PÉRDIDA

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XI

PÉRDIDA



La sensación pesada que se había instalado en su pecho desde que le dieron la noticia y que no lo había abandonado desde entonces provocándole que respirar fuera realmente doloroso; finalmente parecía haber ascendido hasta su garganta y formado un nudo que le cortaba la voz. Debido a eso no había podido pronunciar palabra alguna cuando llegó; así que simplemente se dirigió hacia él y se dejó caer de espaldas contra el muro debajo de donde se encontraba y se deslizó hasta el piso; y como si eso hubiese sido el interruptor, las lágrimas finalmente brotaron incontenibles por primera vez.

Los recuerdos de un pasado distante se agolparon en su mente, incluso recuerdos ínfimos que creía haber olvidado. Y en todos ellos la mirada y sonrisa cálida del presidente eran la constante.

Se llevó ambas manos a la cabeza y cerró con fuerza los ojos y lloró en silencio, solo acompañado por el sangrepura dormido e impasible en ese ataúd de hielo.

Al cabo de un rato secó sus ojos y miró un punto invisible en el piso.

—¿Sabes?, desde que me acogió en su casa... no... más bien desde que me tomó en sus brazos y me sacó de la casa destruida dejando atrás los cuerpos de mis padres y la imagen de toda esa sangre esparcida por el piso y la nieve... desde ese momento Kaien Cross se convirtió en mi segundo padre.

Se miró las manos; un ligero temblor persistía en ellas producto de haberse estado conteniendo por horas. Además, la evidencia de que la Bloody Rose deseaba manifestarse era visible en su brazo derecho.

—Ojalá hubiese podido acabar con todos. —dijo apretando la mandíbula.

La imagen de Cross en aquel callejón con la ropa empapada en su sangre y luego convirtiéndose en polvo frente a todos durante la ceremonia, vino a su mente. Sus ojos se tornaron carmesí y apretó nuevamente los puños.

—Ese día perdí todo y en verdad deseaba estar muerto. No me pregunté siquiera por lo que pasaría conmigo después de ser mordido, lo supe apenas sus colmillos atravesaron mi piel y sentí que mi cuerpo se incendiaba; si no había muerto sólo podía esperar una cosa... Pero él no me abandonó... — Sonrió con amargura. —Nunca le dije que le agradecía lo que había hecho por mí. Siempre creí que lo peor que me había podido pasar era haberme convertido en un vampiro, por años no pensé en algo diferente a que era una maldición; y como siempre no tuve el valor de decirle lo que sentía...



[....]


Kaname observó detenidamente el libro que Ren había traído consigo y al cabo de unos segundos comprendió de lo que se trataba.

—Este álbum perteneció a Cross Kaien... —dijo Ai —madre siempre lo quiso y lo miró muchas veces.

Kaname sintió sus latidos aumentar, estaba seguro de que los chicos estaban al tanto de eso, pero no parecían tomarle importancia, simplemente lo miraban tranquilamente. Llevó una mano a la cubierta y deslizó la punta de sus dedos sobre ella.

—Así que aquí es donde se recogen los recuerdos que te fueron confiados ­—Dijo dirigiéndose a Ai. Luego tomó el álbum y lo observó. Era muy grueso; las tapas estaban forradas de cuero envejecido y desgastado por los años; y una correa ajustada a un broche plateado las cerraba.

¿Cuántas fotografías habría allí?, ¿Podría saber más de sí mismo?... En su estómago se hizo un hueco, ¿Ser visto a través de los ojos de alguien más le daría esa oportunidad?... Y además, darle rostro a ambos...

EN OTRA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora