XXI

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Amanece otro día en la universidad.

Otro martes.

Y luego otro miércoles.

Y después otro jueves.

¡Y al fin viernes!

-Eh, ya sabes, te recogo a las cuatro - me recordó Brooke.

-Pero...

-Eh, eh, eh. Nada de peros.

-Supongo que hoy tampoco podré ver a Scott...

-No, hoy entrenas. Y a ver si Axel descubre tu poder...

-¿Tan importante es?

-Bueno... te pone en una categoría.

-¿Categoría?

-Exacto.

-¿Y eso es para...?

-Veamos... - sonó el timbre del toque de queda - Oh, mejor te lo explico mañana.

- Vale... adiós.

-Hasta mañana.

Me dirigí directa a mi habitación y no encontré a Hope por a habitación y recordé que los fines de semana podía irse del campus.

Cogí el móvil, que lo dejé cargándose mientras me iba a ensayar.

¿¡Quince llamadas perdidas!? ¿De Scott? Le llamé rápidamente y contestó casi al momento.

-¿Cariño? ¿Estás bien?

-Eh... sí... ¿a qué viene estas llamadas repentinas? - si os soy sincera, estaba un poco preocupada y cabreada porque de repente se interesase por mí.

-Era para ver si estabas bien... como no llamabas...

-También podías llamar tú, ya sabes, cuando quieras.

-Bueno, ya lo he hize... y al ver que no contestabas me preocupé de que te hubiese pasado algo... Por cierto, ¿haces algo mañana?

-Sí, tengo que... - ahora es cuando viene ese delicado momento en el que decides si mentir a tu pareja o decirle la verdad y correr el riesgo de decidir que estás loca y que te deje. Supongo que la última me dejaría en buen lugar y al mismo en mal, porque creo que se lo podría decir a todo el mundo sintiéndose orgulloso de que su novia sea una bruja, lo cual estaría mal, ya que Serah y los demás creen que es mejor que cuanta menos gente sepa lo mío menos Malums y cazamagos lo sabrían. Sí, también hay cazamagos, y según Arriane, no son de esta dimensión. No me explicó nada más porque dice que no los han molestado en unos veinte años. Es increíble porque cuando tienes esa piedra, vives diez veces más que un humano y mueres con la apariencia de cuarenta, cincuenta si vives mucho, años. Serah tiene mi edad, claro, ella es la más jóven. El más antiguo es Axel, que no ha querido decir su edad. Ninguno lo sabe. Sin embargo...

-¿Qué pasa?

-Nada... sólo que... voy a hacer unas cosas.

-¿Me estás engañando?

-¿Qué dices, tonto, ¡pues claro que no!?

-Bueno, me sentiría más seguro si me dijeses a dónde vas.

Ugh, no me gustan los novios que tienen que saber todo sobre ti.

-Voy a correr, ya está, algo normal que hacen la mayoría de las personas.

-¿Puedo ir contigo? Para que no te pase nada...

-Lo cierto es que he quedado con unas amiga y...

-Lo pillo, lo pillo. Buenas noches, chiquitina.

-Buenas noches, tonto.

Y dicho esto, colgué, me duché, me puse el pijama y me desplomé en la cama de lo cansada que estaba.

Sentí un frío repentino justo después de despertarme. Pero estamos en Octubre... y la ventana está cerrada... y... mi habitación estaba llena de nieve. Me quedé alucinando cuando alguien, invisible, y sin dejar ninguna huella, escribió en el suelo: ‘Llegas tarde’.

Que yo sepa, ninguno de los chicos tenía el poder de controlar los elementos, o lo que sea que pudiese hacer eso, pero claro, no sabía los poderes de todos, así que no me sorprendí tanto.

Salí de la cama y me vestí rápidamente con ropa deportiva.

-¿Siempre tan puntual? - dijo Brooke sarcásticamente.

-Yo soy puntual desde el 95 y sigo siéndolo. Oye... ¿alguien tiene el poder de que nieve en mi habitación? - sólo sonrió, lo que significa que es ella. - Ya veo... ¿y cuál es tu poder?

-Controlar el agua en todos sus estados. Y también puedo convertirme en agua evaporada y en agua y en hielo.

-¿En serio? ¡Tiene que ser alucinante...! ¿Y el coche...? - se fue corriendo en la mismadirección a la que fuimos el otro día. - Oh, tienes que estar de coña... ¡pero si está en la otra punta de la ciudad!

-¡Tan lejos no está! - dijo Brooke gritándome. La seguí hasta alcanzarla, lo que no me llevó mucho tiempo. - A ver quién llega primero. Lumen celeritate - dijo y se fue corriendo tan deprisa que en apenas segundos cruzó toda la calle. Se paró en la esquina que había que pasar.

Lo que me sorprendió era que nadie se inmutó. A lo mejor tenía una especie de... hechizo invisible.

Cerré los ojos y corrí hacia ella. Todo iba más lento, como a cámara lenta. Todos iban por la calle sin apenas enterarse, cuando me di la vuelta, iba por mitad del camino, y la gente con quién me cruzé justo cuando comencé, se giraban muy lentamente hacia mí. También cuando daba un paso saltaba el doble que normalmente lo haría. Cuando cruzé toda la calle, me encontré a una Brooke con la boca abierta.

-Pero qué...

-¿Cómo he hecho eso? Quiero hacerlo otra vez...

-Eso quisiera saber yo... Un momento - dijo levantando el dedo índice y cogiendo su móvil. Marcó un número desconocido para mí. -. ¿Hola? ¿Harvey? Creo que ya sé el poder de Light... Sí, lo que has oído... Mejor que vengas y lo compruebes... Estamos en el primer cruze desde el campus al domum... Vale... Nos vemos.

-¿Cuál es mi poder?

-Puedes controlar la luz.

La Chica De NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora