Capitulo 23: Un mal recuerdo

183 17 5
                                    



"A veces solo es necesario solo un abrazo para reparar un corazón herido.

Hace ya años que paso esto y le prometi a ella, la única persona que me importaba jamas decir nada de esto pero guardar est secreto me esta carcomiendo, cada dia que pasa, cada segundo de cada hora de cada dia es como revivir ese momento en que me entere de que te perdería, oh mi amada, oh mi querida, cuanto cambia la vida pero bien lo dijiste aun cuando eramos unos simples niños siempre me dijiste que aparentaba ser el fuerte para no preocupar a los demás.

A los once años, a esa edad corriste con la pútrida suerte que un dios que nos olvido te castigo y a mi en el proceso ya que corrias con una enfermedad que ni mi padre, uno de los mejores médicos pudo salvarte, de ahí el desprecio que siento hacia el pero mas importante a el no le puedo odiar, porque el hizo lo humanamente posible por curarte oh mi aprecia Piera,.

Ese año que mis padres me enviaron lejos no fue para vacacionar ni para perder el tiempo sino para pasar los siguientes tres meses de tu corta vida a tu lado y cada segundo que pude los pase a tu lado.

Gangrena, variaciones, mutación de una enfermedad incurable e imposible de replicar, mala suerte lo llamó un idiota, bendición para ir pronto con el creador lo llamó otro y yo...pues lo llame el capricho de un ser superior para arrancarme de la persona ue me enseñó a querer, me enseñó a amar y me enseño el valor de la vida.

Antes de marcharme conocí a una extraña e inexpresiva chica de nombre Fuukasagui Aiko, Aiko o mi loca amante ahora pero en ese entonces diario te contaba de ella mientras tu me decías cada momento que la hiciera feliz, que ella sería la persona indicada para mi pues tu no estarías para verme crecer y sonreír a mi lado.

Piera, nombre extraño para una persona extraña a la que no podía pasar un segundo sin pensar en ti dado que nos conocimos casi desde la cuna hasta tu sepultura, siempre me apasiono tu manera de vivir desafiando todo y a todos pero un día, un día tu pierna no soporto y fue cuando me lo confesaste, me confesaste que padecías de una enfermedad desconocida e incurable.

Un beso en la mejilla de Aiko basto para devastarme y saber que no volvería a ser el mismo pues a pesar de que mis padres me dijeron que no debua de ir, me opuse y te acompañe para darme cuenta de lo horrible y degenerado que es el mundo.

Doctores, enfermeras, médicos y sacerdotes, que tienen en común? Que ninguno de ellos pudo hacer una maldita cosa por salvar tu vida mientras yo padeci a tu lado cada segundo del dolor. No hubo dia que mis padres me dijeran que solo me lastimaría a mi mismo y a ti en el proceso de mi capricho por verte en esa tierra lejana e inclusive fui testigo de cuando un grupo de intendentes me golpeaban mientras uno a uno se turnaban para abusar de tu frágil cuerpo mientras llorabas, cada lagrima, cada vez que tu decias que pararan y cada gota de sangre que tu delicado y gentil cuerpo expulsaba por la brutalidad de esos cerdos mientras me obligaban a ver mientras se burlaban de mi y de mi afecto por alguien que acabaría en la tumba... realmente no lo soporte e incluso cuando se lo informe a las autoridades solo dejaron pasar eso mientras el desastre se agrandaba.

Finalmente un miércoles, mientras pedias mi mano para sentir el ultimo calor humano posible en tu lamentable final me lo dijiste, me rogaste por el gran amor que nos tuvimos, el amor mas puro e inocente carente de madurez y alto en inocencia, me pediste que te olvidara, que olvidara de ese miércoles y de ti para avanzar y ahora, mas de diez años guardado esto y es hora que tengo pesadillas pero ver como Aiko se esfuerza por mutuamente comprender eso del amor me recuerda a ti y hoy, un miércoles estoy parado fuera de la casa de quien será mi mujer, a quien hare feliz y quien cumplirá el favor que me pediste pero con un parche nuevo color negro envuelto en una caja de regalo dudo mucho que sea posible, pero en cuanto se lo entregue espero no llorar y si lo hago, mi amada Jundo Piera, será la última lagrima que derramo en tu nombre.

"No quiero que lo hagas si te duele, aqui estare para ti, eso es lo que las parejas hacen".

Las palabras de Aiko me hicieron recordarte, eso mismo me dijite que llegare el momento cuando me lo diría, ni en eso te podias equivocar verdad? Y con el último recuerdo de tu amable sonrisa la tisteza se disipo en el regazo de mi amada, de mi loca favorita mientras nuevamente le arreglaba el vestido,

"Oye arréglate eso! Tan lindo vestido y que no lo abroches bien, sabes una cosa? Deberíamos salir un momento porque hay un lugar que te quiero mostrar antes que a nadie, me vas a acompañar verdad?...no, guarda los condones no es un motel, ya estas peor que Ofusa"

Y mientras reíamos como niños jugando lentamente empezaba a olvidar todo ese dolor mientras nos acercábamos a una casa algo modesta pero acogedora a la cual tenía planeado mudarme cuando ya lograra superar ese problema.

"Y que es aquí?"

Locos De Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora