Cuenta Regresiva: Día 5

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Mirando el lienzo en blanco que parecía cruelmente burlarse de mi, mi mano, la que sostenía el pincel bañado en pintura azul, comenzó a sacudirse.

No sabia muy bien si de rabia o era por las horribles ganas de llorar que había estafo conteniendo desde que había recibido la invitación.

-¿Todo bien, Emma?- la profesora miro con evidente preocupación mi lienzo

Mi boca se abrió, pero no salio nada.

Estaba al otro lado del océano, lejos de todas las personas que alguna vez significaron algo y también lo suficientemente lejos de todos los que amenazaban con destruirlo todo.

El viejo dilema de ricos y pobres era una cosa que, en mi realidad, en el mundo donde nacie y me crié, parecía cumplirse.

Desde el exterior, para mis compañeros en la secundaria, lo tenia todo.

Minpadre era parte del exclusivo grupo de los empresarios mas poderosos de Londres y Europa, mi madre era una mujer hermosa, de belleza clásica y na esposa perfecta. Vivía en una campiña que era demasiado grande para solo una familia de tres y aun mas grande solo para mi.

Una vida perfecta.

Pues eso estaba muy lejos de ser verdad.

Lo había tenido todo, en términos materiales, si.

Pero aquella corrosiva y exclusiva sociedad parecía ahogar y matar la humanidad en la mayoría de personas que lograban acceder a el.

Como mi madre por ejemplo.

Tienes dos opciones cuando eres una mujer y perteneces a ellos:

1) o sigues los pasos de tus padres y tomas el control del negocio

2)te vuelves la esposa de alguien que si haya tomado la primera opción.

Cuando decidí ser artista, no me había vuelto una paria inmediatamente. Mi madre y todos los demás pensaron que había sido una fase rebelde, pero cuando no desapareció... Definitivamente la mayoría de mis amigos me habían dado la espalda.

Si es que podrías llamar amigos a esa clase de personas.

Karen, la hija de un nuevo rico campo los llamaba mi madre, era la única a la que parecía impresionarle mi decisión.

Ella, su hermano mayor Luke, sus padres y los recién llegados gemelos no estaban para nada interesados en ser parte de nada relacionado con un montón de "basura clasista"

Era la única amiga que conservaba en casa.

Y James Wolff seguía siendo un misterio. Mi padres había hecho negocios con el suyo, eso lo sabía, pero en aquel entonces vivíamos en Alemania, así que mi padre viajaba a Londres.

-¿Emma?- la voz de la profesora me saco de mis pensamientos

-Lo siento... Yo solo estoy un poco distraida-

Porque que tu madre se vuelva a casar con un hombre como 15 años menor que ella es solo un factor distractor y nada más

-quizá deberías descansar- sugirió -esto es un simple bodegón y ya se muy bien de lo que eres capaz- guiñándome, me di una sonrisa casual -ve y toma algo de aire fresco-

Asenti y rápidamente guarde mis cosas y salí del salón.

-¿Emma?- el singular acento que no se perdía incluso cuando el hablara en otro idioma, me hizo sonreír.

-William- le Sonreí. Una de las pocas personas que entendía lo que era ser un desterrado y me había animado a hacerlo, caminaba hacia mi con su andar arrogante y expresión severa. Por supuesto, eso no impedía que no fuera blanco de miradas lascivas.

-¿como estas?- me dio una rápida sonrisa

-ya lo sabes ¿no?- tenía entendido que William si mantenía una relación estrecha con los Wolff, a él solo lo conocía porque mi padre y el suyo habían sido buenos amigos. Los Knight habían sido invitados recurrentes a nuestra casa en Alemania y luego a nuestra campiña en Londres.

Él solo asintió -solo quería asegurarme de que estuviera bien-

-lo estoy, gracias- intente sonreír pero mis mejillas se negaron a cooperar -¿iras?-

-Me temo que no- William conservaba su pronunciado acento a pesar de haber pasado cadí tres años fuera de Inglaterra. Era bueno poder hablar sin tartamudear, el español se me estaba dando fatal.

Suspire -hubiera sido lindo contar con apoyo-

William me dio una mirada extraña pero era difícil leerlo ahora, era difícil saber si incluso su preocupación era real o solo un viejo habito del que no podía deshacerse.

-¿por que irías?- el genuinamente no parecía entenderlo

-mi madre lo exigio-

William sacudió la cabeza, como si estuviera decepcionando, pero una vez mas, no sabia si la emoción e realidad estaba ahí

-estas a miles de kilómetros lejos de ella. No tiene poder sobre ti- William ya había pronunciado esas palabras antes cuando, en vacaciones de verano, le había preguntado sobre escoger un camino diferente al que se esperaba de mi

-yo...- no sabia que responder

Él no dijo nada y sus ojos media noche parecieron escudriñar mi alma

-hay una razón por la que ambos nos fuimos y tu quiere volver a ese nido de serpientes solo porque tu madre lo exige-

-es la única familia que me queda- susurré

William exhalo, frustrado -vamos por un café. No puedo lidiar con esta mierda sin un poco de cafeína-

Tenia 5 días antes de regresar a casa, 5 días antes de tener que ver a mi madre casarse de nuevo... 5 días para regresar al lugar al que no quería volver, no ahora.

Definitivamente necesitaba algo mas fuerte que el café, pero eso lo conseguir o más tarde. Por lo pronto, seguí a William y conté el resto del tiempo que me quedaba antes del inminente colapso.




Censura (a forbidden love story #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora