Capítulo 12.

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Es la hora de la cena. Antes de comenzar las clases, era todo un gusto, podíamos conversar de todo y de todos. Realmente lo disfrutaba. Ahora siento un cierto temor, sé que Wesley llamó a mis padres para informarle de la situación, ahora sólo espero que no lo recuerden.

-Calma, _____- no es una competencia decía divertido mi hermano Ashton-.

Quería comer lo más rápido posible para no tener que enfrentarme al reto de mis padres si es que lo llegaban a mencionar.

-Y cuéntame, hija, ¿cómo van las clases?- dijo mi padre increiblemente pacífico.

-Hmmm -balbuceo un momento- bien, he conseguido buenas calificaciónes-

"Por favor que no lo mencione, por favor que no lo mencione" decía mi conciencia repetidas veces.

-¿Ah sí?- preguntó sin dejar de mirar su comida.

-Sí...-

-Pues fíjate que tu profesor de Química no me ha dicho lo mismo- esta vez sí me miró.

-¿Qué te ha dicho?- Mi corazón se aceleró.

-No llevaste el informe que debías hacer-.

-Es que se me olvidó... yo sí lo tenía-. mi temor mi controlaba.

-Es que se me olvidó- dijo imitandome -¿Y quién es ese tal Luke? -preguntó en una mezcla de enojo y confusión.

Mi corazón comenzó una maraton de mil kilometros por hora, mientras que mis manos lloraban agua. No quiero imaginarme qué le dijo Wesley sobre él y yo.

-Es con quien debía hacer el proyecto-.

-¿Y por qué con él?- inquirió.

-Esa vez llegó tarde y sólo había un asiento, que era a mi lado-

-Desde ahora, o haces los trabajos sola o con un buen estudiante.-

-Sí...- no quería decir más.

Luego de aquello mi padre, madre y hermano hablaron. Yo ya no quería mencionar ninguna palabra más.

Cuando subo a mi habitación, quito mi ropa para prodecer a tomar una ducha. El agua exquisitamente caliente que recorría cada parte de mi cuerpo me hacía relajarme y pensar. Desde el inicio de clases todo ha cambiado, las coversaciónes con mi familia, ya no son las mismas, con mis amigas, a quienes tengo más confianza, tampoco lo son. Por los castigos, ya casi ni hablo con ellas.

Éste tipo, que llega, creyéndose no sé quién cree él, me lleva a nada más que a problemas. Desde ahora ya no le hablaré, ni tendré nada que ver con él.

Pero, sin embargo, cuando pienso en él, hay algo, una sensación que no me deja tranquila, como que si estuviese esperando algo que no llegará, pero aún así. Tengo esa sensación.

Al dormir, sueño con ojos azules, increíblemente azules y pertubardores.

ANTÍTESIS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora