EN LAS SOMBRAS

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IV

EN LAS SOMBRAS


—¡¿Te has vuelto loca abuela?!

El joven vampiro se puso de pie y se acercó a la mujer. Las cadenas que colgaban de su pantalón tintinearon un poco y sus pasos hicieron eco en la duela del piso de la cabaña.

—No, hablo en serio —respondió la mujer mientras se acomodaba el abrigo cerca del fuego de la chimenea —Lo vi una sola vez hace ya muchos años cuando era secretaria del antiguo senado, era completamente imponente; en ese entonces yo era muy joven, pero jamás podría olvidarlo; estoy segura que es él. Aunque... por alguna razón ahora es humano.

Ambos vampiros se giraron hacia ella.

—¿Humano? —preguntaron a la vez.

—Si.

—Eso es imposible. Entonces si debiste ver mal abuela o estás confundida. No puede tratarse de Kuran Kaname —La mujer levantó el rostro y miró con el ceño fruncido al muchacho rubio.

—Se lo que vi, y lo vi a él, de hecho, le hablé. Era Kuran Kaname. No tengo dudas.

El joven vampiro se rascó la cabeza y miró poco convencido al hombre pelinegro que se encontraba recargado cerca de la ventana con los brazos cruzados.

—No lo sé Kei—san, todo mundo sabe y los registros también lo dicen. Hace mil años el rey Kuran Kaname nos traicionó y se sacrificó arrancando su corazón para crear el nuevo metal para los cazadores. Su cuerpo debió convertirse en cenizas cuando hizo eso.

—¡Ya te dije que lo que vi, Ryotaro!

—Y yo te digo que es imposible abuela.

Ambos vampiros se miraron retadoramente. En cambio, el hombre en la ventana no se inmutó, miró por unos segundos al exterior y luego a ellos nuevamente.

—No, quizá no sea tan imposible lo que ella dice —dijo.

El muchacho dejó de reñir a la mujer y miró confundido a su compañero.

—¿De qué hablas, Kei—san?

Él pelinegro sonrió sutilmente y sus ojos purpura parecieron relucir un poco más.

—Bueno, entre tantas cosas, supongamos que es él; la pregunta sería ¿Cómo es que sobrevivió?

—¿Y cómo saberlo? Yo sigo pensando que es una locura.

—Habría una posibilidad —continuó el peligro sin inmutarse —Kuran Kaname tenía un seguidor de la familia Aidō ¿no?; un noble de clase alta que manejaba el hielo, ¿Y si él usó ese poder en él a fin de preservar su cuerpo?

—Pues seguiría siendo una locura; sin un corazón no podría volver; pero, aunque fuera cierto y no se convirtió en cenizas; Mariko-obasan está diciendo que es humano, humano.... ¿No se supone que la cura no funciona en los sangrepura?

—Siguiendo con las conjeturas —intervino la anciana —quizá la causa tiene que ver con la repentina desaparición de Yūki Kuran.

Al escuchar lo que dijo la mujer, los vampiros se miraron entre sí.

—Pero, sus hijos dijeron que ella está durmiendo —recordó el rubio.

—¿Y confías en ellos? Los sangrepura poseen muchos poderes desconocidos y tú eres demasiado crédulo.

—¡Oye! —se quejó, pero la anciana lo ignoró y nuevamente miró al otro vampiro.

—Bueno, estoy segura de lo que vi, pero tal vez haya que comprobarlo como dices. Y si fuera verdad que Kuran Yūki tuviera que ver con que ahora él fuese humano, quizá por eso tuvo que dormir. Y si eso es así, entonces apoderarnos de la sangre Kuran sería muy fácil.

EN OTRA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora