Quince

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–¿Eren?

–¿Eh... si?–pregunto desconcertado.

–¿Que te sucede? Te veo muy distraído.

–Si, si, lo siento.

–¿Te sientes bien? Tienes la cara roja y pareces cansado.

–Estoy bien, farlan, solo no tuve una buena noche.

–Amor, pudiste haber llamado, ya qué Dani no estaba aquí pude venir a hacerte algo de compañía.—Dios, esas palabras hacían sentir mal al castaño.

–Si, lo siento, debí haber llamado–sonrió débil. Farlan se acercó a su lado en el sofá, lo envolvió en sus brazos y eren se sintió asqueado en medio del abrazo. Y no era por farlan, era por el; hace unas horas estaba saltando sobre Levi y ahora estaba siendo abrazado por el rubio.

Se sentía tan mal, por que él aceptaba que lo suyo con farlan no iba a funcionar por mucho tiempo, qué nunca lo podría llegar a querer como a Levi, qué tal vez lo vio como una vía de escape que no dudó en tomar. Pero lo que si sabía es que aunque todo eso era cierto, también era cierto que eran novios, oficialmente lo eran y lo había engañado. Lo había engañado con su ex-esposo que también lo engañó a él antes. Había hecho lo que tanto le había dolido que le hicieran. Y muy en su interior no se arrepentía y eso lo mataba.

Disimuladamente el castaño trataba de librarse del abrazo, pero antes de eso, farlan lo acercó para juntar sus labios y así darle un beso, el cual respondió con toda la dificultad del mundo y aguantando lo mejor que pudo las náuseas.

–¿Dani regresa hoy?–pregunto farlan.

–No, regresa hasta mañana.

–Bien, ¿quieres hacer algo hoy?

–Yo.. uh, no tengo muchas ganas en realidad—admitió frotándose el hombro.

–Vamos, cariño, salir te hará bien–dijo tratando de animarlo, pero la cara de eren reflejaba lo nada convencido que estaba de abandonar su hogar ese día, parecía incómodo y farlan creía firmemente que tomar algo de aire fresco le ayudaría mucho.

–No lo se... me siento algo cansado a decir verdad–seguía oponiéndose.

–Anímate amor, mira, te parece que descanses todo el día y ¿vengo por ti a las 8? Solo iremos a caminar y tomar algo de aire, será rápido, pequeño.—El rubio insistía con tanto esmero, así que eren solo suspiro y acepto con una débil sonrisa.

–De acuerdo, pero solo un rato.

–Si, lo prometo—Sonrió gustoso.

Farlan se despidió de eren con un beso, tenía unas cosas que hacer en la escuela y apenas terminara regresaría a casa para luego pasar por su novio. Eren suspiró pesado cuando cerró la puerta dejándose caer al piso acostándose en el. Se quedó viendo el techo pensativo, la calidez del piso y el cansancio que le ocasionó llorar tanto lo iba haciendo cerrar sus ojos y se hubiera quedado dormido si su teléfono no hubiera comenzado a sonar, pesadamente contestó la llamada.

–Eren–sonó del otro lado.

–¿Que pasa, Mikasa?

–¿Estas bien?–pregunto.

–¿Que?–Eren sabía cómo era su hermana, sabia que tenía algún tipo de instinto súper desarrollado, pero seguía dándole un poco de miedo.

–Presentí que algo no andaba bien ¿como está todo?

–...

–¡Eren!

–Las cosas no están muy bien...

¡Vuelve a Mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora