En busca de respuestas

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-Oye Nina o Andrew... no se ¿Sigues despierto? -Pregunta mi hermana mientras yo intento dormir.

-Ya te dije que me llamaras Nina, Andrew murió hace cinco años. -Le respondo yo para que me deje dormir. -Ahora también soy una mujer así que tienes que conjugar los verbos en femenino cuando te refieras a mí.

-Esta bien Nina, entonces ahora también te pediré un favor a ti. Como te pudiste dar cuenta ya yo estaba antes de que sufrieras el accidente con Yevel, yo estuve antes de tu llegada a Corona y estaré contigo todo el tiempo que sea necesario.

- ¿De todas formas, como es posible que hayas aparecido adentro de mi cabeza? Se supone que tú y yo convivíamos bajo el mismo techo, recuerdo que hasta tu tenías una habitación la casa, se que no eres un producto de mi imaginación, entonces... ¿cómo es que llegaste a mi cabeza?

-Es verdad que yo tenia mi propia habitación, pero, yo nunca dormí en esa cama. -Dice ella con una voz apagada y compasiva, como si fuera a decirme que alguien ha muerto.

- ¿Qué quieres decir? -Le pregunto yo por la intriga de ese comentario.

-Creo que es hora de que te lo cuente...

-Hace mucho tiempo unos años después de que se crearan las primeras estrellas en el universo, la esencia, los ladrillos fundamentales de la vida en corona ya dominaban el veinticinco porciento de la materia del universo, en algún punto del infinito universo una gran cantidad de esencia colapso en una gran red de esencia, una muy parecida a la que utilizan los coronos para moverse de planeta en planeta, a través de estas redes es que llegaste a Corona, Nina.

-Entiendo, pero... ¿Esto que tiene que ver contigo?

- A eso voy. Un día, esta red sin motivo aparente empezaría a pensar, esta red empezó razonar, empezó a vivir. Una porción del espacio-tiempo, sin cuerpo y sin mente, por obra del azar cósmico habían cobrado vida de la nada y había transformado estas redes de esencia en una especie de primitivas redes neuronales. Esta red era mi Dios, pero... pero... nosotros lo... lo matamos...-A medida que ella iba contando su historia su voz se iba tornando más triste y deprimente, decidí quedarme en silencio para que ella terminara de hablar. -Él en su estado más primitivo ocupaba una pequeña porción del espacio, era como un niño pequeño, pero, él estaba empezando a crecer, volviéndose cada vez mas inteligente, cada vez mas sabio, llego a un punto en el que supero a cualquier tipo de raza en conocimiento y fuerza, que crees que hizo, ¿matar? ¿destruir? ¡No! Él vio de alguna forma la belleza en la vida primitiva y en una especie de suicidio se separó exactamente en dieciséis trozos, ni mas ni menos. La primitiva carne evoluciono adaptándose y utilizando la esencia a su voluntad, él había dejado de existir en forma de red y empezó a existir en forma de vida, él se había transformado en lo que tanto le fascinaba. Entre estas dieciséis formas de vida se encontraban cada una de las dieciséis, sin nombre y sin propósito, la esencia solo tenía la intención de mantener a cada uno de estos seres vivos.

-No puede ser, lo que me estas contando es... -Le digo yo al enterarme de un hecho alucinante.

-Así es, estas son las bases de la religión "sedecim prima capita columnarum" o como le dicen en español, los primeros dieciséis pilares. -Responde ella satisfaciendo mi duda ya que en la escuela y en las religiones locales se habla mucho sobre esa historia.

-Aunque aquí se le dice más corto, la religión sedecima.

-Aquí es donde comienza la parte que todo el mundo se sabe. Por obra de este ser, las dieciséis entidades se vieron obligadas a convivir en el mismo mundo, un mundo no mas grande que esta ciudad, los seres tomaron forma de hombres y estos obres le dieron forma al mundo, construyeron casas humildes, formaron leyes y las personas empezaron a tener hijos y de el fruto de estos primeros dieciséis nacieron cada una de las esencias que conocemos hoy en día, hasta que un día, dos seres, uno con la esencia del orden y otro con la esencia del caos llegaron la casa de un usuario de una anciana que era usuaria del orden, esperaron a que saliera de la casa y sin ningún motivo uno de los dos chico la ataco con una piedra por la espalda sin razón aparente, la golpearon en la cabeza y lo mataron, rompieron las reglas de aquel mundo y al ser atrapados, los dos pecadores sufrieron una condena, la pena máxima, la pena de muerte.

Solo quedan los huesos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora