capítulo VIII

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No podía creer lo que estaba pasando me sentía en las nubes, no podía dejar de verla y sus carisias en mi mejilla no dejaban que me concentrara.

Seulgi – espero que esto no sea un sueño y di lo es no quiero despertar.

Irene – claro que no es un sueño, esto de verdad paso y me gusto – no sabía que hacer así que la volví a besar, con solo tres beses de haberla besado ya soy adicta a sus labios.

Seulgi – ahora si vamos a poder hablar, enserio quiero saber qué es lo que está pasando entre nosotras.

Irene – enserio que mata momentos eres.

Seulgi – no es eso, es que no quiero ilusionarme con algo que a lo mejor no pasara – seguíamos abrazadas pero al momento de decir eso ella se alejó, en ese momento pensé lo peor.

Irene – mira no quiero que pienses eso, enserio siento algo por ti.

Seulgi – es que tengo miedo de que te vuelvas a alejar, no quiero perderte.

Irene – lo que paso fue porque me sentía confundida, no entendía lo que me pasaba o no lo quería aceptar pero al ver que te ibas derribe todas mis barreras. – se miraba tan vulnerable estaba a punto de llorar, no lo resistí y la abrase no quería verla llorar.

Seulgi – gracias por decirme todo esto, pensé que yo había echo algo mal, no estés triste por favor no llores no me gusta verte así, yo también siento algo por ti – al decir eso ella volteo a verme a los ojos, limpie las lágrimas que rodaban por sus mejillas – anda muéstrame esa sonrisa hermosa que tienes y que tanto me gusta – poco a poco fue apareciendo esa sonrisa que me mata.

Irene – ¿estamos bien ahora?

Seulgi – claro que estamos bien, pero una pregunta ¿ahora que somos? – lo pregunte con tanta vergüenza, temía por la respuesta.

Irene – por lo pronto somos amigas – al decir eso sentí como si me fuera a desmayar – no creas que por que nos hemos besado ya somos algo más, necesitamos tener citas no creas que soy tan fácil de conquistar. – me guiño un ojo, al terminar lo que dijo sentí como soltaba todo el aire lo cual no sabía que estaba reteniendo.

Seulgi – así que citas, te digo que soy muy buena planeándolas – al momento de decir eso me arrepentí tanto al ver como cambiaba su cara de feliz a enojada.

Irene – como es eso has tenido muchas relaciones, ¿me llevaras al mismo lugar a donde ibas con ellas? – Su tono de voz me asustaba mucho, nunca la había visto tan enojada – creo que me tengo que ir. – agarro sus cosas y se acercó a la puerta.

Seulgi – espera no hemos quedado cuando va a ser nuestra cita.

Irene – no te preocupes no creo poder esta semana o la otra tengo una agenda muy llena – lo dijo volteándose para irse, la alcance y la abrace por detrás pase mis brazos por su cintura.

Seulgi – por favor no te vayas perdón por lo que he dicho no quiero que estés enojada conmigo.

Irene – no estoy enojada y si me voy es porque me tengo que ir – vi como tenía el ceño fruncido se miraba tan tierna sabía que se había enojado por las supuestas citas que he tenido.

Seulgi – venga quita esa carita, sabes que enojarse mucho hace que envejezcas más rápido.

Irene – aparte de mujeriega, me dices vieja – lo dijo gritando y alejándose de mí, me volví a acercar y la volví a abrazar.

Seulgi – vieja tu para nada nuca te diría algo que no es real estas hermosa y lo de mujeriega no me queda, si tu serás la primera persona con la que voy a salir – al momento de decir eso pude ver en su cara toda la confusión.

Irene - ¿Cómo que la primera? Si me has dicho que eres muy buena planeando citas.

Seulgi – si te lo dije, pero da la casualidad que esas citas no eran para mí si no que ayudaba a alguna de mis madres para sorprender a la otra. – al decir eso Irene bajo su rostro y pude ver como se sonrojaba, no me canso de decirlo es tan tierna.

Irene – ¿tus madres? ¿Entonces nunca has tenido una cita? ¿Yo seré tu primera cita?

Seulgi – si, no y sí.

Irene – seré tu primera cita – su cara cambio a una de felicidad, se voltio y me abrazo por el cuello, se separó un poco de mí y nos quedamos viendo me fui acercando a sus labios ya casi la besaba cuando ella volteo el rostro, me separe y la vi sonreírme. – No doy besos antes de la primera cita – me guiño y se fue de la sala de canto, ay Irene que haré contigo.

Cuándo decidas quererme (Seulrene) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora