Cerca de las siete de la noche, Ricardo junto a Rodríguez y "El Boliviano" (como apodan a Pedro) esperan impacientes a Jesús y Amanda en una tasca, situada justo debajo de la cascada que le da el nombre al Centro Ciudad Comercial, ubicado en el kilómetro 21 de la carretera Panamericana, cerca Carrizal y Los Teques. Los mesoneros se desviven por atenderlos y cada uno, sentado en la barra, tiene una copa de whisky escocés en sus manos.
−¿Quién se'stara bajando tan completo de la mula? –pregunta el boliviano, con un inusual acento de arrabal para los de su origen. –¡Esto si es calidá! –baja de un ruidoso sorbo, todo el contenido del recipiente de inmediato, es vuelto a llenar por el atento personal.
−No sé, pero con lo que se gastó aquí, podrían ahorrarnos por lo menos un mes de desvelos a todos nosotros. –acota Rodríguez, admirado por el despliegue de atención y esmero, hacia unos pobretones como ellos. Sin saber la razón de tan extraño acontecimiento, aprovecha para degustar los exquisitos entremeses.
−Amanda habló de una celebración –interviene Ricardo, mientras se deja escuchar una señal de alarma, proveniente del trasmisor que todos llevan en sus cinturones: "Atención, atención... A quien se encuentre más cerca... –el ruido no deja oír con claridad. –Jesús acaba de sufrir un accidente en la carretera hacia Tiara, en el kilómetro... –se corta la señal.
-¡Verga chamo! –salta el boliviano,alarmado. –Lancémonos pa'lla. –opina mientras guarda unos cuantos tequeños en sus bolsillos. –No se puede perdé ná panita. –comenta ante la mirada de reproche de sus compañeros.
−Tienes razón. –se levantan los tres al unísono.
Se disponen a salir del local, cuando son interceptados en la puerta por Amanda, llegando con un desconocido.
−¿Escuchaste el mensaje? – interroga Ricardo, ignorando a su acompañante. –¡Te vienes con nosotros! –intenta sujetarla por el brazo, pero Adrián se interpone entre ambos, declarando:
−Creo que eso no va a ser posible.
−¿Y cuál es la mente rara de este nuevo? –se pone el boliviano a la defensiva.
−Usted no sabe nada señor. –trata de bajar los ánimos Rodrígue.z –Siempre que un compañero esta en apuros, nos ayudamos unos con otros.
−¿Y tú quién eres para meterte donde no te llaman? –continua Ricardo en actitud amenazante. Lo irrita verlo con Amanda. Es muy extraño, ella siempre anda sola. Nunca lo ha tomado en serio, pero que se aparezca con semejante enanito (apenas tendría cinco centímetros más que ella) lo descompone. Él que siempre se ufana de sus casi dos metros, considera aquello un insulto a su ego. – ¿De qué panadería sacaste al "muñequito de torta"?
−No molestes Ricardo –para alterarlo más, Amanda se atreve a defenderlo. –Él viene en son de paz.
−No le queda de otra, con semejante "tamañote". –se burla, con el único propósito de sulfurarlo para que intente agredirlo y dejarlo tirado en el piso, yéndose él con Amanda a buscar a Jesús.
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La Segunda Oportunidad
RomanceAmanda es taxista nocturna, aunque con muchos sueños y esperanzas truncados, lo más que le preocupa es el bienestar de su familia. Adrián, un solitario cansado de luchar y huir. Juntos viven una aventura insólita e inesperada donde se conjuga el sus...