Bienvenida & Despedida

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hola soy el escritor de esta novela quiero asegurarme de que ustedes los lectores sigan la trama de la historia. Ahora mismo tenemos a Nuestro amigo sin nombre y a la voz femenina de su cabeza, y por otra parte a Bardon, Jiomí y Yevel. Ambas son dos perspectivas distintas.

Bardon y Jiomí bajaron las escaleras de su edificio de tres plantas sin ascensor y de aspecto milenario para ir encendiendo el auto que estaba estacionado a un lado de la calle, era un mustang negro del setenta y cuatro.

-Nunca estaré a la altura de esos dos...-dice Yevel mientras suspira, se pone de pie camina hasta la mochila que había dejado en el perchero antes de salir por los videojuegos y saca de ella un cinturón con un contrapeso para caminar mejor, gracias a el podía caminar más erguido y tenía un aspecto más humano, agarró su chaqueta del mismo perchero y se la puso.

-No intentes nada o te mato a ti y a tus amiguitos- dijo una voz que provenía del cuello de su chaqueta.

Yevel se congela en su lugar.

hay un silencio muy tenso entre frase y frase...

-¿qué quieres de mi?-pregunta Yevel a la misteriosa voz que viene del pequeño aparato en el cuello de su chaqueta.

-No quiero nada de ti... solo quiero el cadáver del niño... que asesinaste...-exige la voz ronca con débiles pero claras palabras.

-Esta bien te lo daré, justo ahora íbamos a buscarlo-dice Yevel mientras hala hacia al frente y hacia abajo por los bordes de la chaqueta para acomodarla como retando a la voz.

-te tengo a tiro desde dos ángulos muertos, el dispositivo en tu cuello... y a través de la ventana del edificio, haces una estupidez o algo imprudente y te mato, tus compañeros se dan cuenta de mi y te mato, te rehúsas a darme el cadáver y...

-Si, si me matas a mi y a mis colegas okey, okey...-dice Yevel interrumpiendo a la voz.

-Si... si... Me parece muy razonable que aceptes... quien pondría poner en riesgo... su propia... vida por un pequeño error... je je je

*hay un silencio incómodo*

-Que esperas... ¡¡Muévete!!-dice la voz gritando.

¿¡Pero qué demonios!? No tengo mi chaqueta puesta, ni mi mochila... No puede ser este desgraciado tiene control sobre mis pensamientos, maldito hijo de puta, si fuera algo que me importara de seguro lo buscaría para matarlo, tiene mi información... Ahora puede matarme desde tres ángulos distintos. Será mejor que haga lo que me dice.

*Yevel toma sus cosas y baja las escaleras corriendo, salta las barandas y abre las puertas tan rápido como puede*

¡¡Abran rápido!!-grita Yevel desde casi 11 metros del carro.

-De saber que estabas tan bien te hubieras venido con nosotros-dice Jiomí.

-No, no estoy bien pase mucho tiempo arriba, perdón, vamos, tienen que agarrar la principal.

*Bardon arranca el carro y lo pone en marcha*

-¿Pero qué dices Yevel? No pasaron ni cincuenta segundos- dice Bardon preocupado por la frase de Yevel.

-¿Que salida es?¿Cuanto falta para llegar Yevel?-pregunta Jiomí

-falta poco, estamos a punto de llegar, agarrara la siguiente salida.

*Que carajos me estaría pasando ahora, esos dispositivos de control mental solo tienen efecto después de un tiempo, ahora que lo pienso mi reacción no hubiera sido escapar, lo más probable es que lo hubiera recogido y escondido, por el bien de Jiomí y Bardon que no descubran esto y ahora qué me pongo a pensar ¿este tipo me estará siguiendo en un vehículo o que carajos? tal vez ni siquiera tiene que estar cerca para matar, o tal vez trabaja en grupo y nos están siguiendo otros sujetos.*

-Yevel despierta, no puedes perder la concentración- dice Bardon-Aun tienes que arreglar tu cagada-dice Bardon con palabras malsonantes locales.

-si perdón, ya llegamos, es detrás de esa casa.-


Solo quedan los huesos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora