XII

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No es nada especial para cualquier persona, pero para mi significaba mucho. Era algo que Hope me debía hace tiempo. A Hope y a mi nos encanta el fútbol américano, es un hecho y hace unos meses, en el partido en el que nuestro equipo ganó el campeonato nacional, me prometió la camiseta del chaval que marcó el tanto que nos hizo ganar, la misma que él llevo aquel día. Me acuerdo que se la dio a alguien de las primeras filas y Hope se fue corriendo a pedírsela, pero volvió con nada en las manos. Sé que la compro en aquel entonces. Y ahí estaba. Doblada y húmeda.
-No la he lavado - comentó Hope.
-Me encanta. ¿De dónde la has sacado?
No respondió, pero me guiñó un ojo, con lo cual, significa que no me lo iba a contar para no estropear la sorpresa. La camiseta, obviamente, es negra con los números azules, nada raro. Creo que si iba ahora mismo con eso puesto, la gente se alejaría de mi. Creo que ya sabéis por qué, así que luego la lavaré.
-¿No te la pones? - dijo Hope sarcásticamente. Le dirigí una mirada como respuesta. - Vigílala bien.
Se fue de la habitación por motivos que ni yo sé. Oí a Hope decir algo en el pasillo, pero no la oí. Inspeccioné bien la prenda, la saqué de la caja, porque todavía seguía allí, y comprobé que había una nota.
Te dije que siempre las cumplía.

                                              H (&S)
-Hope - grité para que viniese, pero no vino, en cambio vino la otra persona con quién se suponía que Hope estaba hablando antes. Dejé la camiseta en su sitio otra vez, tapando la nota.
-¿Qué haces aquí? - le pregunté.
-Ya que pasaba por aquí, venía a verte - dijo Scott.
-¿A dónde ibas para tener que irte a las afueras de Nueva York? ¿A por drogas? - pregunté sarcásticamente.
-¿Qué es eso? - dijo. Ha cambiado de tema... eso es que...
-¿Te drogas?
-No - dijo cortantemente -. ¿Qué es eso?
-Una camiseta. Vete, si sólo venías a verme.
Estaba jugando con las joyas de Hope y con mi crystal. Suena algo cursi, ahora que lo pienso, pero da igual.
-¿Es tuyo? - preguntó cuando lo cogió. ¿Qué le iba a decir cuando brillase? Me di la vuelta para ver a qué se refería, aunque más que eso, es para ver si estaba brillando. No lo estaba haciendo, lo cual me pareció raro. Se me ocurrió una idea. Le quité el collar, el cual en cuanto lo toqué empezó a brillar.
-¿Ves lo mismo que yo? - preguntó mirando fijamente el collar.
-¿Ver el qué? - hacerse la tonta siempre es una buena opción, aunque no siempre funciona al 100%.
-¿No lo ves? - dijo seguramente pensando en que está pensando.
-No sé a qué te refieres.
-Ya - dijo con una carcajada sarcástica. -, mientes muy mal, Lightning... Por ciero, ¿cuál es tu verdadero nombre?
-Ya lo sabes. ¿Y por qué estaría mintiendo?
-¿Tu verdadero nombre es Lighning? ¿Los españoles hablan inglés?
Mierda, nunca pensé en eso, pero a lo mejor si le decía alguna mentira...
-Mi padre es de Inglaterra - respondí. Creo que se ha notado un poco que al decir padre vacilé un poco.
-Ah - dijo, aunque sé que no se lo tragó. -. ¿Me vas a decir lo que es?
-¿Que es el qué?
Señaló lo que está detrás mía con la barbilla.
-Una camiseta de Los Pumas, nada interesante...
-¿Nada? Soy de su equipo - dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Mierda, una cosa en común. Bueno, tienen muchos seguidores, eso no puede significar mucho. -. ¿De quién es?
-De Joss - él es como el Cristiano Ronaldo del fútbol américano, contemporáneo y buenísimo. Tengo un autógrafo suyo en algún sitio, aunque lo perdí con la mudanza. Una pena, pero prefiero la camiseta un millón de veces más.
-¿En serio? ¿Puedo verla? - dijo entusiasmado. Parecía un niño pequeño esperando a abrir los regalos de navidad. Me reí ante aquello, me hace muchísima gracia la impaciencia de los críos. Me miró con cara de cordero degollado pensando en que estaba siendo sarcástica. Su cara me hizo reírme aún más y juntó las manos como si estuviese pidiendo "por favor". Me reí aún más, me quedaba nada para empezar a llorar de la risa. Me aparté para que la mirase y me dejase. Se acercó a la caja en una zancada y la cogió. ¿Soy yo o está viendo la nota de reojo y...? ¿Sonríe? ¿Por...? Un momento. Hope y... S...
-¿Eres tú el que le dio la camiseta Joss? - ¿y le dio la camiseta a Hope para que me la diese a mi? Es decir, ¿me ha dado la camiseta de mi jugador favorito de todos los tiempos? Sólo sonrió aún más. -¿En serio? ¿De verdad me la has dado?
-Claro, cualquier cosa por mi chica.
-Que no soy tu novia - dije con tono de cansada. Este chico sabía sacarme de mis casillas. Vale, puede que fuese un detalle, o un detallazo, el darme la camiseta, pero aún así seguía sin serlo. Ni si quiera me lo ha pedido y "apenas" le conozco. A ver, amigo no es porque me saca de quicio, pero desconocido no es, porque no lo es, y conocido... podría ser.
-Una cosa es que lo seas y otra que no lo admitas - dijo y sonrió. Se acercó y se inclinó hacia mi, pero le puse un dedos en los labios y alzé la ceja. Cerró los ojos con impaciencia y se fue.
No sé por qué cada vez me tolera más cosas. Esperé unos minutos para no encontrarme con él en algún lado y humillarme públicamente. Hoy teníamos ensayo de la banda, porque los grupos que se matriculaban tenían que interpretar un sencillo delante de toda la universidad. Por universidad eran cinco o cuatro grupos, en las grandes siete u ocho, y en las pequeñas un par como mucho. La nuestra es más o menos entre mediana y pequeña, ya que está a las afueras. Fui a coger el crystal cuando... oh, oh. No estaba el crystal donde se suponía que está. Scott... Le llamé cuanto antes.
-¿Sí?
-Mi collar - dije con impaciencia -. Le quiero aquí ahora mismo.
-Vale, vale, pero ahora no...
-Ahora, aquí - le interrumpí.
-Ven luego a las diez al bar ese enfrente del parque Teld - mala elección. Digamos que por ese barrio a un poco más de esa hora, había de todo. Bueno, asesinatos no porque en la tele no solía aparecer noticias de ese estilo. Como que no tenía ganas alguna de ir por allí.
-Vale - dije al final. Si me ocurría algo, le echaría la culpa a Scott.
Me fui a ensayar la canción que elegimos después de media hora discutiendo por la jodida canción. No es que ensayáramos mucho tiempo, pero a mi me bastaba como "hora diaria de tocar guitarra". Aunque en realidad haya sido hora y media. Me fui a coger la moto cuanto antes posible para coger el collar e irme.
Aparqué en una zona en la que no habían muchos robos, y todos sucedían por la tarde. Andé hasta el bar ese que decía Scott. Entré y, bueno, digamos que es el típico bar de peleas y botellas de critsal partidas por la mitad, y la otra mitad en alguna cabeza, algunos cuerpos esparcidos por ahí, ya me entendéis. Me encontré a Scott en la barra hablando con un chaval. Sinceramente, no sabía cómo localizé a Scott, si su amigo está enfrente mía. Me guiñó el ojo cuando me vio, vamos, a un segundo de entrar. Scott se dio la vuelta para ver el que recibió el gest de su ¿amigo? La verdad es que, digamos su amigo, es bastante guapo. Scott se dio la vuelta para mirar a su amigo. Suponía que le lanzó una mirada como "aviso".
Se dirigía hacia mi con su sonrisilla tonta, que, he de admitir que le queda bien en su cara.
-Hey.
-El collar - dije tendiendo una mano. Se inclinó para decir el "precio del rescate". No sé por qué lo iba a hacer, porque el collar a lo mejor no es como para dar un beso a Scott. ¿Y si es un truco de Scott? Nah, demasiado elaborado para él. Y además, ¿cómo había hecho para que brillase así?
-Vámonos - dijo al ver que no conestaba. Sabía que si hubiese dicho que no, le habría dado un empujón suave o habría hecho un comentario sarcástico. Antes de pisar si quiera un paso, sentí una mano en mi brazo. Como soy muy desconfiada, no creí que fuese Scott, él me está guiándo con una mano en la espalda. Por si acaso, miré hacia mi brazo derecho y encontré una mano que sabía que no era la de Scott ni aunque tuviese miopía. Es una mano callosa y grande, con dedos largos, gordos y cicatrizes. Creo que Scott me vio ver la mano.
-Eh, suéltala - dijo colocándose delante mía a un hombre alto y fortachón. No sé cómo no le intimidaba ni un poco. Me asomé hacia un lado para ver lo que pasaba.
-Oh, el novio impotente va al rescate - dijo con tono burlante y después se rió a carcajadas. Scott ni se inmutó. Sentí una mano en la mía y algo frío. Dirigí mi mirada hacia mis manos y encontré unas llaves y mi collar.
-Está en la calle de al lado - me susurra Scott y me empuja. Se remangó las mangas y dijo algo que no oí porque estaba fuera del bar.
Se oían gritos salvajes de ahí dentro. La verdad, estoy preocupada por lo que le pasaría a Scott. Encontré la moto de Scott aparcada a un lado de la calle. Me fui a la universidad a toda velocidad.

La Chica De NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora