Prólogo

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En la espesura de un lejano e inmenso bosque habitaba El lobo feroz, este era considerado una bestia temible, sin embargo nadie era consciente de la gran soledad que escondía bajo su piel y sus grandes y afilados dientes.

Estaba hambriento, pero no de carne, sino de afecto; no quería devorar, tenía la necesidad, era imprescindible para él apaciguar su hambre de cariño, pero para ello era necesario aprender a amar.

Caperucita roja y El lobo ferozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora