Conflictos

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Había estado pensando toda la noche en mi cota con Jackson. Era un chico totalmente inentendible, un día era un completo idiota, y al otro, la persona más dulce en la tierra. Definitivamente ponía mi mundo de cabeza. Y lo cierto, era que eso no me disgustaba del todo.
Jackson era un chico malo, pero por dentro, era lo contrario. Lo conocía desde los diez años, cuando "accidentalmente" me empujo en un recreo tirándome el almuerzo. Desde ese día  él supo que nos llevaríamos bien. Y yo solo seguí la corriente.
Con su familia, la cosa esta complicada. Su madre murió cuando el tenia solo quince años, cancer. Todo eso le afectó demasiado, ya que eran muy unidos.
Respecto a su padre, nadie lo sabe, él nos ah dicho que nunca lo conoció.

En la mañana me desperté un poco tarde y corrí a la puerta, cambiándome en el camino. Jenna pasaría por mi a las siete en punto. No debía llegar tarde o perdería el examen de biología avanzada.
-. Ey chica, te vez... Bien.- dijo Jenna torciendo la cara y elevando su ceja izquierda.
-. Anoche no pude dormir, ¿debería contarte lo sucedido con Jackson ayer después del instituto?-.
-. Oh dios, pero claro que si, habla ahora.- Me exigió mientras conducía rumbo al instituto.

Durante el viaje le conté a Jenna con detalle mi pequeña escapada con Jackson al villar. A ella pareció agradarle la noticia, pues prefería a Jackson antes que a Sean.

Al llegar al instituto, me dirigí rápidamente hacia el salón de biología, quería evitar a Sean, aunque lo vería a mi lado ya que era mi compañero, pero no tendríamos tiempo para hablar debido al examen.

-. Ey Lydia, ¿Todo bien?-. El innombrable.
-. Sean, excelente, ¿y tú?-.
-. Bien, pero no eh estudiado nada, me ira fatal, lo presiento.-
-. Tal vez, pero velo se otro modo, eres inteligente, recuerda lo explicado en clase y aprobarás.- le dije con una sonrisa.
-. Eso espero, gracias Lydia.-
-. De nada.- le dije mientras sacaba un par de hojas de mi cuaderno.
Sean no me había hablado acerca de nosotros y eso de alguna manera me daba paz interior, puesto que yo no estaba lista para hablar sobre mis sentimientos. Ya que ni yo misma los entendía.

En el almuerzo fui con Sean a la cafetería y al llegar nos dirigimos a la mesa de siempre, donde se encontraban todos. Pude ver que cuando Jackson vio que me senté junto a Sean, cambio su cara por una más seria y su sonrisa se borró. No estaba segura de lo que eso significaba.

-. Oigan chicos, me largo, tengo dos horas de matemáticas, me las salteo.-
-. Vamos viejo, nos toca juntos.- dijo Jordan.
-. Pero si tú no haces nada Jordan, tengo que hacerlo todo yo, porque te la pasas echándole ojitos a la profesora.- dijo Jackson rodando los ojos.
-. Pero es que esta buena viejo.- repuso Jayden apoyando a su hermano.
-. Bueno, pero hoy no tengo ganas de nada.- dijo tomando sus cosas y se marchó.
Jenna y yo nos miramos de inmediato, no entendíamos esta escena, hasta que Sean me dijo
-. Ve por él.-
Le di una mirada comprensiva y tome mis cosas siguiendo su paso. Sean era realmente una gran persona.
-. Jackson espera.- grité al ver que no se detenía.
-. Qué.- me respondió seco, volteándose rápidamente.
-. ¿Por qué te vas?.-
-. No te hagas la tonta Lydia, no sé que jueguito estas jugando entre Sean y yo, pero te digo que renuncio. No seré la segunda opción de nadie.- me dijo frío.
-. Yo no estoy jugando a nada.- me apresuré a decir.
-. Bueno, cuándo dejes de actuar como niña, hablaremos.- dio la vuelta y se fue.
Yo me quede completamente estupefacta, ¿yo jugando un juego entre él y Sean? Debía arreglar esto, y rápido.

Al final de clases, volví a casa en autobus. Estaba cansada así que comí algo y subí a mi habitación, pero esta vez algo llamó mi atención, mi ventana se encontraba entreabierta, como si alguien hubiera entrado.
Me asusté. Pero me dije a mi misma que debía investigar en busca de algún extraño en la casa.
Revise en mi habitación y la de mi madre, nada. Cuando bajé por las escaleras escuché un ruido en la cocina, revisé la sala y no había nadie, fui a la cocina y divise una sombra, yo tenía entre mis manos un palo de hockey antiguo de cuando era niña.
Entré de un salto y vi que era el gato del vecino sobre la mesa del lavado.
En ese momento mi corazón se tranquilizó y volví a respirar con normalidad.
Maldito gato, que susto me había dado.

Cuándo subí a mi habitación, después de sacar el gato, encontré una nota en mi ventana.
Juré a mi misma que antes no se encontraba ahí, y si, la nota no estaba ahí antes y además era de una tonalidad particular... Negra. Mi corazón dió un respingo, al leer lo que contenía dentro.

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2018 ⏰

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