Closer

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Me quede mirando a James trabajar todo el resto de la tarde. Pidió algo de comida china y comimos en silencio en la pequeña estancia en su oficina, era algo que al parecer hacia regularmente porque podía comer y gestionar papeleo mientras lo hacía.

Una vez termino el almuerzo me quede acurrucada en el sofá y tome mi celular para leer algo, ni si quiera había terminado el primer capítulo cuando James salió de la oficina.

Su francés era fluido y sensual mientras hablaba por el teléfono y salía por la puerta, no menos de un minuto después entro de nuevo y dejó una pequeña caja en la mesa frente a mí.

Guardó silencio, supongo que escuchando lo que sea que le decían al otro lado de la línea y me miro, animando a que le diera un vistazo a la caja.

Sonriendo, emocionada por alguna estúpida razón me acerque y la tomé.

Estaba fría y un poco húmeda en la base

Lo mire con extrañeza mientras la abrir y el solo me miró con atención, ocasionalmente pronunciando un oui

En cuanto to la abrí el.olor de las fresas lleno mis pulmones seguido de la crema. Mi sonrisa era tan grande que mis mejillas protestaron, era una deliciosa porción de torta genovesa con crema y mermelada de fresa y dos preciosas y jugosas fresas en la cima.

Lo mire y module un gracias

El guiño un ojo, tomo una fresa y volvió a su escritorio.

Me comí casi la mitad yo solo mientras leí sobre Ángeles y demonios en la tierra. Bajando mi celular, aproveche para descansar mis ojos y la espalda, en cuanto me estire escuché unos pequeños crujidos que me hicieron hacer una mueca.

James había dejado de hablar desde hace un tiempo y ahora estaba enfocado en su monitor, tecleando furiosamente y luego haciendo clics, sus ojos navegando por la pantalla con rapidez; se habia quitado la chaqueta y las mangas de su camiseta seguían arriba de sus codos, el nudo de su corbata flojo y los primeros botones de su camisa abiertos.

Ciertamente, James Wolff era todo un espectáculo digno de admirar, con su rostro fuerte y mandíbula angulosa cuya piel estaba marcada y tensa, su frente surcada por un par de líneas de concentración.

Me mordí el labio y dude por varios minutos sobre si interrumpir o no. Pero cuando él se recostó en la silla y masajes su cuello, sus pardos cerrándose en tanto una de sus manos pasaba por su cabello y la otra seguía en su cuello supe que quizá no era tan mala idea lo de interrumpir

-trabajas duro- dije, levantándome del sofá

Él me miró con aquellos ojos mieles pícaros -¿Gracias?- se rió y apartó la silla del escritorio -pensaste que solo venía aquí y ladraba órdenes?-

Presione mis labios intentando no sonreír -por supuesto que no, solo que  no te imagine como un trabajo-adicto-

Se relajo aún más en la silla, su mirada clavada en mí y en lo cerca que cada paso que daba me llevaba a él

-no tengo nada más que me interese fuera de mi trabajo- sorprendida y un poco herida mis pasos trastabillaron -bueno- añadió satisfecho con mi reacción -lo tengo pero no puedo tenerlo- me ofreció una media sonrisa -irónico no?-

Para cuándo terminó, su cabeza estaba inclinada mirando hacia arriba a mi rostro

Sin pensarlo demasiado estire mi brazo y pase mi mano por su cabello, era sedoso entre mis dedos

-deberias comer un poco de pastel- le dije, aparandome un poco

-tengo que seguir leyendo estos documentos- dijo mirando la pila de papeles desorganizados en su escritorio -pero no me molestaría que me lo dieras- cuando me ruborice el soltó una carcajada -me refería al pastel-

-por supuesto- conteste rápidamente

Cuando me ofreció una última sonrisa y tomo varios papeles, yo tomé la cuchara y cogí un poco de pastel

-abre la boca- instrui y me senté en el escritorio, teniendo cuidado de no pisar ningún papel

Sus ojos brillaron con lujuria y su mirada se quedó en la mía mié tras abría la boca y yo llevaba la cuchara cerca a sus labios

-esta delicioso- dijo después de tragar

-lo se- y prepare otra cuchara

-esto es incómodo- tomo la cuchara de mi mano y la dejo en el recipiente dónde estaba la torta -ven aquí. Alimentame apropiadamente- una vez dicho esto palmeo su muslo

-James...-

Él me ofreció una sonrisa completa, radiante y hermosa. Sus perfectos dientes blancos listos para ser grabados y patrocinar un comercial de pasta de dientes -prometo mantener todas las partes de mi anatomía para mí mismo- levantó la mano y separó los dedos, en un saludo estilo spock -palabra de scout-

Puse los ojos en blanco -eso es de Star Trek, no de los niños exploradores-

-detalles- dijo despreocupadamente

Con reticencia finalmente hice lo que me pidió y lo alimente un bocado tras otro. James cumplió con su promesa, en ningún momento sus manos tocaron mis muslos u otra cosa aparte de mi espalda (su brazo me rodeaba para poder tomar papeles) o ocasionalmente rozaba mi brazo, pero eso había sido todo.

Cuando la torta de terminó no quería apartarme.

Claramente venir aquí, a él no era una de mis mejores ideas por muchas razones, pero ahora que mi mamá parecía empeñada en deshacerse de todo lo que a mí me traía felicidad, como mi hogar, no había pensado en ningún otro lugar para sentirme a salvó más que con él.

Ese solo pensamiento, esa certeza, encendió miles de alarmas en mi cabeza, pero una a una se fueron apagando mié tras más tiempo estaba aquí con el.

James fingió que no se dió cuenta de que el pastel había terminado y continuo con sus llamadas, buscando archivos y viendo una serie de diapositivas en su monitor y luego corroborando información en los papeles en la mesa.

El olor de su loción para afeitar lleno mis pulmones y despertó sensaciones a las que sabiamente decidí ignorar. Por supuesto, eso no evitó que mi cuerpo se acercará más a él, acurrucándose contra su pecho, mi cabeza en su hombro, mi nariz apenas rozando parte de su mandíbula

-¿Cómo está Cratos?- pregunte, distrayendo nos a ambos de lo que hacía

Por primera vez James tomo mis piernas y las acomodó mejor en su regazo, la parte de atrás de mis rodillas soportada por la silla

-esta bien, te extraña-

El no me miró y ví su mano, penas unos milímetros separadas de mi piel, ir de arriba hacia abajo, como si me sentí viera acariciando, y a pesar de que no había contacto podía sentirlo o al menos el ahnelo de querer sentirlo 

Pero James mantuvo su palabra y solo apoyo su barco en mis rodillas

-tambien lo extraño- murmuré

Mis caderas querían moverse contra su regazo, mis manos querían, rogaban, por acariciarlo y el deseo de pasar mi lengua por la línea definida de su mandíbula era casi demencial. Pero obligue a mi cuerpo a quedarse completamente quieto y respire profundo una exhalación e inhalación a la vez, y repetir.

No se en que momento.llegue a la conclusión pero si sabía que estaba cansada de luchar contra la corriente

-estoy lista- le dije

Y lo estaba, quería escucharlo todo no porque fuera necesario, tampoco creía que cambiaría la forma en cómo me sentia, lo dije solo porque lo quería y sabía que esta era la única forma de tenerlo.

Censura (a forbidden love story #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora