Quimera

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caroliaann

¡Feliz cumpleaños corazón!

Al fin tienes edad para leer esta historia, aunque sé que eso no te importó desde un principio 😂😂😂
Bendiciones enormes en este día y ya te he dicho mucho, pero quiero que lo recuerdes siempre: eres parte de ese grupo de personas con las que sé que puedo contar sí o sí y deseo ser parte de tu vida para siempre (o mientras dure ese para siempre ya que no tenemos una vida tan larga como quisiéramos). Gracias por haber llegado a mi historia desde hace mucho y por haber dejado de ser una lectora fantasma por mí, gracias por ser hoy por hoy, uno de mis mayores apoyos.
Disfruta mi regalo que me desvelé terminándolo solo por ti 😘

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Capítulo madrugador para todas gracias a cierta persona 👆🏻 es bueno haber encontrado un motivo para torturarlas un poquito 😊

Los quiero corazones perversos, nos leemos el martes de nuevo.

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{Laurel}

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{Laurel}

La semana fue pasando muy rápido para mi gusto, pero agradecía todo lo que mis amigos hacían para que no pensara en nada que me doliera; por las noches era difícil no recordar aquel rostro lleno de pecas que me embobó como a una adolescente, incluso contaba aquellas manchitas en mi mente así como tantas veces lo hice cuando lo tuve a mi lado y me frustraba no poder sacarlo de mi cabeza, aunque intuía que todo eso se debía a que pronto estaríamos una vez más bajo el mismo techo.

No volví a ver a Fabio durante varios días y hasta creí que era mejor así, pues sabía muy bien que un clavo no sacaba a otro y nunca fui de las que buscó hombres para olvidar a otros; dediqué mis días a pasarla con los clones y a ayudar a Maokko con Marcus o más bien era al revés, pues el enorme moreno terminó por pedirme ayuda con aquella asiática que resultó ser muy difícil cuando se lo proponía.

— Te ayudaré, pero harás todo lo que diga y me seguirás el juego sin replicar en nada — le había advertido y solo asintió.

Comencé a ser atrevida con él cada vez que Maokko estaba cerca y me estaba arriesgando a perder la vida con eso, no obstante, confiaba en que Isabella y LuzBel me protegieran de aquella loca; al principio Marcus se sorprendió por mi actitud, pero pronto entendió que todo era parte de mi plan y me siguió el juego tal cual se lo pedí.

— Si Maokko ya no quiere comprobar que tan grande la tienes, puedo hacerlo yo — le dije al grandulón estando en la cocina. La asiática había estado entrenando con Isabella y los niños, pero me aseguré de que presenciara aquel momento; Marcus rio divertido cuando le dije aquello y negó incapaz de seguirme el ritmo.

Perversa Seducción ® (21+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora