Un día nublado y con lluvia, un dia triste y flojeroso para levantarse, pero no había mas que hacer así que Amelia se preparó para salir de casa y dirigirse a su trabajo.
Desde que despertó y en el camino pensando si vería a Alberto y como sería su encuentro, realmente no sabía como reaccionaría o si Alberto tendría una buena explicación por lo sucedido.
Temerosa y con coraje espero a subir al autobús y darse cuenta realmente de lo que había pasado.
Acostumbrada a sentarse cerca de la entrada del autobús, volteaba muy despistadamente recorriendo cada uno de los asientos para ver si veía a Alberto, había mucha gente, unos bajaban otros subían, pero Alberto no estaba ese día en el autobús.
Más intrigada estaba Amelia, dirigiéndose a la escuela a comenzar sus labores, sin dejar de pensar que pasaria con el. Llegaban miles de ideas a su cabeza.
Saludando a Mary como era de costumbre y a las otras maestras, Amelia le dice en voz baja a Mary.... Necesito contarte algo, Mary notó inmediatamente que la expresión de Amelia no era de alegría, pero tenía que esperar para que Amelia le contara lo sucedido.
Al poco tiempo de terminar las clases y con poco ánimo, se acerca Mary y le pregunta que tal su cita, Amelia le pidio si podía ir a su casa sin mencionarle nada. Allá la esperaría Amelia.
A pocas cuadras del colegio antes de tomar el autobús, caminaba con su paraguas y cabizbaja, llegando a una esquina levanta su cabeza para ver el semáforo y saber si podía cruzar, cuando de repente, de su lado derecho se acercó alguien y le dice.... Te invito un cafe? Amelia sorprendida pero conociendo la voz giro sus ojos a ver al joven, era Alberto, Amelia no sabía que decir estaba entre gustosa y enojada y no contestaba.
Alberto la toma del hombro y le dice.. Porfavor escuchame tenemos que hablar. Amelia acepta no muy convencida y regresan para entrar a una cafetería que estaba cerca, hacía frío y no dejaba de llover.
Alberto le comenta a Amelia que ayer en la noche el fue a su casita, Amelia lo negaba puesto que su casa era tan pequeña que si hubiera llegado era imposible no escucharlo, y Amelia lo interrumpe diciendole que era mentira que porque no fue, que ella estuvo todo el tiempo ahi esperandolo, estaba muy irritada, pero Alberto la interrumpe diciéndole que si fue, que paso por el pasillo largo que lo llevaría a su casa y que poco antes de llegar un hombre de cabello claro, delgado y muy alto lo paro para preguntarle a donde se dirigía, ya obscuro poco antes de las 9pm. Amelia al darse cuenta que las señas que le daba Alberto eran reales lo interrumpió diciendo en voz alta.... Que? Que estas diciendo? Amelia sabia quien era la única persona que podía estar cerca de su casa y con esas características.
En lo que escuchaba a Alberto disculpandose y explicandole porque no llegó a su puerta, Amelia ardía de coraje y no podía entender porque paso eso.
Alberto termino de contarle que le contestó al hombre que iba a visitarla y que ella estaba esperandolo, pero que muy sorprendido se quedó porque el hombre quien nunca dijo su nombre le dijo a Alberto que Amelia estaba en una cena con su familia y que no la podía interrumpir, Amelia mas enojada estaba al escuchar lo que le decía Alberto, y Amelia negando todas esas palabras pues jamás salió de su pequeña casa por estarlo esperando.
Amelia sabía perfectamente que ese hombre era el Sr. Robert, pero no podía entender porque con mentiras, y porque el atrevimiento de no dejar pasar a Alberto, aún estando prácticamente dentro de la propiedad,esos cuartos donde ella vivía no correspondia a los Oliver.
Muy enojada pero ahora por el atrevimiento indebido de Robert, pero contenta al saber que Alberto si fue a su casa como acordaron.
Un poco mas tranquilos y relajados con la plática, Alberto saca de su chamarra una cajita con chocolates, poco derretidos y se los da a Amelia,era una de las cosas que llevaba a su casa esa noche, también llevaba unas flores pero no se las entrego ya que se habian marchitado rápidamente.
Después de platicar muy buen tiempo Amelia recuerda que Mary iría a su casa, y decide retirarse, Alberto le pide acompañarla pero esta vez Amelia no acepta porque sabía que tendría que hablar con el Sr. Robert y si era necesario con su familia.
Subieron juntos al autobús, pero Amelia bajo antes para ir a su casa, se despidieron contentos quedando de verse al dia siguiente en el autobús, Alberto se despide con un beso en la mejilla, Amelia sonrojada inclina su cabeza con una sonrisa.
Apresurada se dirigía a su casa para ver a Mary, pensando en ir a hablar con Robert, pero esta vez ganaba su felicidad que su enojo.
Llegando a su casa, se pone comoda y espera a Mary para contarle, en lo que prepara alglo rápido para comer, tenía mucha hambre.
Ya sentadas comiendo y platicando, aunque el tema principal era Alberto, Amelia le pregunta a su amiga si alguna vez había tenido un problema para entrar a su casa, Mary extrañada le dice que no, que nunca, todavia no le contaba lo de el Sr. Robert.
Después de explicarle a Mary lo que sucedió la noche anterior y lo que Alberto le contó, se dirigieron a casa de los Olivers para hablar con él.
Tocaron en varias ocaciones pero no abrieron la puerta, al regresar por las escaleras sale el Sr. Robert de una puerta dirigiendose a ellas, se veía sucio y muy descuidado, mas de lo normal y tenía en la mano un rastrillo (escoba para barrer hojas).
Amelia ve que se acerca y camina rapidamente a él, Mary tratando de decir entre cortada la voz, porque caminaban muy de prisa que se calmara.
Amelia le reclama al Sr. Robert primero tratando de moderar sus palabras porque había hecho lo de ayer en la noche, lo cual con una sinica mirada le contesta que no sabe a que se refiere y que el no vio a nadie ayer por la noche, era tanto el coraje, la discusión y la impotencia de ver como contestaba el hombre y su sinismo que levantó tanto la voz y del coraje que tenía comenzaron a salir palabraa mal sonantes de su boca, por primera vez Amelia contestaba con tantas malas palabras, calmandola Mary decidieron retirarse sin antes advertirle que jamás se volviera a meter en su vida y en las personas que visitaran su casa, pero aquel hombre sonreía irónicamente sin contestar.
Ya estando en la casa, No podían entender como un hombre que aparento ser tan bueno tenía esa actitud tan diferente y no entendía Amelia porque negaba las cosas, estaba sumamente enojada.
Tenía que preparar material para la clase de mañana, así que Mary se despidió de Amelia, diciendole que todo se arreglaría y que no le diera importancia a lo sucedido que lo importante es que ahora estaba bien con Alberto y sabía la verdad.
Cansada ya para dormir va al refrigerador a tomar un vaso con leche y llevarlo a su recámara.
Sentada en la orilla de la cama, pensando, suspirando y de repente con la imagen de ese hombre que no podía ver ni soportar más, pero la imagen de Alberto venía a su mente y se sentía feliz.
Al poner su vaso de leche a un lado de su cama en su buro, se da cuenta que nuevamente está ese legajo con hojas que aún no se atrevía a terminar de leer, estaba tan cansada, pero los tomo nuevamente en sus manos, quería dormir, pero pensó que era el momento de dejar su pasado atrás y esa era una forma de hacerlo, pensaba en quemarlos aunque fueran de su padre, pues solo trajeron dolor a su vida.
Toma los papeles y comienza a leer la última carta.
Amelia con emoción descubre en esa pequeña carta y con muy breves palabras, que tiene una media hermana un año mayor que ella, aún que no cerca vivían en la misma ciudad, la carta era de Tini, tarde pero esperando pueda encontrar a su media hermana y que Sofía ( su media hermana) sea mejor que sus otros hermanos con ella, en la carta le deja algunos datos para que pueda localizarla.
Y le explica que Sofía siempre supo de la existencia de sus medios hermanos.
Las cosas cambian para Amelia con la presencia de Alberto y la ilusión de encontrar a Sofía.
Probablemente Trini sabría o algo sentía para hacer esa carta y darsela en su cumpleaños ya que siempre vio lo mal que la veían sus hermanos hasta su misma madre.