Capítulo 6.-En la espesura

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Mientras Akasha se hundía en sus pensamientos, Farad maldecía a los 4 vientos la picazón que le causaba un ungüento bajo un vendaje que cubría su torso.

-¡Por los dioses, ya ha pasado una semana, debería poder quitarme estos vendajes, no soporto la picazón! –

-Siempre eres tan quejumbroso. Discúlpalo Akasha, es un malagradecido – Mencionaba Shana mientras miraba a Farad cual niño berrinchudo – Deberías ser más agradecido, tus heridas se han curado en tan poco tiempo gracias a ella ¡Qué locura abalanzarte así contra un Jhen, y sin armadura! –

-No había tiempo que perder, si el Jhen hubiera continuado atacando quizá no nos encontraríamos aquí ¡Y no soy un malagradecido! Ella sabe lo mucho que agradezco todo lo que hace por nosotros, y lo mucho que me alegra que este aquí...- Dichas estas últimas palabras no evitó mirar a Akasha, quien le regresó la mirada y entre ambos algo inexplicable, pero completamente comprensible sucedió.

-En verdad el gremio cometió un gran error al rechazarles, creo que incluso son mejores que yo, y eso es decir mucho pues me consideran la mejor del gremio – Agregó Akasha, no sin antes mirar nuevamente a Farad en un fugaz momento, mientras dejaba al descubierto su terso cuello al echar tras sus hombros unos cuantos mechones de cabello.

-Oh...gracias... - Agradeció Shana, claramente alagada – Supongo la pequeña crisis de nuestra aldea ha servido de algo –

-¿Crisis? – Preguntó Akasha, algo distraída.

-Oh, perdona, no te hemos explicado esto: La razón por la que Farad y yo queremos unirnos al gremio es para restablecer las relaciones que se tenía con Loc Lac. Desde que esa ciudad cayó todos los pueblos a los alrededores cayeron en desgracia... -

-Eso sí lo sé, Farad me habló de eso en el barco. Han sufrido una gran crisis económica por la falta de negociaciones con grandes ciudades –

-La economía no es el mayor problema, son los monstruos... -

-¿Cómo pueden tener problemas con los monstruos teniendo cazadores tan hábiles como ustedes? – Shana intentó hablar, pero las palabras murieron en su boca...fue Farad quien finalmente respondió.

-No siempre hemos sido hábiles cazadores... ¿Has escuchado algunas vez que "se aprende más de una buena caída que de un buen consejo"? –

-Sí ¿Por qué? –

-Ese ha sido nuestro caso... vimos morir a muchos buenos cazadores... de allí aprendimos a escapar de la muerte –

-Oh... - Fueron las únicas palabras que Akasha pudo pronunciar, mientras observaba a aquellos dos jóvenes, antes tan seguros y con un temple al parecer imperturbable, mirar al suelo o al vacío como si nada de lo anterior mencionado pudiera despertar en ellos algún sentimiento que diera señal de vida.

-Además solo dos no pueden solucionar algo así – Continuó Farad después de tan terrible pausa – La población de monstruos ha aumentado de forma incontrolable, muchos de ellos llegando a una edad avanzada donde su poder y destreza mental es incomparable; Shana y yo somos los únicos capaces de enfrentar grandes monstruos –

-Eso es una locura... No puedo imaginarme como algunos monstruos pueden tener a su merced diversos poblados ¿Qué no deberían esperar a que los cazadores ganen experiencias antes de enviarles a misiones peligrosas? Quizá así reducirían la mortandad –

-¿Misiones? Ja, todos mueren intentando traer comida a su hogar o protegiendo las cocechas – Estas últimas palabras fueron pronunciadas por un tono de despreció tan frío que Akasha se sintió tonta en comentar tal sugerencia. Shana pudo notar el cambio de Akasha, por lo que intentó atenuar un poco la frialdad y sarcasmo – Es difícil andarse por allí sin toparse con monstruos del calibre de un rathalos o un zinogre merodeando la zona, inclusive los jaggis son demasiado peligrosos por su cantidad –

La última esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora