Capítulo 6

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El orgasmo debe ser una de las mejores sensaciones que un humano puede tener.
El que me provoca Susann es tan devastador, que me arroja a un vacío, el cual parece no tener fin.
Cuando la sensación acaba, escucho a Susann decir:
—Ivana... Shhh... Tranquila...—me llena de besos la cara y aparta el cabello de ésta. Nunca creí que tendríamos sexo tan pronto... Pero tampoco me quejo.

—Tú ya habías hecho un oral,¿no? —le digo mientras me siento en la cama.

—No, nunca.

—¿Qué?... Estás bromeando.

—No tendría por qué hacerlo, aquí la experimentada eres tú, no yo.

La observo, no veo indicios de que esté mintiéndome. Pongo mis manos en sus caderas, las paso suavemente arriba y abajo.
—Tal vez deberíamos de re...

Unos ladridos me interrumpen; Poppy llega corriendo hasta nosotras.
—¿Y tú quién eres amigo? —el perro menea frenéticamente la cola al ver a Susann.

—Se llama Poppy, ¿Es encantador verdad? —Ella toma al perro, éste le llena de "besos" la cara. Susann se ríe por ello, y yo le sigo.

—¡Es hermoso tu cachorro, Ivana! ¿Quién te lo regalo? —baja al perrito, y el se va.

—Leo —en cuento el nombre sale de mi boca sé que la acabo de regar.

—Mmm... —dice Susann mientras se baja de la cama.

—¿A dónde vas? —digo, no dejaré que se marche.

—A mi casa —se agacha y va juntando su ropa.

—No, no vas a irte —me acerco a ella y le quito las prendas.

—Sólo te lo voy a decir una vez, dame éso Ivana —la sonrisa que segundos atrás tenía, a sido borrada por una expresión de enojo inmensa.

—No voy a dártelo, así que por mí vete desnuda —me echo de nuevo a la cama.

—¡Dámelo Ivana Esmeralda Aranda Esquivel! —sus palabras me dejan en shock. Ése era mi nombre, antes de que Damaris decidiera adoptarme.

—Toma y lárgate. Cierra la puerta cuando salgas —le aviento la ropa, y me dirijo al baño.

—Ivana... —dice, pero no volteo a mirarla.

Al momento que llego a la regadera, lo primero que hago es llorar. No recuerdo la última vez que lo hice... Son tantos recuerdos, que resultan asfixiantes. O quizá es sólo el nudo que tengo en la garganta.

Unos golpes en la puerta detienen mi llanto.
—Ivana... —es Susann de nuevo.

—¡¿Qué parte de "lárgate" no entiendes?! —le grito, mientras trato de controlar mi hipo.

—¡Ivana por favor abre! —suena desesperada, pero no lo está más que yo.

Cierro el grifo, después me envuelvo en una toalla. Abro la puerta y la veo; sus ojos están llorosos, y ni siquiera se a vestido.
—¿Cómo sabes que ése era mi nombre? —cuestiono, la furia que siento en éste momento no se puede comparar con ninguna otra que haya experimentado.

—Yo... Yo... —unos toquidos la interrumpen , me acerco a ver de quién se trata: son nada más y nada menos que Dam y Ronny.

—Salvada por la campana, pero me debes una explicación, toma tus cosas y vete —digo mientras voy a la habitación para recuperar la ropa que llevaba.

Susann me sigue y se viste como puede en cuestión de segundos; abandona la habitación sin decir una palabra más —por su seguridad es mejor así—. Me pongo un vestido (para ahorrar tiempo), y salgo de mi recámara. Susann se levanta del sillón donde estaba sentada, abre la puerta y se va.

Damaris y Ronny le observan sorprendidos, pero en cuanto me ven, adoptan 2 expresiones totalmente diferentes:
Ronny corre hasta mí y me abraza.
Dam... Me mira ¿molesta?

—¿Hola peque, cómo estás?

—Bien Ivan, ¿por qué lloras? —pregunta preocupado.

—¿Yo?¿Llorando? Claro que no... Mejor ponte tus lentes —digo, intentando relajarlo—, ¿por qué no vas a jugar con Poppy, eh? Tiene muchas ganas de divertirse contigo enano.

El niño corre en busca del cachorro, segundos después se escuchan las risas de Ronny.

—¿Qué pasó con ésa chica Ivana? —dice Damaris— y no me digas que nada, está claro que lloraste, sabes que puedes decírmelo cariño —abre sus brazos y se acerca a mí. Camino a su encuentro y la abrazo; intentando hundir mis recuerdos en sus delgados pero reconfortantes brazos: en ésos brazos que son mi refugio cuando algo va mal; y lloro. Lloro por todo, por lo que pasó, por que ella junto con Ronny serán mi familia siempre a pesar de no llevar la misma sangre...

—Ella... Ella —y el maldito hipo no me deja hablar, tomo una respiración y trato de nuevo— Susann lo sabe Dam, sabe mi nombre... Mi antiguo nombre... Y si lo sabe, puede saber todo lo demás... —me separo de ella y me seco las lágrimas.

—Ivana... Pero no hay nada qué temer... No es algo de lo que tengas que avergonzarte... —Damaris está confundida, y al parecer herida.

—No Dam, es genial que me hayas adoptado... Pero, recordar todo... Que lo sepa, que se lo cuente a alguien más... Las miradas de lástima... No podría con  ello... Ya pasé por éso, no quiero hacerlo de nuevo.

—Me tienes aquí Ivana, y seguramente ésa chica no se lo dirá a nadie más... ¿Cuánto tiempo llevas conociéndola?

—2 días... —digo insegura.

—¿2 días? Tú no la conocías pero ella a tí sí, al parecer...

Me parece tan fuera de lugar todo... Susann me debe muchas... No, demasiadas explicaciones.

¿Un Triángulo Amoroso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora