A- amor

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Estarossa no lo comprendía, cuando la vio la primera vez, que su hermano Meliodas la trajo para proclamar el puesto de rey demonio, él la quería para satisfacerse a si mismo y a la vez tener algo, algo por lo cual su hermano peleaba, en conclusiones quería arrebatarla de su hermano, no lo iba a negar, ella, Elizabeth Lionés era bella, la deseaba, la quería para él, y no le importaba tener que matar a esos estúpidos humanos, o al menos eso creyó que quería.

El tiempo que estuvo cautiva, su hermano Meliodas y Zeldris, se encargaban de su problema con ese mocoso Arthur el cual poseía la espada, por lo tanto él iba y le dejaba los alimentos para que comiera, y para verla, y saber como quitársela a su hermano, todo hasta ahí iba bien, con el pasar de los días la iba conociendo mas y ella a él, al principio lo hacia para verse vulnerable y que ella poco a poco cayera pero después ya no tenia esas intenciones, lo decía por que quería, quería que ella lo conociera y él la quería conocer a ella, ella lo escuchaba y viceversa, al poco tiempo se dio cuenta que le gustaba su compañía, escuchar su voz y risa, y mirar sus ojos, pronto se vio así mismo necesitado de ella, ya no deseoso, y cada vez ansiaba mas hablar con ella, estar con ella, terminando así lo que sea que Meliodas le ordenaba a hacer, para después ocupar su tiempo estando con ella.

Él no era tonto, sabia que lo que sea que estuviera sintiendo por Elizabeth, era lo mismo que a su parecer, fue el motivo por el que su hermano los traiciono, y lo sospecho en una ocasión en la que él y Zeldris platicaron en espera de Meliodas.

— "patéticos humanos, mira que hacerse los héroes de este mundo, valla estupidez" — Zeldris, sentado en la silla del rey de Camelot, con  sus brazos a sus costados se quejaba.

— "Parece que alguien esta de mal humor, ¿problemas con la eliminación de los pecados?" — Estarossa estaba recargado en la pared con sus brazos cruzados mostrándole una sonrisa burlona.

— "Tsk, ese hada del bosque, parece ser que Gloxinia y Dolor nos traicionaron por un corto tiempo" — lo miro para que continuara, el moreno apoyo su cabeza en su mano derecha.

— "El hada saco una forma de lanzas igual a Gloxinia, y la mujer gigante bailo la danza de Dolor, no fue un problema, su fuerza aumento pero seguían débiles sus cuerpos así que fue fácil regresarles el ataque mientras soltaban palabras estúpidas de pura cursilería, estuvieron a punto morir pero apareció el séptimo pecado y Meliodas lo dejo para después" — al terminar de hablar tomo la taza de te que su maestro le ofreció, y mientras maestro y alumno hablaban de lo mal del sabor, el peliplata se quedo pensando, si no se equivocaba esa hada y la gigante estaban en un tipo de relación, ya que el rubio quería acabar con ellos, saco a relucir sus debilidades de cada uno, ahí fue cuando se dio cuenta que casi todos tenían ese tipo de conexión, menos Escanor quien no era correspondido por la bruja Merlín, tal vez ese tipo de conexión era lo que sentía hacia Elizabeth, todavía no entendía muy bien el sentimiento que albergaba en el, aunque no lo pareciera el tenia un poco de humanidad a diferencia de sus hermanos, de eso se dio cuanta cuando el maestro de Meliodas, iba a matar a Elizabeth, o dañarla y él la protegió echándole un sermón al viejo de lo que su hermano haría si se enteraba, ganándose consigo un poco de la confianza de ella, tal vez solo con ella haría esas cosas, no lo sabia.

— "Y...¿alguna novedad buena?, ¿has encontrado a los otros dos?" — salio de sus pensamientos al escuchar la voz de su hermano, el sabia que se refería a Monspiet y a Derriere.

— "no, parece que se han escondido bien, o ya hayan muerto y todavía no lo sabemos, quien sabe, la verdad no me interesa" — el de menor estatura solo lo miro para después sonreír mientras negaba con la cabeza, terminando con la platica poco tiempo después, él se dirigió rápidamente a la celda de Elizabeth, encontrándola sentada, mientras dibujaba en el suelo cosas imaginarias con su dedo índice.

— "Yo!!" — ella lo miro para después regalarle una sonrisa, de esas a las que ya estaba acostumbrado, esas amables y cálidas, ya no eran nerviosas o falsas, ni contenían miedo.

— "Estarossa" — su nombre en sus labios se escucho muy bien, abriendo la celda se adentro en ella para proceder a platicar como todas las anteriores ocasiones.
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Se encontraban los tres hermanos en la sala del rey para platicar el próximo ataque.

— "¿Entonces ese tal Arthur ya no es un problema?" — el rubio le regalo un asentimiento, mientras el moreno seguía con la mirada perdida.

— "si es así entonces el único problema que nos queda es el séptimo pecado, Escanor" — al escuchar ese nombre estrecho los ojos, todavía recordaba su batalla con dicho pecado y su humillante derrota.

— "no es problema si atacamos de noche, su poder no sirve en ese momento" —  mientras ellos ideaban un plan de ataque, él de nuevo se perdía en sus pensamientos, si no se equivocaba, los 3 arcángeles restantes estaban peleando junto a los pecados, si la batalla daba comienzo lógicamente ellos vendrían a salvar a Elizabeth, o harían el intento.

— "entonces lo mejor seria empezar por atacarlos a ellos, pero los pecados tendrían la ventaja"  — Zeldris era el que planeaba como acabar a los arcángeles, mientras Meliodas planeaba como acabar a los pecados.

— "hermano" — ante el llamado de el peliplata,  Meliodas lo miro esperando a que continuara. — "Los pecados capitales vendrán aquí, no todos, pero ante la batalla ellos pensaran que los tres iremos hacia allá y ellos aprovecharan para venir y rescatarla, en sus planes no esta que uno de nosotros se quede para vigilar a la princesa, entonces pensé en que yo me quedare para hacerles frente" — los hermanos lo miraron dándole la razón, con una afirmación de el mayor y unos cuantos planes mas todo estaba listo, para la gran batalla.
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Escanor sangraba de todo el cuerpo, mientras Diana luchaba por mantenerse en pie, y King se desangraba en el suelo, respirando con dificultad.

— "Hmp, rindanse de una vez, esta batalla esta fuera de sus limites" —.

La gigante le soltaba tonterías de que no se rendirían y mas estupideces, hasta que algo llamo su atención, y fue el hecho de que mientras él preparaba un ataque para acabar con ella el chico hada se levantaba y se colocaba delante de la mujer protegiéndola, y soltando palabras de despedida, eso a Estarossa no le importo, hasta que dijeron algo que lo alejo de la batalla un momento "te amo" esa palabra intento entenderla, pero no perdió tiempo y lanzo su poder usando su mandamiento en el hada, acabándolo rápidamente, mientras la giganta lloraba, Escanor se lanzo hacia el para atacarlo, pero de un momento a otro volvió a ser viejo, demostrando así que la noche había llegado, y él no desaprovecho y los acabo.

Ahí fue que ellos le dieron una pista de lo que podría sentir hacia Elizabeth, "amor", y como forma de agradecimiento, los desapareció de la faz de la tierra, desintegrando sus cuerpos.

volteando sobre sus pies se alejo para ver a Elizabeth, él ya tendría tiempo de saber si amor era lo que sentía, sin molestias.

Espero les guste, saludos

A-Z de estabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora