Yoongi no se podía creer lo que estaba viendo. Había salido del bar siguiendo a Zester, y nada más cruzar la puerta, miró hacia el horizonte, donde el hombre estaba señalando, y se quedó allí de pie, paralizado y con la boca abierta como un auténtico imbécil.
Siguiendo la calle principal del pueblo con la mirada y aproximadamente medio kilómetro más allá de donde este terminaba, se veía el linde del bosque en el que Yoongi había despertado la noche anterior. Desde detrás de los árboles, surgía una inmensa escalera de piedra que se elevaba hacia el cielo, hasta llegar al borde de una roca gigantesca que flotaba en el aire como si fuera una pequeña isla voladora. Se sostenía en el aire como si no pesara nada en absoluto, y mientras que su parte inferior era pura roca terminada en una punta que señalaba hacia abajo, la parte superior era una explanada con una ligera pendiente en la que se podía apreciar vegetación diversa y un pueblo que ocupaba prácticamente toda la superficie de la roca.
— Ese de ahí arriba es Rhunnin, el quinto islote — dijo Zester señalando a la inmensa roca que flotaba frente a ellos en el cielo — Es uno de los islotes más pequeños, demasiadas cosas en muy poco espacio para mi gusto. Aunque allí se puede encontrar todo lo que uno pueda desear, yo prefiero vivir aquí en Khormik, cada vez que voy ahí arriba, siento como si me ahogara.
Por fin, Yoongi fue capaz de reaccionar y de poner su cerebro en funcionamiento otra vez. Sin apartar la mirada de Rhunnin, Yoongi señaló hacia el pueblo y preguntó — ¿Ese es el quinto islote?
— Sí, y el nuestro es el cuarto…
— Eso… eso quiere decir…
— Que tiene un largo recorrido por hacer hasta llegar a su destino.
Yoongi tragó saliva y luego se dio la vuelta hacia el bar — Creo que necesito una copa.
Una vez dentro del bar, Yoongi volvió a sentarse en la mesa que habían ocupado antes Zester y él, y pidió una copa — Algo fuerte, por favor. Creo que lo voy a necesitar.
Zester se sentó a su lado una vez más y le miró fijamente durante un momento.
— ¿Qué? — preguntó Yoongi algo irritado. Se estaba cansando de que aquel hombre le observara como a un bicho de laboratorio.
— N-Nada señor. Solo… me preguntaba si está usted listo para iniciar el viaje.
— ¿Ahora?
— Bueno, cuanto antes empiece, antes llegará a su destino.
— Si, claro — Zester tenía razón. Nada le ataba a aquel pueblo, en realidad debería estar deseando salir de allí, y sin embargo… si que algo le ataba, algo le tenía allí sentado sin decidirse a iniciar el camino — Necesitaré algunas cosas — dijo Yoongi intentando ganar algo de tiempo. Tenía que descubrir qué era aquella extraña sensación.
— Claro señor Min. Puede pedir todo lo que quiera, nosotros estaremos gustosos de suministrarle todo aquello que necesite para el viaje.
— Bien, necesito… ropa… comida… dinero, y… ¿medio de transporte?
La cara que puso Zester en ese punto, le dejó claro a Yoongi que en Everyland todos se movían a pie, cosa que por otra parte no era de extrañar, eran islotes pequeños comunicados por escaleras, no es que un carro o un coche fueran a ser de demasiada utilidad.
— Y necesito esa copa — terminó Yoongi soltando un fuerte suspiro.
Rhaima, que estaba junto a la mesa escuchando la conversación, se giró hacia la barra — ¡¡DYEL!! ¡Maldito inútil! ¿Acaso no has oído al señor Min? ¿Dónde está su bebida?
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Everyland ࿐ · Yoonmin
FanfictionEl mundo de Yoongi se ha hundido tras una tragedia que no está siendo capaz de superar. De pronto, ocurre algo que le lleva a un lugar más allá del mundo real. Pero ¿Es solo su imaginación quien le lleva hasta allí, o es algo más? • ADAPTACIÓN © ais...