Un nuevo mundo

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Exagerado, si.

Pero exactamente así me sentí miéntras miraba a James preparamos el desayuno desde el otro lado de la encimera con Tanos somnoliento acurrucado a mis pies.

-asi que también tienes habilidades en la cocina- comenté, riendo

-alguno tenía que desarrollarlas o mi hermano y yo hubiéramos muerto de hambre en la universidad- su expresión se tornó aburrida -o en las tantas vacaciones que regresamos a casa y nuestros padres no estaban-

-qué pasa con el personal?-

James rompió un par de huevos, dejando caer el contenido en un bol y empezando a devolverlos -mi madre tenía un estricta dieta de serie azúcar, carbohidratos o cualquier cosa que estuviera frita- se encogió de hombros -asi que yo aprendí y la anarquía comenzo- eso me hizo reír y sus ojos me miraron con deleite -aunque no creo que les importará-

-mi madre también intento ponerme a dieta cuando intento que fuera una bailarina de ballet- dijo, bufé

-qué paso?- calentó el sartén y dejó caer la mezcla -con el ballet, me refiero-

Apoye mi mentón en mis manos -no tenía cordinacion, cuando era pequeña parecía que tenía dos pies izquierdos...bueno, hasta hace poco en realidad- me reí -mi papá enfurecio e Isadora seguía cocinando, así que fue una batalla que no gano-

Eso lo hizo reír -entonces como mejoro tu baile?-

-en la universidad. Quiero decir, todos ellos tenían esto...- busque la palabra que Isadora había usado y los demás -sabor, swing? Algo así y parece que el baile es natural para ellos- me cubri la cara con vergüenza -me tomo mucho aprender y aunque me muevo mejor que antes, no tengo el... Sabor- dije esto último en español

James estalló en carcajadas y hubiera sentido vergüenza de no ser porque su risa grave y profundo me provocaba cosquillas en todos los lugares inapropiados...o quizá muy, apropiados.

-si te hace sentir mejor- me dijo, volteando la tortilla -yo no aprendí a bailar. Fue un acto de rebeldía contra mi madre- me sonrió -debi hacerlo-

Me fingi horrorizada -NO! Algo que James Wolff no puede hacer?- me costó mucho no reírme mientras el enarcaba una ceja y le apagaba a la estufa -imposible!-

-yo que tu no me burlaria, dulce Emma- su voz era relajada pero sus ojos me miraban con una advertencia en ellos -o te prometo que te tendré suplicando-

Mis muslos se apretaron -¿Por qué?-

No dijo nada, solo me dio una sonrisa carnal, llena de promesa sexual.

Y por más que mi cuerpo estuviera mandando en hormonas, tampoco estaba listo, después de ayer, aún me sentía un poco... Desgastada

-no soy de plástico James, déjame descansar-

Se quedó serio por un momento antes de reírse tan fuerte que sus hombros se sacudían y sus ojos se aguaron

Me quedé embelesada y atónita

-por supuesto, cariño- dijo después de que su risa se lo permitió

Me dio un beso en la mejilla mientras dejaba un plato frente a mí y otro a mi lado, volvió sobre sus pasos y trajo consigo dos tazas de café, esta vez sí tomo asiento junto a mí y comimos en un cómodo silencio.

Una vez terminamos, James se fue a bañar y yo me volví a acostar, Tanos saltando a la cama tras de mí y girando un par de veces antes de dejarse caer cerca de mis piernas

-no tienes que ir al museo?- me preguntó James, mientras salía del baño con una toalla envuelta alrededor de la cintura y otra en las manos, secando su cabello

Censura (a forbidden love story #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora