VEINTIUNO

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Para cuando Lisa y él bajaron del autobús, Jimin estaba empezando a sentirse mareado de verdad. Aquel medio de transporte no le había gustado en absoluto, y en cuanto puso los pies en tierra, soltó un suspiro de alivio a la vez que se frotaba los ojos intentando mitigar el mareo.

— ¿Estás bien? — preguntó Lisa mirándole preocupada.

— Si. Es solo que… nunca me había subido en uno de estos… me he mareado un poco.

Lisa le miró con cara de sorpresa y luego sonrió — En serio, eres muy raro. Vamos anda, la clínica está ahí enfrente — dijo señalando a un edificio que había al otro lado de la calle.

Jimin lo miró y empezó a andar hacia él inmediatamente, sin mirar siquiera por dónde iba. La mano de Lisa sujetándole con fuerza de la capa, le salvó de ser atropellado por un taxi que pasó apenas a dos palmos de él a toda velocidad.

— ¡Jimin! ¿Pero es que te has vuelto loco? ¡No puedes pasar la carretera de esa forma! Al final vas a conseguir que te maten antes de encontrar a tu chico.

— Yo… lo… lo siento. — dijo Jimin todavía con el corazón latiendo a mil por hora en su pecho a causa del susto — Yo no…

— Ya, ya, me lo imagino. Tú nunca habías cruzado una carretera. En serio ¿Dónde has estado toda tu vida?

— En Khórmik.

— ¿En dónde? Nah, déjalo — dijo la chica haciendo un gesto con la mano, — mejor ni me lo cuentes.

Finalmente cruzaron la carretera sin más incidentes y Lisa se dirigió directamente a la puerta principal de la clínica, con Jimin siguiéndole unos cuantos pasos por detrás, algo indeciso. La chica se acercó al mostrador de admisión y preguntó con decisión — Buenos días, ¿Podríamos ver al Dr. Min?

La enfermera que estaba en el puesto les miró a los dos de arriba a abajo — ¿Y se puede saber quién quiere verle? — preguntó apoyando los brazos sobre el mostrador de admisión.

— Yo… yo soy un amigo suyo. — respondió Jimin rápidamente — Necesito verle. Es urgente.

La mujer le miró durante un rato, como si estuviera decidiendo si podía confiar en él o no.

— Lo siento — dijo finalmente. — El Dr. Min no está.

Jimin no pudo evitar que la decepción se reflejara en su cara, y al ver su expresión, Lisa volvió a dirigirse a la enfermera.

— ¿Y no puede decirnos dónde podemos encontrarle?

— Lo siento guapa, pero no podemos dar esa información.

— ¿Por qué? — Preguntó Jimin algo confuso — ¿Sabe dónde está pero no quiere decírmelo?

La enfermera volvió a observar a Jimin con curiosidad durante un rato antes de contestar — No estamos autorizados a dar la dirección personal de ningún trabajador de la clínica. Es una cuestión de seguridad.

— ¿Seguridad? — Jimin cada vez entendía menos — ¿Es que Yoongi está en peligro? — preguntó preocupado.

— Oiga — Interrumpió Lisa antes de que Jimin dijera algo que lo estropeara todo — Entiendo que no pueda darnos su dirección. Pero, ¿No podría ponerse en contacto con él y decirle que Jimin le está esperando aquí? Es un asunto urgente.

La enfermera seguía observándoles como si no supiera si echarles del hospital o hacerles caso, y finalmente soltó un suspiro y cogió el teléfono. Marcó un número y espero con el auricular pegado a la oreja. Un rato después volvió a colgar y miró a Jimin — Lo siento chico, pero no contesta.

Everyland ࿐ · YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora