Capítulo 21.

65 7 3
                                    

Sentía cómo una mano me guiaba pasando por entre medio de todo la gente. No me quejé ni retuve, no podría decir que mis cinco sentidos estaban alertas como para poder hacerlo.

Luego sentí cómo un cuerpo me empujaba hacia una cama, se abalanzaba sobre mi y unos manos recorrían mi cuerpo.

Con mi debil y frágil instinto sentí la sensación de tener que salir ya de ahí. Y lo hice. Supongo que el tipo estaba más borracho que yo.

Corrí y corrí y la sensación de mareo seguía en mi organismo, lo peor de aquello era que aunque hubiesen pasado ya más de media hora no paraba, seguía ahí y empeoraba. Después creo haber entrado a lo que sería un baño. Mojé mi cara con ambas manos. Miré el reflejo de mi en el espejo. Éste no se quedaba quieto. Casi invisible, luego todo se movía, nada estaba quieto, la música se convertía en ruído grave y bastante denso, como un subterraneo.

Al salir de ahí sentí cómo la música me golpeaba y aquello me hizo darme cuenta que debía salir de ahí. Tras pasar y pasar por en medio de la gente me encuentro con unos ojos azules mar muy conocidos.

-Lucas -de repente mi equilibrio se volvió inestable.

-¿Qué...?

-Luke -tomé su cuello y mi yo borracha se acercaba a besarlo-.

Él levantó mi cara a su altura:

-Madre mía...

Y desde ese instante sólo sé que no supe nada más de lo que hacía.

-Vamos -y sentí cómo alguien me cargaba como a las princesas-.

-Luke...-

Nada.

-Dónde...- un poco más consciente-.

Nada.

Sentí cómo caí en una suave cama y el contacto con esas suaves sabanas me hicieron entrar en un profundo sueño.

ANTÍTESIS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora