Doce

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Al castaño lo consumían los nervios. Llamaba una, dos, quince, treinta, cincuenta y dos veces y la otra voz siempre le decía lo mismo.

"No me he podido contactar con el"

¡Mierda! ¿!Donde está levi!? Hace una semana que no ha hablado con el, preocupadísimo le quedaba corto.

Fue en definitiva una semana agotadora, después de la "gran" pelea, a farlan le tuvieron que poner tres puntadas en la ceja, le tuvo que explicar a su hijo que las peleas estaban mal pero que a veces el enojo te hacía hacer cosas malas. Vamos, no quería que su hijo se molestara  con su padre.

Después de cuatro días levi no aparecía y tenía los nervios de punta.

Como si fuera poco, tuvo una pelea con farlan por qué según el rubio, estaba más enfocado en buscar al "Idiota que le abrió la ceja" que en ellos. La verdad es que no lo culpaba, era cierto.

Y justo hoy, que empezaba a conciliar el sueño después de una larga semana; farlan llego muy de madrugada con otro ramo de tulipanes para el, como señal de reconciliación.

Obviamente se lo agradecía mucho, pero ¡joder! Quería descansar. Y ahora, formadas una tras otra, estaban las tres latas de redbull que había bebido y en su mano la cuarta. Seguro que si levi lo viera, la daría un buen golpe en la cabeza; el pelinegro odiaba que tomara esas cosas.

Tan absorto estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta cuando entro su hijo a su recámara llamándolo, provocando que se asustara y en un rápido movimiento tapara con su cuerpo todas las latas para que el pequeño rubio no viera lo que estuvo haciendo.

–Ugh, bebe, ¿qué pasa?

–Arregla a papá–dijo serio.

–¿Huh? ¿De qué hablas?–pregunto confundido.

–Si papi, arregla a papá.

–Se que no has visto a tu padre en una semana pero...

–¡Pero si lo he visto!–el castaño abrió los ojos asombrado.

–¿Que?

–¡Si! va casi todos los días a verme, pero solo me abraza, me dice te quiero y se va, pero huele raro y solo está conmigo unos minutos y por eso quiero que lo arregles–¿que?

–¿Como a que huele ?–eren se empezaba a asustar.

–Como al tío jean en las fiestas–eso le causó algo de gracia, pero le preocupaba mucho.

Eren asintió dudoso y le prometió a su hijo que que trataría de "arreglarlo" a lo que el niño asintió triste y regresó a su habitación.

No podía evitar sentirse algo enojado, ¿por qué mierda no había ido a la casa a verlo? él sabía que ya estaban divorciados pero lo tenía que ir a ver de vez en cuando ¿no?

Su enojo se esfumó enseguida cuando escucho el timbre de la casa sonar y a pasó apresurado bajo a abrir. Tal vez era levi. Sonrío en su interior y segundos después dejó de hacerlo.

No era levi, era armin, su hermana y el cara de caballo.

–Ah, son ustedes–dijo simple haciendo que los otros lo miraron enojados.

–¿Nosotros? ¿Esperabas a alguien más?–dijo mikasa. El castaño supo que la había cagado.

–No, no, pensé que era la pizza–mintió con facilidad. Genial, ahora tendría que pedir una pizza.

¡Vuelve a Mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora