Tonks llamó a la puerta de la vieja casa de los padres de Remus. El hombre abrió la puerta y se encontró a una espléndida Nymphadora.
-Te ves muy elegante. -Dijo la mujer nada más ver la primera impresión de Remus.
-Bueno... Te invité a cenar y esto es lo mejor que tengo. -Remus contestó un tanto apenado ya que sabía que lo había dicho por cumplir. Su ropa no era elegante, sólo era el traje con menos remiendos que tenía.Se hizo a un lado para dejar pasar a la metamorfomaga.
Se encaminaron hasta la cocina, donde había una pequeña mesa arreglada para una cena para dos.Era una pequeña mesa con un mantel que contrastaba con los platos blancos que había sobre él. Al lado de los cubiertos se encontraba una botella de vino y un jarrón que dejaba ver una viva rosa roja.
-Sé que no es mucho- dijo el hombre luego de que entraran a la cocina y vio que Tonks miraba la mesa- Me hubiera gustado poder llevarte a un restaurante y todo eso, pero no me daba el dinero- terminó de explicarse mirando el suelo.
La chica sonrió.
-Remus- dijo tomando su rostro, obligándole a mirarla. - Es perfecto. No necesito nada más si te tengo a ti, y lo sabes bien.
-Sí, pero...- Tonks lo calló con un suave beso en los labios.
-Pero nada. Te amo y esta cena es lo más hermoso que alguien pudo haber hecho por mi.
Ahora era él, era el que sonreía y se sentía feliz, realmente feliz de que ella lo aceptara de esa manera que sólo ella lo hacía. La tomó de la cintura y la acercó más a él para besarla. Estuvieron un rato besándose, hasta que el licántropo se dio cuenta que eso iba para más.
-Dejemos esto para luego de la cena- le dijo al oído.
Se separaron y Remus guió a Tonks a la mesa. Le ofreció la silla como todo un caballero y luego tomó asiento al frente de la joven.
Empezaron a comer y hablaron de varios temas triviales, del Ministerio, La Orden, se rieron un rato de las anécdotas de los Merodeadores que Remus contaba de una manera muy jovial.
Luego de un rato, el silencio hizo presencia, no era uno de esos silencios incómodos, al contrario, pero de todas maneras Tonks notaba que Remus se veía algo nervioso.
-Remus- llamó la atención del castaño, quien la miro al instante -¿Estás bien? Te veo como nervioso.
-No te preocupes, no es nada malo- Tonks lo miró extrañada- Es que hay algo que quiero decirte.
Tomó aire y se puso de pie. Llegó hasta el lugar de Tonks y se arrodilló frente a la chica.
-Nymphadora Tonks- la metamorfomaga estaba tan emocionada por lo que estaba haciendo el hombre, que no le importó que la llamara por su nombre. - ¿Te casarías conmigo?- dijo a la vez que habría una pequeña caja de terciopelo roja y dejaba ver un fino anillo de oro.
-Sé que quizás no sea el mejor momento, pero estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. Te amo Nymphadora, te amo como jamás creí poder amar a nadie, te amo más que a mi vida y estoy dispuesto a darlo todo por ti.
Al ver que la chica no decía nada agregó.
-Puedes pensarlo tranquila, no es nece...
No pudo terminar de hablar, Tonks se arrojó a sus brazos haciéndolos caer en el piso.
-¡Sí! ¡Claro que sí! Remus te amo y quiero pasar toda mi vida contigo.
Remus sintió un alivio y una felicidad que hace mucho no sentía. La besó con cariño sin importarle que estuvieran tirados en el suelo de aquella vieja cocina. Cuando terminaron el beso, la miró a los ojos y le colocó el anillo en su mano izquierda.
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LUNAS QUE VIENEN Y VAN - Remus Lupin/Nymphadora Tonks [En Proceso]
Hayran KurguPocas son las escenas que han sido dadas a estas dos personas en toda la saga de Harry Potter. Tanto en los libros como en las películas. Pero estamos seguras de que a más de uno le hubiera gustado verlos más tiempo, porque no me nieguen, que son la...