James POV

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y ya que no quiero que se desilusionen les dejo un poco de James para pasar la espera. 


Negocios. Era tan simple y complicado como eso. 

Hubiera sido fácil si ella no hubiera aparecido. 

Hubiera sido fácil si mi cuerpo no se sintiera como el de un quinceañero viendo porno por primera vez. 

Si, hubiera sido mucho mas fácil si aquella dulce chica no fuera parte del cuadro. 

El emporio Bärh se había aliado con nuestra empresa de seguridad desde hacia mas de 10 años, cuando ambas compañías apenas se estaban haciendo un nombre que dejara huella. 

Nunca los había conocido.

Nunca tuve la curiosidad tampoco. 

Así que cuando Gabrielle, la viuda y actual jefa de la compañía, entro a mi oficina con aquel trato tentador, no pude rechazarlo. 

Tenia toda la información relevante, tenia todos los datos. Gabrielle no era una mujer fea tampoco, así que eso era solo un bonus. 

Pero debí haber sido mas meticuloso. 

El señor Bärh se había encargado de que su hija gozara de una vida tranquila y fuera de foco, así que verla frente a mi... sus preciosos ojos, como el mas exquisito y exótico grano de café, esquivaban mi mirada, llenos de lagrimas. 

Era al menos una cabeza mas pequeña, mi enorme y solido cuerpo abarcando el suyo, pequeño y aparentemente frágil. 

Cuando sus ojos por fin se reunieron con los míos, el asombro de todas las hormonas que trajeron a la vida se vio opacado de inmediato cuando, estudiando su rostro, vi la marca enrojecida de una palma marcada en su mejilla, el contorno de la palma haciéndose cada vez mas nítido. 

Mi sangre empezó a bullir, los recuerdos de mi tiempo siendo un problemático en la escuela, las ansias de sentir mis puños machacando carne... Dios! habían pasado años desde que la ira se sobreponía sobre mi razonamiento con esta facilidad. 

-¿estas bien?- le pregunte y sus ojos se apartaron de los míos de nuevo 

-si, gracias- respondió y su voz era... suave, delicada... escondiendo con perfecta cortesía sus emociones, a pesar de tener sus mejillas machadas con lagrimas que aun no paraban de derramarse.  

Ella siguió hablando pero quería la verdad, quería que me dijera que iba mal. Quería saberlo para... arreglarlo. 

Apreté la mandíbula. 

-esta bien?- pregunte una vez mas, a pesar de que debía darme la vuelta. Ella estaba fuera de los limites, pero no podía detenerme. 

Su mandíbula se sello y con mis ojos fijo en su rostro ni siquiera me di cuenta de lo que mi mano hacia hasta que ella dio un paso atrás, sus ojos abiertos como platos fijos en mi mano. La mano que había levantado y acercado a su rostro en un intento inconsciente por tocarla. 

-su mejilla- dije, mi voz escuchándose ajena a mis propios oídos 

Ella aparto la mirada nuevamente y cubrió su mejilla 

-Estoy bien. Por favor, solo dele la razón a mi madre- 

A pesar de lo frágil que parecía, a pesar de lo pequeña que la veía desde mi altura, era fuerte. Su voz aun era firme, su postura recta. 

-se lo diré- y me asegurare de que no vuelva a tocarte. añadí para mi mismo

Y tan fortuito e inesperado como fue nuestro encuentro, fugaz e inesperada fue la despedida. 




Censura (a forbidden love story #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora