Capítulo siete: "Oh Dios mío"

75 9 0
                                    

—No lo sé. Sólo me intimida un poco. Olvídalo.

Hannah observaba alejada la situación, una mano en su mentón. Analizando con la mirada perdida las palabras de Lex. 

Por otro lado, yo estaba demasiado ocupada mirando consternada a nuestra amiga.

—No, no lo olvido. ¡Ya dime! ¿Te hizo daño?—. Gemí frustrada. Hemos estado más de una hora tratando de averiguar porqué Lex se comporta ¿asustada? ante la presencia de el Gangster. Estoy comenzando a creer que lo odio. Sólo escuchar su nombre me irrita. 

Mi amiga rodea los ojos con desinterés. Oh sí, ella; aunque no lo crean, rodea los ojos. 

—No me ha hecho ningún daño, Clare—. Enfatiza en la palabra 'daño', y yo suspiro con alivio. 

—Sólo no quiero estar cerca de personas como él. Es todo, olvídalo ¿Puedes?—. Me pregunta, con una sonrisa tranquilizante y elevando sus deliñadas cejas. 

Suspiro dramáticamente y asiento en modo de confirmación.

Hannah, quien ha estado ausente todo este tiempo, decide hablar.

—Ya dejen el drama niñas. Necesito comida. ¿Vamos a un Mc?— Pregunta risueña. La verdad es que tampoco he comido. Estaba demasiado ocupada con todo el "Tema Lexis", como para encontrar a mi pobre estómago rugiendo por algo de comer.

Lexis asintió entusiasmada, de seguro queriendo que la atención hacia ella disminuyera. 

—¡Vamos por esas nuggets de pollo!—. Grité como una desquiciada, provocando la risas de mis amigas. 

Salimos de mi habitación, luego de una tarde de tareas y discusiones para que la verdad salga a luz; y aún no puedo olvidarlo, por mucho que lo intente. Fuimos a un Mc. Cuando llegamos, el lugar estaba bastante ocupado, la mayoría por grupos de amigos, como nosotras. Pasamos hasta una pequeña mesa al fondo del primer ambiente y nos sentamos. Hannah de un lado y por el otro Lex y yo. 

—¿Creen en las hadas?—. Escuché la dulce voz de Lexis.

¿En serio?

Ella, ¿En serio había preguntado eso?

Hannah la miró con su boca abierta y el ceño fruncido. Lex quedó expectante, por una respuesta supongo. No me aguanté. Largué mi carcajada por todo el lugar y una Hannah desorientada se me unió. 

Lexis nos miraba curiosa, con la cabeza hacia un costado, lo que provocó más risotadas por nuestra parte. Luego de unos minutos, ya con lágrimas en los ojos y dolor en mis costillas, respiré profundamente, intentando no pensar en la pregunta y volver a reír como una loca.

—¿Estás de mente, verdad?—. Preguntó Hannah, secando sus ojos con una servilleta.

Lexis la miró ofendida. ¿Eso es un puchero? 

¡Oh por dios!

—Lex, te comería. Eres demasiado dulce—. Dije sin pensarlo. Hannah elevó sus cejas y una sonrisa pervertida apareció en su rostro, oh-oh.

—Un trío. En el baño. ¿Qué les parece, nenas?—. Bromeó esa maldita pervertida.

Antes de siquiera poder reírnos, miramos hacia un costado, notando la presencia de la camarera. Su cara fue épica. Sus ojos abiertos, ni siquiera parpadeó ni se movió. ¿Estará petrificada o algo?

Lexis se sonrojó al instante y su cabeza fue hacia abajo. Hannah por otro lado, alzó una de sus cejas y miró a la chica, esperando alguna reacción. Traté de que mi risa no saliera y decidí hablar.

"This is my world, babe"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora