Olek Sandr

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dangelica120 ¡Feliz Cumpleaños bebé! Dios te bendiga y te regale muchos años mas de vida. Gracias por tu maravilloso apoyo, gracias por seguir aquí, para mí, demostrándome cuánto amas mis libros. Disfruta de este pequeño regalo con mucho amor.

KimberlyVRuiz también es para ti, gracias por tu apoyo y la espera, al fin llegó una de las perras favoritas y de corazón deseo que disfrutes de este primer capítulo.

Nos leemos el martes, no podré antes porque debo terminar de escribir un extra.

Los amo.

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{Laurel} 

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{Laurel} 


Tiempo pasado...

Era el día de mi cumpleaños número dieciséis, estaba muy emocionada, como pocas veces lo estuve en mi vida; de nuevo mis padres se encontraban de viaje y solo se preocuparon por hacerme llegar su regalo ya que se les haría difícil poder llamarme. Eso ya no importaba, tenía a Judith, la mujer que me había criado, la persona que llamaban nana y que muchas veces era mejor que una madre —al menos mejor que la mía— y también tenía a Olek, un chico un año mayor que yo, aunque corrigiéndome no era un chico, era el chico; ese que me tenía loca desde hacía tres años, el sueño hecho realidad para una joven como yo y a pesar de que me consideraba bonita, él no puso sus ojos en mí hasta un mes atrás cuando por accidente chocamos en los pasillos y derramé mi jugo de arándanos en su playera blanca.

—¡Maldición! —masculló y sacudió su camisa para que el líquido no siguiera empapando su ropa. En el percance también salí salpicada yo, pero supongo que eso no importaba en ese momento para él.

—Oye, lo siento —murmuré avergonzada, él ni siquiera me había visto a la cara—. Venía distraída y no miré por dónde caminaba —Lo escuché reír con sarcasmo.

Había rumores de que era un tipo egocéntrico y me iba a desilusionar comprobarlo por mí misma.

—Por supuesto que venías distraía —habló con desdén— eres una...—Levantó su mirada al fin y me vio a la cara, se quedó en silencio y luego negó— Esto me lo vas a pagar —anunció y lo miré incrédula.

—¡Pero fue un accidente! —aseveré— Además yo también dañé mi ropa —Señalé mi vestido y él miró justo en mis pechos, aunque quitó su mirada antes de que le dijera algo— y no por eso estoy armando un alboroto. ¡Joder! Pareces más chica que yo —me quejé, fue su turno de mirarme incrédulo, luego molesto y por último rio con diversión.

—Me gusta tu forma de ser —halagó y me quedé sin saber qué decir, estaba lista para defenderme de alguna ofensa, mas no de un halago— y me pagarás esto —Señaló de nuevo su camisa— yendo a tomar algo conmigo. ¿te parece? —preguntó, tampoco pude responder eso.

Perversa Seducción ® (21+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora