Capítulo 4

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-¡Ese es mi hijo! -grité alentando a los gemelos en su entrenamiento de fútbol- ¡Vamos Eddie!

Estaba emocionada hasta los pies, los gemelos estaban jugando fútbol y yo era una mamá orgullosa. Estaba rodeada de hombres que me miraban como un bicho raro. Claro ¿Qué hace una chica tan joven acá con sus hijos? ¡No importaba! y aunque los gemelos juegan fatal y no anotan nunca, era su fan número #1.

-¡Cállate mamá! -gritaron los dos. Me senté en los tablones

-Suele pasar no te preocupes -dijo una chica al lado mío.

-¿Tu hijo está acá? -pregunté.

-¡No! es mi hermano.

-Oh claro lo siento -dije avergonzada.

-Está bien -rió- ¿Tus hijos son los gemelos?

-Sí -sonreí.

-¿Cómo los diferencias? ¡Son idénticos!

-Cuando eran bebés no los podía diferenciar -me acomodé para poder mirar mejor a la chica- así que tenía que recordar la ropa que les había puesto a cada uno para saber quién era quién pero ahora que están grandes no cuesta porque... no lo sé -reí- supongo que estoy acostumbrada.

-Siempre he querido tener gemelos -dijo feliz. No sabe lo que quiere.

-Es agotador a veces.

-Me imagino -sonrió.

-Mamá estamos listos -Los gemelos llegaron a nuestro lado- ¡Hola! mi nombre es Nickolas!

-Edward -se presentaron a la chica ¿Cuál era su nombre?

-¡Niños! -los regañé- Bromean, él es Eddie y éste de aquí es Nick -¿Por qué siempre cuando conocían a alguien se hacían pasar por el otro?- Bueno vamos -los di vuelta para dirigirnos a la salida- ¡Nos vemos el otro sábado! -le dije a la chica.

-¡Claro!

(...)

Cuando llegamos a casa los gemelos subieron a bañarse, como siempre después de jugar fútbol ¡Apestaban! Gemma vendría a casa para poder hablar sobre su vestido, la boda era dentro de dos semanas y tenemos que aprovechar el mayor tiempo que podamos. Por los gemelos no me preocupo ya que los sábados se duermen temprano y cuando Gemma llegue ellos estarán durmiendo felices de la vida.

Puse galletas en una fuente y leche en los vasos de super-heroes, el doctor me regañó cuando le dije que seguían tomando con el biberón y me advirtió que si seguían tomando así leche, jamás lo dejarían entonces como la buena madre que soy les compré unos vasos de los super heroes que quisieran y así se la tomarían gustosos.

Hoy dormirán los dos en mi habitación, así que no era necesario separar las bandejas. Subí las escaleras con cuidado para que no se me cayeran las cosas.

-Acá mamá -gritó Nick con su pijama de Batman.

-¿Mamá puedo quedarme así? -me giré para ver a Edward desnudo, negué y segui caminando a mi habitación, dejé las cosas en la cama y me giré para ver a Edward con un puchero en la cara.

-Eddie, no.

-Ash que amargada -susurró.

-¡Bien! -dije- Quédate así.

-Genial -dijo tirándose a la cama.

-Oye, yo quiero un polerón de Batman -dijo Nick.

-Bien -murmuré y me acosté con ellos.

Treinta minutos después los gemelos estaban muertos en la cama y yo estaba viendo los chismes de Hollywood en la televisión mientras comía las galletas que sobraron.

Papá por accidente (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora