Capítulo 24

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No estaba preparada para eso ni mucho menos para responder. Me quedé en silencio mientras miraba los árboles que pasábamos. Sentí la mirada de los tres chicos en mí, quería salir del auto y correr por las oscuras calles.

-_____... -dijo esa voz tan maldita mente ronca.

-Mamá, responde -susurró Edward. Iba a tomarlo del cabello y lo tiraría por la ventana.

-Bueno puedo esperar hasta que lleguemos -susurró Harry.¿Cómo se atrevía si quiera a preguntar eso frente a los gemelos? ¡Qué vergüenza!

Agradecí que inconscientemente tenga unos minutos demás para pensar.

Los gemelos se sentaron y amarraron sus cinturones (petición de Harry) miré a Harry y su perfil estaba preocupado, podía notarlo. Puse mi mano en su pierna para que se relajara.

Los gemelos se habían dormido y los animales estaban en una caja, separados ¿Cómo no me fije en las cajas?

Bajé del auto y entré a la casa escuchando un bufido por parte de Harry, yo no bajaría a los gemelos.

Entré a mi habitación y me cambie rápido, fue una mierda de noche. ¿Qué castigo le iba a dar a los gemelos de todos modos?

-¡No mientan! -se escuchó un gritó por parte de Harry.

-No te estamos mintiendo -no estaba segura de cual de los gemelos había sido ¿No estaban durmiendo?

-¡Joder! -unos pasos se escucharon hasta mi habitación y miré la puerta, Harry estaba de pie allí, me miró, dio media vuelta y se fue. Segundos después la puerta de salida sonó.

-Jesús -susurré. Camine hasta la habitación de Nick, estaban los dos allí.

-Mamá -murmuró Edward.

-Sin juegos, no fútbol y no salidas con Harry.

-¿¡Qué!? ¡Oh mi dios! Mamá no lo hagas -Nickolas se levantó de la cama y corrió hasta mí. Me estaba arrepintiendo hasta que vi a esa serpiente en la jaula.

-Nada. Fue desconsiderado por parte de ustedes llevar a esos bichos a la cena, asuman las consecuencias.

-Pero esos son tres castigos -bufó Edward.

-Saquen uno del castigo -estaba siendo buena persona. Ambos se miraron y hablaron a la misma vez.

-Salir con Harry.

-Los juegos -extendí mi mano en espera de que pusieran allí los juegos- Pueden pasarmelos todos, yo los guardaré -Edward hizo pucheros y Nick se levantó derrotado hasta el cajón- Los de Edward -Edward se paró molesto y a los segundos estaba con otros juegos en mi mano.

(...)

-No puedes pasar -Megan tomó mi brazo antes de que pudiera abrir la puerta del despacho de Harry.

-¿Por qué? -Harry no me había dicho sobre ninguna reunión.

-No lo sé, sólo tengo esa orden.

-Megan soy su novia -bueno, casi- ¿Puedes dejarme pasar? -después de una guerra de miradas, Megan abrió la puerta y entré. Harry tenía un montón de papeles sobre el escritorio.

-¿Qué haces acá? -preguntó sin mirarme.

-¿Estas muy ocupado? Quería que fuéramos a almorzar juntos, es mi hora -sonreí, aún estaba en la puerta.

-No puedo -¿No podía? Pero si él podía salir cuando quisiera.

-Harry -fruncí el ceño, estaba raro. Camine hasta detrás de su silla y apoye mi cabeza en su hombro.

Papá por accidente (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora