II

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Desde que fui a Nueva York, decidí cambiarme el nombre a Lightning, para olvidarme de mi pasado. Le dije a mi madre que me presentase con dicho nombre y así lo hizo. Me sobró dinero, como unos 600$ y con ellos me compré una guitarra eléctrica, aunque me siguió sobrando dinero. Vaya país. Llevo tocándola desde los diez años, es una de las muchas cosas que hago para desahogarme. Durante los dos años siguientes, me expulsaron de varios colegios, concretamente de seis. ¿Por qué? Porque me aburría y me dormía en clase, aparte de que no sabía mucho inglés, y también hacía los amigos que no debía. Nada nuevo, en España era peor. ¿Os he dicho que mi padrastro Lancey es un cabrón? Bueno, un par de años después, no sé cómo, nos localizó a mi madre y a mi. Nos mandó una carta diciendo que volviésemos a España, que se comportaría mejor y todas esas promesas que jamás se cumplirían. La ilusa de mi madre se fue a España, dejándome con mi prima Luce y mi tía Lou. Estaba llena de odio, y gracias a un chico que iba por la calle con unos guantes de boxeo, me dio la idea de boxear. Me compré unas botas y un par de guantes y desde entonces, boxeo casi todas las tardes. Los padres de Luce se divorciaron cuando ella tenía seis años y no supo nada de su padre desde entonces.
En cuanto a los institutos, bueno, no eran mejores que los colegios, tampoco tenía menos tendencia a expulsarme, es más, me expulsaron de más institutos que de colegios. Daba toda clase de primeras impresiones, algunas fueron empollona, usé gafas grandes, cosa que desde entonces no hice, puta, fulana, bastarda y más insultos de un espectro bastante reducido. No repetía ningún curso, ya que sacaba notables y algún sobresaliente. Al final me quedé en un instituto llamado Clairemont High, en la que mi apodo era "alternativa". No era ni peor ni mejor, ni más fuerte, ni más flojo que los otros, para mi era otro más. Estuve allí desde los dieciséis hasta los dieciocho. Fueron seis colegios y doce institutos en total en los que me expulsaron. Los profesores del Clairemont eran durísimos y sacaba suficientes milagrosamente.
Cómo no, estaba la típica capitana de las animadoras que te tiraba el autoestima por los suelos. Cuando le toqué para insultarme hasta que no quedasen más insultos apropiados, la sorprendí, ya que con mi antigua familia me insultaban con insultos que ni siquiera sabía lo que significaban, incluso la pequeña Mary, era un demonio. Era fuerte, tanto por física, como mentalmente. Me entraron ganas de pegarla un puñetazo, pero me contuve porque si no, me iban a expulsar. Me llamó de todo durante esos dos años, nunca se rindió conmigo, y la admiro por eso, sólo por eso, por lo demás, era una zorra que vestía como tal, y que sacaba sobresalientes porque tenía un enchufe que ni ella se lo podía creer.
Un día, me harté y le dije que la vería en la salida para darle su merecido. Se rió. Pobrecita. Nadie, excepto Luce, sabía que boxeaba. Me la encontré con esa sonrisilla tonta en la salida creyéndose que iba a pisarme como una hormiguita indefensa. Al principió la piqué, si no, luego no me divertiría pegándola y echándola en cara todo lo que dijo antes. La pegué uno de mis mejores ganchos. La chica se calló al suelo y me miró con una cara de "por favor, déjame en paz". Obviamente, no lo hice, iba a pagar por todo lo que me dijo, hizo y lo que iba a hacer o decir. La pegué duro. Me acuerdo de ese día tan bien, estoy orgullosa de ello... El día siguiente vino con la cara casi llena de moratones tapados con maquillaje, aunque no fue suficiente, y puede que una muñeca torcida y un codo roto. Me encanta inmovilizar a la gente y tumbarla en el suelo. Sí, estoy completamente loca. Me miró con cara de miedo y habló con un chaval fornido, que debía de ser su novio. Vino hacia mí y me dijo que me vería en la salida. Bien, esa semana iba a ir menos días al gimnasio que de costumbre. Le vi en la salida con todo el equipo de fútbol dándole palmaditas. Ah, ¿no os dije que boxeaba con los ojos vendados? Así podía desarrollar el oído y no servirme de mi traicionero sentido de la vista. Puede que tenga superpoderes, porque sentía como el aire se contraía y se estiraba con los movimientos de la gente antes de que hiciesen algo contra mí. Me dijo: "Puede que con mi novia te hayas desahogado, pero conmigo te irás al hospital". Lo que me pude reír después de la pelea. Fue él quien empezó lanzándome un puñetazo directo a la nariz. Me desvié de su camino y su puño pasó por mi pelo, le cogí el otro brazo, se lo torcí hasta que quedó en la espalda y le tiré al suelo. Todos quedaron impresionados por mi fuerza. Le piqué, obviamente, de que no podía pegar a una chica y más cosas. Se levantó lleno de ira y fue con toda la carga. En boxeo o lucha libre o lo que sea, eso nunca se hace. Si aciertas, bien, quedas al objetivo aturdido, pero si no, has derrochado todas tus fuerzas. Pasó lo segundo, salté por encima de él y éste se calló, le pillé y le di una buena ración de puñetazos. También me acuerdo de ese día muy bien. El día siguiente vino con toda la mandíbula derecha y un poco de la izquierda llena de moretones, un ojo morado y un brazo torcido. Me temo que el quarterback no iba a jugar por unos meses. Desde entonces, todo el instituto me tiene respeto, aunque algunos seguían hablando mal de mí a mis espaldas, concretamente la animadora de cuyo nombre no me quiero acordar. El último año lo pasé bien, mejoré mis notas a bienes y un grupo me acogió como guitarrista principal. La cantante se llama Hope, la cual ni se inmutó con mi nombre, ni yo con el suyo, es más, me gustaba, y su pelo, oh, su pelo, de rosa palo, precioso. El bajista se llamaba Dilan y el batería Vic. El grupo se llama Beat Your Enemies. Todos tienen mi edad ahora.
Y esta soy yo, vestida toda de negro, es mi color favorito, con mi pelo negro y mis ojos oscuros, piel anormalmente pálida y pelo a lo Beau Bokan, solo que más largo. Con 18 años me tocaba ir a la universidad, aunque no voy a ir a ninguna. No necesitas ninguna carrera para ser guitarrista, sólo ensayar todos los días. Fácil.

La Chica De NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora