Trapped.

~ C A P Í T U L O C U A T R O ~

<{Esquina}>

Unos días más, soportalos unos días más y al diablo todo...

No es que quisiera, ¿saben?, pero de todas maneras tenía que asistir al instituto.

Me dí una ducha y me cambié de ropa tomé un café negro antes de salir y me despedí de papá.
Sí, mi papá.
Creo que es la primera vez en unos meses que lo veo en casa después de las 5 de la mañana.

Con mochila al hombro caminaba con tranquilidad a aquel gran edificio color ladrillo, aunque temía encontrarme con Stuart y Adaline en alguna parte de éste maldito camino...

¡¿Esto es enserio?!

En efecto, después de doblar en una esquina, Stuart estaba frente a frente con ella, mirándose fijamente, ella pegada a la pared y él tratando de hacer que sus cosas no cayeran; por un momento me volví a donde estaba y suspiré lastimera, pero, ¿por qué?

Si iban a romperme el corazón, por lo menos saldría de allí con la frente en alto.

Pasé como si nada detrás de Stuart, ni siquiera los voltee a ver, pero escuché a Adaline repetir mi nombre unas cuantas veces.

—¡Hey, aguarda!

Rodé los ojos e intenté relajarme, aunque no era tan fácil tras tantas cosas pasando frente a mí.

—¡Noodle!—lo sentí tomarme del hombro.

—¡Por favor, sólo quiero tranquilidad antes de la escuela!—reproché.

—Por lo que vimos, antes y después, ¿qué ocurrió ayer? Fuimos a buscarte en tú casa y nunca nos abriste, ¿qué tienes?—dijo ella con preocupación.

El corazón roto, ¿y tú?

—Eh, pues, siento que me dará gripa y ya, es todo—finalicé sin darle mayor importancia y quise seguir caminando.

Iba a seguir mi camino, pero Stuart se interpuso.

—Déjame pasar, voy a llegar tarde—dije seriamente.

—No, Katy, tú no eres así solo porque 'no te sientes bien y ya', hay algo más y lo sé, te conozco

Cuando se lo propone, es taaaan serio... cuánto me gusta que esté así...

—Sí lo es, ya se los dije, no hay más.

Lo aparté con un leve empujón, pero seguía aferrado a que hablara sobre lo que ocurría.
Me tomó de la muñeca y siguió tratando de convencerme de que le dijera.

—S-si quieres podemos salir hoy...

¡Sí!

—Salir los tres, podemos charlar y...

No. Jódete.

De nuevo lo quité del camino y no voltee más hacia atrás.

Oí a Adaline hacer preguntas como: ¿Pero qué le pasa? ¿En verdad estará bien?

A esa última contestó él: No. Obvio que no lo está.

Yo comencé a lamentarme internamente. ¿Por qué le hago ésto? Si es que lo quiero, ¿no sería razonable que lo tratara bien?