Capítulo 19

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Joel realizó su nueva rutina matutina. Levantarse temprano, asegurarse de que todo en la mansión estuviera en su lugar, comer algo y salir de la ciudad para entrar en las entrañas de una horrible montaña llena de cuevas y animales espantosos. ¿La razón por la que iba más seguido? Su mejor amigo estaba ahí y lo estaba pasando mal.

Toco la puerta y nadie le respondio.

-Atienne, se que estas adentro. No es como si pudiras salir. -Las vennedite clams o esposas espirituales, como la mayoría les llamaba, estaban diseñadas para retener el alma en un lugar. Eso limitaba las opciones y posibilidades de escape a sólo una. Romper las cadenas, obviamente el único modo era tener un alma lo suficientemente fuerte como para romperlas sin morir en el intento. Un logro que pocos tenían. -Atienne, responde. ¿Acaso te suicidaste? Dime si lo hiciste.

-¿Cómo rayos alguien muerto te va a responder? -El sarcasmo se vertía en cada sílaba que Atienne pronunciaba.

-Tengo mis metodos, pero ahora se que estas vivo.

-¿Qué quieres saber?

-¿Cómo estas?

-Ya conoces la respuesta. Estoy vivo y eso es más de lo que puedo estar. -Joel suspiro, era más que obvio que Atienne no estaba pasando nada bien la idea de que su amada Susan se fuera a casar con el señor.

-¿Estas seguro de estar vivo? -Joel no podía abrir la puerta. Sólo Susan y el señor tenían la llave. Quería entrar y darle ánimos a su amigo, pero esl era algo imposible por el momento.  -Suenas como un zombi.

-Tal vez ahora soy uno.

-¿Por qué?

-¿Por qué? Porque mi mujer se casará con un mal nacido, que decir que es un maltrador es poco. Esta embarazada y no puedo estar con ella. El maldito de mi hermano le hizo daño y quiere volver a lastimarla. Y, como si faltara más, pronto será Satun y yo estoy metido en una cueva.  Probablemente ya  me este adelantado al Satun.

-No digas tonterías. Entiendo que lo estes pasando mal, pero no es para exagerar. -Joel sentía la pena de su amigo como propia. Quería hacer algo, pero sus opciones eran limitadas. -Tomalo con calma.

-Es fácil decirlo para ti. No es la persona que amas que se va lejos a formar un futuro y a tener una vida de la que tu no formas parte.

-No lo sabes todo. -Joel se había sentido así una vez. Fue el momento en que entró a la habitación de Atienne y se encontró con Susan acorrucada en su pecho. Lo supo en ese momento. Su mejor amigo, en un momento su amor, formaría su futuro sin él. A Joel no le quedó más remedio que eliminar las esperanzas de un futuro compartido, recoger los pedazos y seguir adelante. -Hay cosas que no te digo.

-Puedo leer la mente. No es que haga falta que me digas.

-¿Me tomas por Susan? Sé que no lees todas las mentes que te pasan por el lado.

-No te imaginas cuanto te desprecio en este momento.








-No me hagas esto, me llevarás a la ruina... -Decler dejo de escuchar las excusas que el hombre le daba. La basura que le hablaba no era otro más que el infame Taemiro o, como otros le llamaban, el conquistador de tesoros.

-Deja de decir tonterías y responde la pregunta. -Llevaba más de una hora tratando de obtener la información, pero aparentemente eso le llevaría más tiempo.

-Te digo que no se. -El hombre empezo a llorar de nuevo. -¡No me hagas esto...!

-¡Callate! -Lo abofetio con fuerza. -Lo voy a repetir y esta vez quiero una respuesta. ¿Dónde estan? Sólo responde la pregunta.

-¡No lo se! ¡Te digo que no lo se! -Herald, la mano derecha del bastardo, entro en la habitación y se detuvo en seco.

-Yo...yo volveré más tarde. -La cara del hombre estaba pálida.

-No, no. Quedate, tal vez tu me des las respuestas que busco.

Estaba equivocado, ninguno de los hombres en esa asquerosa casa sabía algo sobre una niña. Era algo imposible de creer, pero ellos no dirían nada. Así que dejó de perder el tiempo y les hizo un agujero en la cabeza.

-Tú. -Llamo a una de las encargadas de los esclavos. -¿Tienen registro de lo que se vende y se compra?

-S...si. -La mujer miraba sus manos llenas de sangre.

-Llévame donde los tienen y deja de mirarme. -La mujer hizo lo primero, pero tardo más tiempo en hacer lo segundo. No era algo nuevo, estaba acostumbrado a las miradas de las mujeres. Pero en este momento tenía que hacer un trabajo. Así que no se podía dar el lujo de perder tiempo.

-Es aquí. -La mujer abrio la puerta y las luces se encendieron. -Esta es la oficina del amo. Los papeles que busca estan en aquel archivo, si desea yo podría...

-¿Irte? Me parece fantástico. Adiós. -Decler entro en la habitación y cerro la puerta. No quería gente a su alrededor mientras trabajaba. -Veamos...-Abrio el archivo y vio como el polvo salio disparado por todas partes. -No importa cuanto ganes. Cerdo eres y cerdo serás.

Los papeles estaban divididos con los nombres de cada uno de los "esclavos". Decia como fueron obtenidos y vendidos. Con fotografías del "producto".

-Al menos esto si esta en orden. -Descartando los "productos" que eran mayores de veinte años y los barones, dio con lo que buscaba. -Aquí estas. -Tomo el único grupo de papeles que estaban al fondo y sin etiqueta. -"¿Pura sangre noble?" ¿Así fue como la llamó el bastardo de Taemiro? -Siguio leyendo. -"Diez años, pelo negro, ojos claros"...Eso no importa, esto tampoco y, oh. Esto es lo que buscaba. "Apareció en una noche de tormenta con la cabeza rapada." -¡Al fin! Ya había logrado encontrar el lugar donde la hija del señor D'Otreal había estado. -Podré descansar esta noch...-Las palabras al final de la página aplastaron su alegría. -"Escapó" ¿Escapó? ¡¿ESCAPÓ?!

Pateo el escritorio, rompiendo la mesa y esparciendo todos los documentos que había sacado.

-¡Sólo una de cada cinco personas secuestradas puede escapar! ¡Y ella pudo! ¡SIENDO UNA MALDITA NIÑA! -Esto significaba que tendría que durar  más tiempo en su búsqueda. -Ni siquiera fue vendida. Podría rastrear la dirección, pero noooo. ¡Ella se escapa! ¡Maldito instinto de supervivencia! -Estaba cansado, harto de buscar y quería dormir un poco. -¡Mierda!

-¿Ocurre algo? -La mujer abrió la puerta y asomó el rostro.

-¡Largo de aquí! -Arrojo una lámpara que se estampó al lado del rostro de la mujer. Ella se fue inmediatamente. -Llevo demasiado tiempo en esta casa. -Sacó su teléfono y llamó a los otros guardianes.

-¿Decler? Pensé que estabas ocupado.

-Rastrea mi teléfono. Encontré un lugar de venta de esclavos.

-Vamos en camino. -Y colgo. No necesitaba decir nada más.

-¿Por qué mierda se escapó esa niña? -Esto cambiaba los planes y lo dejaba frustrado.

La Dama del Vampiro.© [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora