Capítulo 22.

56 6 1
                                    

Un rayo de luz me despertó de golpe, y al abrir los ojos veo una habitación completamente distinta a la mía.

Madre santa.

Al tallar mis ojos con las manos todo es más claro, una habitación blanca color hospital está alrededor de mi, la cama en la que estoy sentada es de un tono parecido. Pero no estoy sola, hay un cuerpo a mi lado.

Empiezo a mover el cuerpo suavemente hasta que llegué a sacudirlo. Él, estaba boca a bajo, por lo cual no podía ver su rostro.

-Oye -y no, no es un desconocido, siempre supe que este imbécil era un degenerado- Lo sabía, eres un pervertido- y me levanté.

-¿Qué? -repitió el acto mío al despertar y frunció el ceño.

-Quiero ya una explicación del porqué estaba contigo en la misma cama.

-Cálmate -señaló y al pararse noto que está en ropa interior. Tragué.

-No.

-Recuerdalo por ti misma.

Y lo hice. Por alrededor de tres minutos estuve pensando qué había pasado la noche pasada. Y esto es lo que salió de mi mente:

-Luces.

-Vodka

-Habitación.

-Luke Hemmings.

-Tú no estabas conmigo. ¿Cómo...?

-Nada pasó -aclaró- Estabas demasiado ebria como para estar en pie y te traje acá.

Saber que nada pasó fue 99% alivio y 1% decepción.

-Pues... gracias.

Se encongió de hombros, creo que su manera de ''De nada'' conmigo era encogerse de hombros.

-Sabes donde vivo, ¿por qué no fuiste allá directamente?

-No pienso que hayas querido que tus padres te vieran así -decía mientras se vestía-.

No respondí, era cierto, mis padres no podían verme de aquella manera.

Pero esa no era la razón.

GRACIAS POR TODO, SUS VOTOS, COMENTARIOS, SON MEJORES QUE LA PIZZA, EL SUSHI, HAMBURGUESA Y TODO JUNTOS, SIMPLEMENTE GRACIAS.

ANTÍTESIS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora