Mentiras peligrosas

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Feliz día a todas y todos, al fin volví.

¡Los martes de Jassy están de regreso! 

Espero que lo disfruten ya que creo que es el último que viene así, denominado en cierta categoría.

En cuanto pueda les regalaré otro capítulo.

Los quiero, corazones perversos.


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{Laurel}

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{Laurel}

Una vez hablando con Isabella, me confesó que lo que a ella le encantaba de las peleas con LuzBel eran las reconciliaciones que llegaban después y me reí en su cara alegando que para que mi amigo la follara con intensidad, no era necesario que pelearan. Por supuesto que manifestó que no era así y que no lo sabría hasta que lo viviera por mí misma. Y pues... ahí estaba, sentada en la silla detrás del escritorio en la oficina de Vértigo, con una sonrisa estúpida en el rostro y comprobando que lo que aquella loca dijo era cierto.

Nada se podía comparar al sexo de reconciliación.

Tenías razón sobre el sexo de reconciliación, Castaña terca.

Tecleé en mi móvil y se lo envié. La llamé así como lo hacía su marido cuando le tocaba demasiado los cojones; su respuesta no tardó en llegar y me sorprendió que estuviese despierta. Al decidirme a escribirle lo hice con la intención de que viese el mensaje cuando la mañana llegara en el país que la acogía.

¿Dime que te dejó caminando como Bambi recién nacido?

Me reí al leerla.

¿Así te deja LuzBel? ¿Y qué haces despierta a esta hora?

Me deja caminando como pingüino ahora que me tiene preñada. Y tu sobrina no me deja dormir. Elijah en cambio duerme como si Morfeo fuese mujer y le hace cosa sucias en los sueños, estoy tentada a darle una bofetada y después hacerme la dormida.

Eres más perra que yo cuando te lo propones y me has dado una buena idea para cuando Darius se porte mal.

Agregué muchos emoticonos de risa y a la vez me reí yo por su loca respuesta, ella respondió con uno de sonrisa pícara y seguimos con nuestra comunicación textual un rato más. Me habló de sus casi siete meses de embarazo y lo ansiosos que estaban todos por conocer a la nena que cargaba en su vientre, cambió el tema de forma radical cuando se acordó de algo y me habló sobre un nuevo club que estaban abriendo en Florencia —la ciudad en Italia donde vivían— y que Maokko estaba emocionada por ello, el lugar pertenecía a un ruso y era parte de una cadena exclusiva que él tenía en su país y en Milán. La loca asiática le pidió que la acompañara, pero Isa aseguró que sus energías las consumía su marido por la noche y sus clones en el día, así que prefería descansar lo poco que podía y prepararse para sus noches de trasnocho en cuanto llegara su pequeña. Por lo mismo Maokko aseguraba que esperaba por mí para ir al dichoso club llamado «Quimera» y al saber el nombre, deduje que era sinónimo de pecado.

Perversa Seducción ® (21+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora