Capítulo 9

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Para cuando pude alcanzarla, se encontraba enfrente de aquello muchachos ofreciéndoles los dibujos con una gran sonrisa en el rostro. Por favor, que no se riesen. Fue todo un alivio encontrarme con la amable sonrisa que el chico que parecía mayor le estaba dedicando a mi hermana, estuve a punto de soltar un suspiro aliviada.

Ellos parecían concentrados en escuchar lo que Miel les estaba diciendo. Todos menos uno, sentía su mirada clavada en mí y cuando le devolví la mirada, no pude evitar que mis mejillas se tiñesen de un rojo intenso. Seth estaba mirándome fijamente, parecía realmente fascinado, como si viese algo en mí que los demás no podían ver. Me dedico una radiante sonrisa que solo logró que mis mejillas enrojeciesen más. "Eres estúpida ¿acaso no te das cuenta de que hace eso para reírse?" estaba claro que aquella era la única razón por la que un chico como él le sonreiría a una chica como ella.

-    Sentimos habernos ido de esa manera el otro día. –fue el chico mayor el que hablo para disculparse.- Mi nombre es Sam.

Tras presentarse, nombro a cada uno de los muchachos que le acompañaban, solo conseguí quedarme con algunos nombres. Jacob, un muchacho alto que parecía tener una sonrisa impresa de manera permanente en su rostro; Paul que era todo lo contrario a Jacob; Embry el cual se mantenía totalmente al margen, como si no le gustase demasiado destacar, parecía de los míos y Seth, por supuesto, el cual no había apartado la mirada de mi en ningún momento logrando ponerme nerviosa.

-    ¿Sois nuevas por aquí? –pregunto Jacob tomando el relevo. –Los rostros pálidos no suelen venir mucho por este lado de la playa.

-    Llegamos hace un par de días.- dije en respuesta.

-    Espero que estéis acostumbradas al frío, porque habéis venido en la peor época. –comento Sam.

-    Por supuesto que les gusta el frio, ¿acaso no te acuerdas del baño que se dio la niña ayer? –comentó con diversión otros de los chicos logrando que alguno de sus compañeros soltase una carcajada, pero a mí solo logro ponerme más incómoda. No quería que me recordasen que puse la vida de mi hermana en peligro. Sam pareció darse cuenta del efecto que esas palabras habían tenido en mí porque les dirigió una mirada severa a los chicos los cuales callaron enseguida. Si eran una secta él debía de ser el líder sin duda alguna.

-    Este mar es muy engañoso si no lo conoces. –añadió Seth tratando de quitarle peso al asunto al ver que yo había bajado la cabeza.

No estaba muy segura de cómo había pasado eso, pero Seth se encontraba a escasos centímetros de mi y el calor que desprendía su cuerpo era increíble. Era como una estufa. Inconscientemente di un paso hacia atrás, una casi imperceptible mueca cruzo su rostro. Antes de que pudiese analizar lo que aquello significaba otro chico habló.

-    Mañana van a celebrar una fiesta aquí ¿Por qué no vienes? Seguro que así conoces a más gente.

Estaba a punto de negarme en rotundo a ir, pero no quería sonar maleducada con esos chicos que habían salvado la vida a mi hermana, así que me vi a mi misma asintiendo ante aquella proposición.

La mirada del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora