DESDE EL PRINCIPIO — FRANCO DE VITA Ft. ROSARIO FLORES.
"Un cuadrado oscuro de chocolate
tiene para los dientes
el mismo efecto sensual
que el lodo en los pies traviesos de la niñez.
En la lengua, la densa materia oscura
suelta saliva en rojos cauces.
El chocolate se disuelve en un dulce espeso fango
cuando lentamente se acarician los bordes
hasta que la tableta en la cavidad cálida
suelta aromas recuerdos y flores en las distendidas papilas.
Ríos de chocolate
atraviesan encías y resquicios dentales
y el placer -que uno sabe fugaz-
da vueltas atrapado en la boca.
Devoro chocolate ahora que no te tengo para,
lícitamente y sin culpas,
abandonarme al erotismo.
Comiendo chocolate pienso en tu piel a mordiscos
pienso en tus piernas
tus pies
pienso en los manjares suculentos
de la vida."
Placer de Chocolate. Gioconda BelliVII. Aura Brillante.
Las jornadas en el restaurante eran largas, sobretodo las mías.
La primera semana estuve desde la apertura al cierre, pero ya para el décimo día no podía someter a mi organismo a permanecer por más de quince horas metido de lleno en un local que ni siquiera era de mi propiedad. Por mucho que desease mantener todo bajo control, debía delegar funciones, y una de ellas, asignar a algún líder de grupo que se encargara de las aperturas para yo seguir cerrando como es debido.
A mi mente vino de primera opción la amargada de Natasha, no obstante, tuve que declinar ante dicha decisión ya que el viejo Riviera no le era nada grato cederle poder a su hija. No le gustaba en ningún término que siquiera pudiese sugerir que Natasha servía para esas funciones. Para mí era una soberana tontería ya que al desmenuzar un poco las cualidades de la chef, te podías topar con que la responsabilidad era una de ellas, y para mí eso era lo más importante.
Aún me costaba comprender los motivos ocultos del recelo frente a un padre por su única hija, no entendía que se hallaba oculto detrás de tantos resentimientos de ambos lados, y mucho menos podía comprender cómo ella seguía trabajando aquí más allá de pagar una bendita deuda, cosa que podía hacer ejerciendo como chef en cualquier otro restaurante. Era buena, eso no lo podía negar, sin embargo, no podía evitar ponerme quisquilloso, así que me centré en asignarle tal función a Will, y Natasha no mencionó nada en relación a mis decisiones.
Lo hice porque se notaba desde lejos que era un hombre diligente y bastante responsable. Yo no era de confiar en muchas personas, pero él demostraba dominio de la situación y eso era más que suficiente para mi tranquilidad mental. Intenté explicarle a la tozuda de su compañera el motivo de mis decisiones, solo que la misma se adelantó refiriéndose que ella no le quitaba el sueño ese tipo de cosas, que con tal y la dejase en la cocina con todos sus instrumentos, estaba más que en paz.
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Entre Fresas y Chocolates
Romance"La pasión por la comida y el amor por los sabores, unirá a dos personas que en su haber son extremadamente ambiguas. Natasha; joven, cálida, serena. Con una obligación enorme a cuestas, se desvive por ser cada día una de las mejores chef del resta...