Velada nocturna. Parte 1: Sentimientos Descubiertos... Y problemas

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Al llegar a la dirección indicada, las tortugas se sorprendieron al ver la inmensa casa al que aparecer habitaban las chicas. Tenía un estilo oriental pero a la vez Urbano. Las tortugas decidieron bajarse de su transporte y caminar hasta la entrada de la casa. Al llegar Leonardo toco el timbre y espero junto a sus hermanos. Éstos fueron atendidos inmediatamente por sus principales anfitrionas las cuales les dieron una cariñosa bienvenida. Cada una saludo a su tortuga "preferida" y los hicieron pasar.
Los chicos al ver el inmenso lugar quedaron encantados, porque la casa representaba, de muy buena manera, el estilo japonés clásico. Luego de admirar el lugar una de las chicas hablo.

- Mikey, ¿Me acompañarías a la cocina, así comenzamos a trabajar? - dijo Mitzuke mientras lo tocaba del brazo. A lo que dicha acción, la menor de las tortugas no opuso resistencia absoluta. Y salieron de la habitación.

- Don, ¿Te puedo pedir que tú también me acompañes a mi lugar de trabajo? Quisiera que podamos comenzar con la investigación de inmediato. - Dijo Hekima mientras espera respuesta de la tortuga de banda morada. - Cla..claro Hekima, para eso vine ¿O No? - dijo Donnie mientras miraba el suelo para evitar un sonrojo. Éstos, por su parte, también dejaron el lugar dejando a las dos ultimas "parejas".

- Nosotros dos teníamos un acuerdo, ¿No es así rojita? - dijo Raph mientras hacía referencia al color de sus mejillas cada vez que él la mira. Poniéndole ese mote. La chica al oír ese apodo e identificar porque le ha dicho así, solo pensó en una sola cosa: vencer a toda costa a Raphael Hamato y sacarle lo rojo de su banda. - Ya veremos quién le patea el trasero a quien, ven sígueme. - dijo ésta mientras lo guiaba con un dedo al Gimnasio para empezar con el duelo. Dejando ahora a Leonardo y Natzuke solos.....

- Así que.... Nos dejaron solos.... ¿Quieres..... Hacer algo....? - dijo Leo mientras no podía evitar ponerse así, ya que al estar cerca de ella tenía deseos de abrazarla y no separarse de su lado. Pero tenía que controlarse. - Eh.... Si, esta bien. ¿Quieres que te muestre mi colección de objetos sobre "Héroes espaciales" - dijo Nat mientras lo tomaba de la mano, provocándole en Leo un adorable sonrojo. - Esta.... Bien..... - dijo mientras era llevado por la chica de pelo azul a su cuarto.

En la cocina.....

Los dos jóvenes se encontraban picando verduras. Ya que habían decidió hacer una receta del antiguo Japón, el cual provenía del libro de cocina de Mitzuke, el platillo era llamado: Ramen versión vegetariano. Pero con la inclusión de una Pizza, al estilo libre de Mikey, pero con ingredientes frescos y con la vigilancia de Mitzuke. Éstos dos ya llevaban rato hablando, por lo que ya sabían algo del otro. Así que Mitzuke decidió decir lo siguiente:

- ¡¡Que agradable es cocinar contigo Mikey!! Te digo algo, me gustaría mucho tener a alguien así como tú para que me ayude a cocinar, las chicas no son muy fans de esto, pero se ve que tú sí. Y eso me alegra mucho. - dijo ella mientras intentaba no sonrojarse y dedicarle una tierna sonrisa a la tortuga, todo lo que le decía era cierto, al darse cuenta de esto no pudo evitar pensar que se estaba interesando cariñosamente en la tortuga de banda naranja y ojos color celeste cielo.
- Awww Mitzuke, eres muy dulce al decir eso, sabes que a mí también me pasa lo mismo. Yo tampoco suelo cocinar con mis hermanos, y eso me entristece, lo bueno es que tengo a Kitty. - dijo Mikey mientras sonreía al recordar a su gatita de helado. Pero Mitzuke no sabia quien era Kitty, por lo que se le transformó la cara cuando él nombre de esa manera el nombre de la susodicha. Para no aparentar molestia alguna, decidió preguntarle indiscretamente. - ¿Kitty? ¿Quién.... Es.... Kitty? - dijo ésta. Mikey al escuchar esa pregunta proveniente de la chica decidió contestar sin mirarla. - Kitty es mi gata, ella siempre está a mi lado. Deberías conocerla, estoy seguro que a ella le encantará conocerte. - dijo éste mientras la miraba y veía que su miraba se transformaba en una de total vergüenza por lo que decidió preguntar qué le ocurría, y ella solo le dijo que nada. Por lo que dieron terminada la charla y continuaron cocinando.

El Amor de los CuatrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora