INCERTIDUMBRE

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XII 

INCERTIDUMBRE



"—Lo que mamá quiere decir, es que él es el padre de Ai"

"—¿Él?... ¡No es cierto! Ai es oneesama, por tanto, tú eres nuestro papá"

Recuerdo que dije aquello resueltamente, pero pese a eso mis ojos se anegaron en lágrimas y estuve a punto de llorar; sin embargo, papá se arrodilló frente a mí, me abrazó con fuerza y me dijo que no había porque llorar, él era nuestro padre, siempre lo sería; pero que Kuran Kaname lo era también, tal y como mamá había dicho y que era muy afortunado por tener dos papás.

En ese momento no supe que sentir, Ai estaba feliz porque yo finalmente conocía a su padre, un hombre que llevaba años dormido en un ataúd de hielo; pero yo realmente no podía compartir ese sentimiento.

Ese día me refugié al lado de mamá y me aferré a su brazo en silencio; y por un largo rato no quise hablar ni que papá me ayudara en el camino de regreso a casa; sin embargo, en algún momento, al ver su figura caminado detrás de nosotros mientras tenía la vista perdida en el paisaje, repentinamente me asusté mucho; solté a mamá y corrí hacia él y me abracé a su cintura y lloré. Él completamente sorprendido me sonrió, acarició mí cabeza y luego me cargó el resto del camino. Después de eso no pasó mucho para que mi sed despertara y él fue el primero de quien bebí.

Ren suspiró suavemente ante ese recuerdo, luego su expresión cambió a una de exasperación y sonriendo alejó a su hermana empalagosa que seguía abrazándolo y frotando su mejilla contra la suya.

—Ey, Oneesama... No estés tan feliz.

—¿Por qué no? has aceptado llamarlo padre.

—Si, si, como sea.

Ai se alejó un poco y lo miró expectante.

—Por cierto Ren, ¿estás bien? —le preguntó casi en un susurro —Has estado trabajando duro últimamente.

—¿Eh?... Si, estoy bien.

—¿En serio?, ¿no necesitas beber? Hace tiempo que no me has...

Ren agitó la cabeza y sonrió.

—Me basta con los paquetes de sangre sintética y las tabletas, no te preocupes.

—Ren, ya te dije que no necesitas tomarlas, yo puedo...

—Ya habíamos hablado de eso.

—Pero... eres mi hermanito... yo...

—Estoy bien. —Volvió a recalcar y ella hizo un puchero.

—¿Cuándo te volviste así?

—¿Así como?

—Alguien serio y distante... ¿Estás volviendo a pasar por una etapa de rebeldía hermanito?

Ai palmeó su espalda y Ren la miró sorprendido y ligeramente avergonzado al recordar repentinamente el pasado y aquel apego desmedido que había sentido por ella.

—No sé de qué hablas —musitó desviando la mirada hacia el exterior.

—Bueno, cuando eras pequeño no me dejabas sola ni un momento, siempre querías que te estuviera cargando y jugando contigo; pero apenas creciste un poco, repentinamente te alejaste y me evitabas tanto que llegué a creer que me odiabas; después se te metió en la cabeza ser cazador y andabas para todos lados con padre Zero... Tanto que había deseado un hermanito y mi hermanito no quería estar conmigo... Realmente me sentía sola y más cuando sucedió toda aquella situación con madre.

EN OTRA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora