Vacaciones

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El resto del día lo pase con la cabeza en otro lado. No podía dejar de pensar en las palabras de Jackson.
¿Yo le gustaba? No podía ser, él era muy atractivo y podía tener a cualquier chica. Yo era la capitana del equipo de animadoras, pero había chicas más lindas, supongo.
No sabia que decirle, debería decir ¿que él también me gustaba? O ¿ignorar sus palabras para conservar la amistad?
Estaba realmente confundida.
Por otro lado, estaba Sean, el había sido muy bueno conmigo, ademas de la cita. No podía dejarlo así como así.
No sé que pensar, en un momento así solo necesito a una persona.

En la tarde cuando ya me econtraba en casa llamé a Jenna para que me ayudara a pensar.

Estaba acostada en mi cama, viendo el techo y pensando en blanco, cuando alguien apareció por la puerta.
-. Ey, ¿estas bien?-. Por supuesto que no estaba bien. Y me levante para mirarla.
-. Claro que no, ven.- le dije palmando en la cama a mi lado.
Le conté absolutamente todo, Jackson y nuestra discusión en medio pasillo, él beso, y después mis sentimientos hacia él y Sean.
Ella por supuesto espero callada a que terminará de hablar para procesar todo, supongo.
-. Wow, no sé que decir.- dijo mirando a la nada.
-. Deberías darme un consejo, y que sea bueno.- le dije como si fuera obvio.
-. Tal vez deberías alejarte de ambos.- y por primera vez, escuchaba algo que de verdad me serviría. Tomar aire, tranquilizarme y alejarme de los chicos.
-. Tienes razón, falta muy poco para vacaciones de invierno. Podríamos irnos, ¿no? Tomar un vuelo a cualquier lugar.- dije con una sonrisa.
-. Bueno eso no es lo que tenia en mente, pero de cierto modo eso es alejarse bastante, me agrada.-
-. ¿A donde te gustaría ir?-.
-. Eso ya lo veremos.- dijo con una sonrisa malvada. Y se fue de la habitación. Espere un momento hasta que regresó con uno de esos mapas del mundo giratorios.
-. Esto es muy cliché.- le dije.
-. Cierra los ojos.- me dice y lo hice.
-. Dame tu dedo.- y escuché que hizo girar el pequeño planeta tierra.
Giró un momento hasta que Jenna puso mi dedo en algún punto y cuando abrimos los ojos, era perfecto. Italia.
-. ¿Te gusta Italia? -. Me pregunta.
-. ¿Bromeas? Mi madre me hizo estudiar Italiano desde que era pequeña, es excelente.- le digo alegre.
-. Entonces Italia será.-
-. Por cierto, ¿como entraste a mi casa?-.
-. Tengo una llave.
No me sorprendía.

Quedaba una semana para comenzar el receso de invierno, tendríamos un mes, estaba bien por nosotras. Nuestros padres habían dicho que si, después de todo, este año sería en el que mas tiempo tuviésemos libre.
Mi madre, acostumbrada a viajar siempre, tenia un apartamento en Italia, cerca de la ciudad, así que eso era un punto a favor.

Al comienzo de la semana, evité constantemente a los chicos, no quería mas cosas en las que pensar. Esta semana debería aprobar tres exámenes finales. Había estudiado todo el fin de semana.
La primer hora, Historia, fue un examen fácil, estaba todo lo que había estudiado y por suerte me acordaba de todo.
La segunda hora, Biología avanzada, si, con Sean. Como era un examen, Sean no tuvo oportunidad de hablarme, nada mas que un "Hola Lydia" que respondí amablemente. Él examen estuvo fácil, amaba biología.
La tercer hora, Cálculo, demonios, odiaba esta materia. En el examen me fue más o menos, pero estaba segura de que aprobaría.
Evite comer en la cafetería para no encontarme a los chicos. Así que compre algo y fui a sentarme en el césped del jardín.
El resto del día tenía entrenamiento con las animadoras, así que no me cruce a los chicos porque ellos entrenaban del otro lado del campo.

Y así pasó la semana, comía sola, caminaba sola, hablaba con gente que nunca había visto.
Era Viernes, nos iríamos mañana por la mañana.

Estaba caminando con mis libros hasta Química y escuché mi nombre, conocía esa voz, asi que no me detuve.

-. Lydia, por favor espera.-
-. Que quieres Jackson.- le dije mientras no dejaba de caminar.
-. Puedo saber ¿por qué me estas evitando?-.
-. Yo no te estoy evitando.- mentí.
-. Y por que ya no te sientas con nosotros ni nos hablas.-
-. Me gusta tomar aire en el almuerzo.- Era verdad.
-. No me jodas Lydia, dime que pasa.-
Y justo cuando iba a responder, la campana me salvó.
-. Lo siento, tengo clase.- y me alejé.

Al final del día llegué a casa para hacer mis maletas. Mientras lo hacia iba contando con mis dedos. Cepillo de dientes, ropa, zapatillas, sweters, botas, etcétera.
Me dormí en un desorden enorme.
En la mañana cuando el despertador sonó, metí todo en la maleta y me vestí, cepille mis dientes, me peine, comí algo y el taxi ya estaba esperándome afuera.
Cuando llegué a la casa de Jenna ella se subió y fuimos juntas al aeropuerto.
Despachamos las maletas y nos quedamos esperando a que el vuelo saliera. Jenna sacó su celular y yo iba a sacar el mio cuando recordé que no lo había agarrado en la mañana. Dios, era una estúpida, lo había olvidado.

Cartas de Amor a LydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora