Cap.8 España

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—Todos los pasajeros con destino a Madrid-España, dirigirse a la puerta veinte y dos; Gracias por preferirnos.    

El mayor pasó una mano por su cabello, suspiró pesadamente con bastante cansancio. 

Las tres de la mañana no era exactamente la mejor hora para abordar un vuelo tan largo. El frío era molesto y la cabeza no dejaba de darle vueltas; No fue buena idea haber follado antes de ir. 

Lo había valido, sí. Pero a la vez no. 

De todas formas, solamente era cuestión de entrar, sentarse, reclinar y dormir. Todo estaría bien mientras se mantuviera optimista con que dormiría con Guillermo en su pecho durante todo el viaje y eso, era realmente relajante. 

Sus labios se curvaron mostrando una tierna sonrisa y arrastrando la maleta, alcanzó a Guille en la entrada al avión. 

—¿Ahora por qué tanta sonrisa? —Preguntó mirándolo sobre su hombro. 

—Digamos que ya ansío dormir. —Respondió soltando una risilla, de inmediato le entregó su boleto a la chica de servicio, la cual sonreía. 

—Adelante, disfruten su vuelo. 

Quizás la situación no estaba tan cansina como parecía, había logrado comprar un par de boletos de primera clase y esa estaba casi vacía esa madrugada a excepción de algunos chicos del partner que venían allí. 

Pero hasta ellos entendían la indirecta de la situación: No molesten. 

—Os veis acabados. —Comentó el mayor de todos ellos— No os preocupéis, también estamos más que cansados. —Bostezó— La mayoría iremos a dormir, cualquier cosa que deséis preguntadle a las azafatas. 

Aquel fue hasta su butaca, la última de todas, la que estaba pegada a la pared que separaba a primera clase con clase turista. 

—¿Dónde nos sentamos nosotros? —Preguntó Guillermo entre bostezos— Tío, estoy en extremo cansado. 

Tomando asiento en la columna de la izquierda, justo en las penúltimas butacas, se instalaron para poder dormir un poco más cómodos. 

—¿Ha venido el chico del partner? Ese con quién siempre hablabas. —Preguntó el menor sentándose a su lado en la butaca que estaba junto a la ventana. 

—No lo sé, supongo que debía quedarse. —Respondió restándole importancia, pasando un brazo por sus hombros para atraerlo a su cuerpo, permitiéndole así que recostara su cabeza en su pecho.

—¿De qué tanto hablabais vosotros dos? —Insistió en saber aquel chico. 

—De cosas de negocios, ya te he contado sobre eso, chaval. —Suspiró plantando un tierno beso en sus labios. 

—Pero... ¿Exactamente de qué? —Guillermo quería saber ese detalle que él se enfocaba en tapar, no entendía por qué no le tenía confianza.

—Sobre el asunto de la publicidad en vídeos y la cantidad en la que aparecen. —Respondió Samuel rodando los ojos— No es nada malo, y se lleva tiempo acordarlo. 

Guillermo se había sentido tonto. 

—Lo siento. —Se disculpó desdoblando la gran cobija— No he querido ser un chismoso, solo... —Suspiró— No lo sé, me siento raro en respecto a eso. Como si estuviera...

—Celoso. —Completó el mayor sonriendo socarronamente. 

—De hecho, lo estoy. —Asintió algo sonrojado— Ash. —Desvió la mirada.

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