C- caricias

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Estarossa no sabe por que fue que empezó con lo que estaba haciendo, solo sabia que no quería parar.

Todo comenzó cuando pudo adentrarse en el sueño de Elizabeth, ahí parado detrás de ella con la armadura de su hermano, después de eso le agarro gusto a eso, así podría sacarle información que podría ser valiosa para los mandamientos y mas para él.

Al principio solo fue presentarse hacia ella, no tocarla, no hablarle, solo hacerle creer que el era Meliodas aunque le fastidiara la fascinación al pronunciar el nombre de su hermano, cuando ella le preguntaba algo, el solo con movimientos de cabeza le respondía. Los sueños se prolongaban toda la noche, sin interrupciones él se adentraba en ellos y solo a minutos de que el sol saliera desaparecía de ellos, pero siempre le dejaba en su cama una rosa que en el sueño igualmente le daba antes de desaparecer.

Después de un tiempo, para Estarossa eso ya no era suficiente, él quería verla en persona aunque fuera una vez, es por eso que intento acercarse a ella cosa que le fue imposible, siempre Meliodas estaba junto a ella, y con solo acercarse estaba seguro que su hermano lo detectaría aun si escondiera su presencia y dejara de respirar, no por nada su hermano era el que se convertiría en rey demonio, si tan solo no los hubiera traicionado.

Es como así cada oportunidad se le escapaba de sus manos, ella nunca estaba sola, hasta que se le regalo una oportunidad, al ver que Gloxinia había echo junto con Dolor una competencia, o lo que sea y ella junto con los demás pecados participarían ahí su oportunidad casi se llevaba a cabo, pues como siempre, las molestias aparecían.

Fue agradable para él y estaba muy seguro de que para los demás mandamientos también, el acabar con Meliodas, fue cuando una enorme sonrisa de satisfacción se formo en su rostro, ahora él podía estar cerca de ella y Meliodas no se interpondría, acabar con los pecados no seria problema.

Pudo verla de cerca y estar cerca de ella sin que la misma se diera cuenta, en el bar en el que ella trabajaba cuando estaban en lo alto de una colina, atendiendo a sus clientes, veía todos sus movimientos, tanto torpes como elegantes, la sonrisa que siempre tenia en su rostro, y que lo dejaba embobado sin que el encontrara la respuesta del por que, su molestia aumento aun mas al seguirla escaleras arriba y descubrir que el cuerpo de su hermano, hermano que el mismo mato con sus propias manos estaba en la cama de la habitación con sus heridas curadas, el verla llorar le dio satisfacción, pero lo arruino Meliodas como siempre, las lágrimas no eran para él ni producidas por él, sino para y por su hermano, se fue de ahí sabiendo que el no despertaría.

Después de eso, los sueños de ella siguieron y él se adentraba en ellos, fue en una ocasión en el que por fin se acerco a ella y le acaricio el rostro, tal vez sea solo un sueño, pero ambos lo pudieron sentir como si fuera tan real, después de ese le siguieron mas, mas caricias, y por parte de ambos, el seguía haciéndole creer que era Meliodas y ella de ingenua seguía creyéndolo.

Todo hubiera seguido su curso, habían ganado y tenían poder sobre todo Camelot, pero el estupido pecado capital, Escanor se había puesto en su camino, ambos lucharon y él sufrió una derrota que hizo se quedara en recuperación, claro que eso no le impedía seguir en los sueños de Elizabeth.

En uno de esos sueños, el pudo besarla. Ella lo esperaba sentada en la yerba, cuando lo miro le regalo una de esas sonrisas que  deseaba solo para él, se acercaba a ella sonriendole, se sentaba a su lado y ella hablaba, él solo la escuchaba, poso su palma de su mano en el rostro de ella, en su mejilla izquierda dándole una suave caricia, mientras ella inclinaba su rostro hacia su mano para sentirla mejor, sus dedos se posaron en sus labios, deliniandolos, ganándose un sonrojo de ella, sonrojo que le pareció de lo mas delicioso, sus rostros se acercaban, podían sentir el aliento del otro, ella se sonrojaba cada vez mas, y él deseaba cada vez mas el momento en que sus labios se juntaran, y odiaba la espera, así que eliminando la poca distancia que quedaba junto su labios en un beso suave, donde pudo sentir lo suaves que eran sus labios, su brazo disponible fue hacia su cintura, acercándola mas, hasta juntar sus pechos, el beso avanzaba cada vez mas hasta que se separaron con un hilo de saliva por la unión de sus bocas, hasta que supo que tenia que desaparecer del sueño, no sin antes volver a besarla para después desaparecer.

Después de eso cada sueño al menos un beso compartían, no fue hasta una ocasión que él no pudo adentrarse a el sueño de Elizabeth, y al contrario él fue el quien se encontraba solo, en el mismo lugar en el que se supone Elizabeth debía estar, al mirar alrededor y no encontrar nada, esperaría hasta que pudiera salir de allí, pero una voz lo hizo voltear hacia donde la escucho " ¿otra vez has peleado con tu hermano mayor?", llevándose una sorpresa, que le hizo abrir los ojos, pues frente a el se encontraba Elizabeth, pero ella no llevaba ese flequillo que tapaba su ojo derecho, y tenia unas hermosas a las de ángel blancas, sus ojos eran de diferente color y en ellos poseía como un espirar, eso logro que pudiera salir, recuperado de la incubadora de agua, en donde se encontraba para curar sus heridas.

Fue ahí donde percibió la presencia y poder de su hermano al acercarse hacia el castillo, lo que le hizo sorprenderse, como demonios había vuelto a abrir los ojos si el mismo destruyo todos sus corazones, sin darle mas vueltas al asunto se cambio lo mas rápido que pudo, y salio a su encuentro con una sonrisa, al llegar sus hermanos peleaban por el puesto del rey demonio, después de unas palabras fue cuando se dio cuenta de la persona que estaba al lado de su hermano, se llevo una sorpresa enorme el ver que era Elizabeth, ahí se dio cuenta la razón por la que no podía adentrarse a los sueños "¿tu eres Elizabeth!!?" le había preguntado muy sorprendido, ella con sorpresa e incomoda le respondió "como sabes mi nombre, esta es la primera vez que nos vemos" no le tomo mucha importancia a lo que le dijo pero con nervios y rascándose la cabeza le respondió con un "no lo se" hacia su primera pregunta, después al intentar derrotar a su hermano y tener a Elizabeth con ayuda de Zeldris, fallando no quedo de otra que cooperar con lo que Meliodas propuso, él estaba feliz al fin la tenia frente a frente y la quería para él, ya no le bastaban sueños con caricias que se sentían tan reales, ahora mismo la quería besar, pero sabia que su hermano no lo dejaría acercarse a ella, así que esperaría el momento para tenerla para él, así podría darle todas las caricias que quisiera y muchos besos que ahora desesperaba con darle.

Solo esperaría, esperaba que no por mucho, pues ya ansiaba tenerla en sus brazos.

Así que tomando vuelo y yéndose del castillo para conseguir los mandamientos de los que cayeron, se fue con una sonrisa esperando el momento en que Elizabeth fuera suya.

Espero les guste, saludos

A-Z de estabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora