentó la Hyuuga, jugando con sus dedos—. ¿No quisieran acompañarme?

Los invitó, nerviosa. No precisamente por el niño cual identidad desconocía (quizá con él se podría llevar bien si lo quería así) sino por el que conocía muy bien e impulsaba su lado tímido.

—¡Claro! —respondió Naruto por los dos, antes de agacharse al lado de Sasuke para susurrarle al oído—. ¿Lo ves? Va de maravilla. Ahora párate Sasuke, quedarás como un rarito frente a ella.

Resignándose a no quedar mal, al menos no con Hinata, Sasuke bufó antes de apoyarse sobre el suelo y levantarse quedando totalmente de pie frente a ella.

Hinata sonrió gentilmente. Sasuke tembló de forma imperceptible pero no soltó palabra alguna.

Iba a pasarla muy mal de ese modo en el receso si ella mantenía esa actitud amable con él.

Iba a pasarla muy mal de ese modo en el receso si ella mantenía esa actitud amable con él

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Shy ft. SasuHina [Naruto School AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora