Harry - 7 años.

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Will y yo estábamos jugando a molestar a mamá, a veces era divertido hacerlo y aunque ya somos grandes, mamá nos sigue confundiendo.

-Tienes que ponerte esto -susurró Will.

-Y tu mi pijama -susurré.

-Harry, esto será muy gracioso -rió, verlo a él era igual que verme en un espejo.

-¿Vamos a andar solos?

-Sí y vamos a poner muy nerviosa a mamá.

-Se va a enojar -aseguré.

-¡Va a ser gracioso!

-Vale, pero te culparé a ti sobre todo -reí.

-Intentemos con Gemma, si ella nos descubre no podremos seguir con esto -Will era muy travieso.

-Iré yo a despertarla, y si me dice Will seguimos con el plan -le dije.

-Dale, ve.

Caminé hasta la habitación de Gemma y bufé al ver todos esos pósters en su pared, ya estaba despierta y estaba dibujando unas cosas en un cuaderno.

-¿Will, qué haces acá?

-Nada, sólo venía a saludarte -reí.

-Oh, hola -Gemma tenía once años (era cuatro años mayor que nosotros) pero siempre ha sido muy inteligente.

-Me voy, adiós -dije y corrí hasta la puerta. Will me estaba esperando con una sonrisa en los labios y cuando asentí corrimos hasta la calle para andar en bici solos.

Comencé a gritar el nombre de mamá y cuando salió nosotros ya estábamos arriba de nuestro regalo.

-¡Will! ¿qué hacen? ¡Es peligroso, aún no saben andar bien! -gritó mamá.

-¡Si sabemos! -grité yo, a veces estaba acostumbrado a que me dijeran Will. Mi hermano estaba ya lejos pero luego se devolvió pasando por el lado de mamá, yo sólo estaba dando vueltas cerca de nuestra casa.

-¡Harry, no vayas tan lejos! -gritó. Will no respondió porque quizás el no estaba acostumbrado a que lo llamarán Harry, aún no entendía porque a él le gustaba andar tan fuerte y a mi no.

-¿Mamá, nos vas a dar pastel? -me bajé de la bici y caminé hasta ella.

-Si, Will -tocó mi cabeza y siguió viendo como el verdadero Will volaba sobre la bici.

-¡Harry! -gritó mamá corriendo hasta él- ¡Harry cuidado! -gritó lo más fuerte que pudo, Will no le hizo caso y cuando lo miré nuevamente ya no estaba sobre nuestro regalo, estaba en el suelo y la bici muy lejos de él, mamá corrió hasta Will y yo la seguí, cuando uno de nosotros se caía, era promesa siempre estar para el otro. El señor que conducía el auto que arroyó a Will se bajó rápidamente y corrió hasta mamá.

-¡Will no vengas! -gritó mamá, pero yo nunca hacía lo que ella me decía.

Will estaba lleno de ese líquido rojo que me asustaba.

 

N/A

Sin palabras.

Instagram: @allofharold

Papá por accidente (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora