PUEDES CONTAR CONMIGO — LA OREJA DE VAN GOGH.
"Chiquita encumbra tu vuelo
sin que nadie te lo impida
degusta plena la vida
desde la tierra hasta el cielo,
no reprimas el anhelo
de defender tu debate
y lograrás del combate
ser bandera del amor,
escoge el mejor sabor
sea de fresa o chocolate.
Luviam"Aguacates o paltas.
Después de tres putos exasperantes días, en los que me mantuve presa como pájaro en jaula en casa, fue que recobré por total y completo el control de mi cuerpo.
«Y pensar que el ser humano pierde el norte y el control de sí mismo más de una vez» frase irónica pero sumamente real.
Como buena empleada, ya que no tengo otro título dentro del restaurante de mi padre, uno al que aún no veo cómo le hace honor al nombre que lleva — Fresa y Chocolate Restaurant —, llevé mi papel con la respectiva licencia por enfermedad viral que me dieron de tres días, así como la entregué en manos de Amelia, la encargada de recursos humanos.
Ella no podía creer que cumpliera con tantos formalismos siendo la hija del dueño. Yo, en realidad, no es que era tan formal como la señora de avanzada edad creyese, todo lo contrario, quizá alguna que otra vez me pude haber saltado una que otra norma en el pasado, solo que evitaba a como diera lugar desatar encontronazos con el ser humano que llevaba por título "padre". Él jamás iba a confiar en mí, y mucho menos creer que si era verídico el "empacho estomacal microbiano" que me llevaba arrastrándome por las paredes de mi apartamento, cual lagartija a punto de desfallecer. Ni que hablar que tampoco escucharía de su boca un; "—Hija, tranquila... ven cuando mejores—", nada que ver, eso no ocurriría ni en años luz de mi existencia, por ello mi empeño en ir al médico y entregar mi respectivo reposo como debe ser.
Sorprendida quedé al ver que unos tipos, vestidos de lo más elegantes, con corbata y saco enfundados, que le indicaban a unos obreros reformas que se harían al local. Así como anotaban en sus libretas, colores, líneas, puntos y demás mierdas que me fueron imposibles escuchar desde la barra del bar.
La curiosidad me mataba, quería meter la cabeza y husmear dentro de sus anotaciones, saber qué era lo que harían con el local, averiguar porqué estaban reformando la estructura, ¿o sería tal vez el concepto lo que cambiarían? Me pregunté a la par de que bebía un poco de té helado con limón que Violeta había insistido en que probara, algo que estaba exquisito y me refrescaba a pesar de que los días estaban hiper congelados en la ciudad. Sin embargo, tenía que admitir que cada día ella era mejor en sus bebidas, batidos, merengadas, cócteles... y toda esa gama de manjares dulces que calma y satisface el paladar.
Pero había algo real, no me enteraría de nada sino hasta el día que acudiera a mi jornada laboral. Además que Violeta y Willy manejaban la misma información que yo, ninguna.
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Entre Fresas y Chocolates
Romance"La pasión por la comida y el amor por los sabores, unirá a dos personas que en su haber son extremadamente ambiguas. Natasha; joven, cálida, serena. Con una obligación enorme a cuestas, se desvive por ser cada día una de las mejores chef del resta...