XI

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En la privacidad de sus aposentos Zeheb le mostró a la sultana el placer que podría sentir en su cama. Ahora la sultana entendía las palabras y la emoción de las criadas que hablaban siempre de ese placer que podían sentir en los brazos de un hombre, la sultana Haydee lo sentía ahora junto a su esposo

Y como se tomaban el tiempo en ese placer no faltaría mucho para que una nueva celebracion diera comienzo por el embarazo de la sultana que no estaba muy lejos de cumplirse.

Las horas se transformaron en días y los días en semanas, durante todo ese tiempo la sultana Haydee sentía algo especial por su esposo, algo que iba mas haya del cariño y el respeto. Por los sentimientos y emociones que la llenaban por completo no era muy difícil deducir que se trataba del amor y bendito que ese amor era correspondido por el pasha Zeheb. Pero junto al amor tambien llegaron las buenas y las malas noticias a sus vidas, cuando el sultán dio por anunciado la guerra de los Otomanos contra los Persas

Haydee abrió los ojos y por primera vez en sus semanas de sultana casada, había conseguido despertar antes que Zeheb, ambos se encontraban desnudos en la cama, la sultana levanto la mirada para observar a su esposo que permanecía dormido placenteramente ignorando por completo a su alredeor

Haydee recostó nuevamente su cabeza sobre su pecho desnudo y lo abrazo por unos buenos momentos, en unos días se marcharía a la guerra y esa era una idea que la asustaba por completo. Temía que en esa batalla terminara perdiendo a su esposo y a su hermano el sultán, pero le rezaba todas las noches a Ala para que los protegiera a ambos y los devuelva con vida 

-¿Por que tienes esa expresion tan seria en tu rostro?-pregunto Zeheb y Haydee levanto su mirada con una sonrisa para besarlo en los labios

-Que bueno que ya despertaste, ordenare que te preparen el baño-comento sentándose pero Zeheb la detuvo y la volvió a recostar junto a el para abrazarla y besarle todo el rostro

Las mejillas, la nariz, en mentón, la frente y por ultimo los labios

-¿Que te preocupa sultana de mi corazón?-pregunto

Haydee bajo la mirada nuevamente, escondiendo su rostro en el cuello de su esposo para que este no viera la preocupación en sus ojos. No dudaba que era un excelente guerrero pero había muchos mas peligros dentro del palacio que en el campo de batalla. Ahora que había asumido como pasha líder del ejercito y cuñado de su majestad el sultán, el pasha había adquirido mucha fortuna y con ello muchos enemigos y eso era lo que mas le preocupaba a la sultana

Ella siempre había permanecido fuerte por que la única persona que realmente había querido, era al sultán y a el no podrían hacerle daño pero ahora que estaba casada, se había enamorado de su esposo quien se había transformado en su debilidad. Si dañaban a Zeheb la dañaban y a ella y si alguien la dañaba a ella, dañaba al sultán

-Temo que te ocurra algo en la campaña junto al sultán-confeso y su pecho vibro por su risa

-Nadie mas que tu puede matarme sultana, eres la luz de mis ojos y la mujer de mi vida, tu recuerdo siempre esta presente en mi mente y corazón-confeso, ella amaba esos pequeños momento en el que el, le citaba versos, poemas o palabras de amor

-Te amo pasha-confeso en un beso y sintió su sonrisa, la sultana acaricio su mejilla áspera por la barba que se había cortado hace unos días 

Ambos a duras penas se pusieron de pie para arreglarse para presentarse en el palacio ante su majestad. En ese día en especial, el sultán había ordenado que la sultana Haydee se presentara en el palacio frente a el, ya que debía discutir unos temas pendientes

Al llegar al palacio de su majestad, la sultana sintió como si hubieran pasado años desde que había vuelto a pisar ese palacio, aun cuando solo habían pasado unas semanas desde su ultima visita, todo seguía con normalidad, mientras el pasha se dirigía a hablar con algunos miembros del consejo, la sultana se dirigió al trono del sultán donde la esperaba

Al verla entrar por la puerta con una sonrisa en su rostro pero con la preocupación en sus ojos, el sultán se puso de pie para recibirla, la sultana hizo una reverencia y beso la mano de su hermano para luego abrazarlo

-Hermana mía, haz iluminado mi día con tu presencia-

-Su majestad, me alegro mucho el verlo, sano y fuerte, en especial antes de marchar a la campaña-

El sultán se sentó y le hizo una seña para que la sultana se sentara junto a el, al hacerlo el sultán tomo la mano de la sultana entre las suyas

-Veo que eres muy feliz y eso me llena de dicha a mi-expreso el sultán-Y veo tambien la preocupación en tu mirada, ruego que no temas, pues tu esposo el pasha y yo, volveremos sanos y a salvos con la victoria en mis manos-

-¿Lo promete?-

-Lo juro, sultana-la sultana sonrió complacida-Pero te he llamado por algo mas-comento el sultán y Haydee frunció el seño

-¿De que se trata majestad?-

-Durante mi ausencia y la de tu esposo, he disidido que permanezcas en el palacio por tu bienestar y ademas para que no te encuentres sola-comento y la sultana asintió con la cabeza

-Si es lo que ordena, lo cumpliré ¿Cuando se marchan? ¿Llevara a alguno de los príncipes con usted?-

El sultán negó con la cabeza poniéndose de pie y dirigiéndose al balcón con la sultana pisandole los talones, sintiendo el aire fresco el sultán contesto

-Ambos son muy jóvenes todavía y es por eso que necesito tu presencia en el palacio durante mi ausencia quiero que ocupes el papel como encargada del Harem-ordeno

-¿Esta seguro majestad? Con respecto a que me encargue del harem-explico

-Las sultanas parecen no llevarse muy bien y si antes estaban mas tranquilas era por tu presencia aquí, ahora durante mi ausencia y tambien la tuya, no quiero pensar en el caos que se volverá mi palacio, por eso quiero que tu te encargues de todo-explico-El pasha Murad quedara como protector del trono y tu como encargada del harem y mi palacio-

La sultana Haydee conocia muy bien a la sultana Helize para deducir que ella estaria por completo disgustada por la desicion del sultan, ya que ella queria ese preciso momento para poder tomar el control de todo aquello y ahora en especial cuando la sultana Haydee tambien estaría fuera del palacio

Pero ahora con la desicion de su majestad todos sus planes de conquista, se veían arruinados por completo y ese sentimiento de confianza que depositaba el sultán sobre la sultana Haydee y ese poder que le otorgaba no hacia mas que ponerla feliz en esos momentos

La sultana Haydee sonrió y asintió con la cabeza

-Por supuesto que acepto esta orden, hermano-

La Sultana HaydeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora