Grandes Noticias

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Dios. Esto me asusta tanto. Y lo peor de todo, es que no se que hacer con la situación.

Me quedé sentada en la escalera mirando a la nada mientras tenía la carta entre mis manos. No podría acostumbrarme a esto. A que constantemente este misterioso hombre este viéndome o ¿que tal si me seguía?
Esto tenía que parar. Y encontraría la forma.

Revise mi teléfono y encontré un mensaje de un número desconocido.

-. Hola Lydia, soy Luke.-
Oh dios que susto me dí.
-. Ey, Luke, ¿Cómo va todo?
-. De maravilla, solo que me gustaría volver a verte. Ya sabes, ir a tomar algo.-
-. Me encantaría, te avisaré cuando regrese a Italia.-
-. Aquí te espero.-

Una hora despues llegó mi madre e hizo la cena. Nos sentamos en la mesa y conversamos sobre algunas cosas del instituto.

-. Cariño, ¿comó te fue en tu viaje?-.
-. Excelente. Me gustó absolutamente todo, quisiera volver pronto.- dije sonrojandome.
-. ¿Has conocido a alguien?-. Me miró como si lo supiera todo.
-. De echo si, un chico. Se llama Luke, es muy guapo.-
-. Oh cielo, que lindo.- me dijo apretando mi mano con cariño.
-. Me invitó a una cita para cuando regrese a Italia.-
-. Y volverás pronto.-
-. ¿Qué? ¿Por qué lo dices?-.
-. Porque estaba pensando, desde hace algunos meses en realidad. Que me gustaría que estudies allí. Ya sabes, en la universidad.
-. Wow mamá, ¡no puedo creerlo! ¿Es encerio?-. De verdad no podía creerlo.
-. Si claro que si. Ya sabes, podrás quedarte en mi apartamento, podría ser tuyo. Y tienes algunas universidades cerca. También puedes decirle a Jenna.
-. Te amo mamá. ¡Gracias, gracias, gracias!-. La abrace con todas mis fuerzas. Esto era increíble.

Después de la cena, corrí a mi habitación para llamar a Jenna.

*Al primer tono de llamada*
-. ¿Lydia?-.
-. Si, tengo grandes noticias. No sólo grandes, grandísimas noticias.
-. Cuéntame vamos.-
-. Mi madre me ofreció estudiar en Italia. ¡Viviré en su apartamento!-. Le dije con una sonrisa enorme a pesar de que no podía verla.
-. Eso es realmente grandioso.-
-. Y hay otra cosa aún mejor.- le dije.
-. ¿Qué?-.
-. Si quieres puedes venir a vivir conmigo. Estudiaremos juntas en la Universidad.-
-. ¡No puede ser!-. Y podía jurar que escuchaba como saltaba sobre su cama de alegría.
-. ¿Es increíble no?-.
-. Realmente si lo es.-
-. Escucha tengo que colgar, se hace tarde y mañana hay instituto.- Le dije.
-. Tienes razón, mañana celebraremos. ¡Adiós!-.
Y colgué.

Me tire de espaldas sobre la cama y mire el techo. No podía creer todo esto. Jenna y yo viviendo juntas, estudiando en la Universidad, siendo independientes. Era increíble. Nuestro sueño que habíamos creado desde pequeñas se cumpliría.

En la mañana, cuando me levante para ir al instituto, mi madre estaba abajo, esperándome para desayunar.
-. Lydia, ¿Quieres tostadas?-. Me preguntó.
-. Claro.- y me hice un café.

Cuando terminamos de desayunar, me fui a vestir y preparar para irme. Agarre las llaves del auto y fui directo al Instituto. Hoy no llevaría a Jenna, Nick pasaría por ella. Debían charlar sombre el tema de irse a Italia.

Al llegar, estaban los chicos esperándome en la puerta. Jordan y Jayden corrieron a abrazarme. Mientras que Jackson estaba apoyado sobre la pared con los brazos cruzados mirando hacia otro lado. Y Sean estaba viéndome llegar.

-. Que hay chicos.- les dije con una sonrisa. Los extrañaba, siempre fueron mis amigos.
-. Mira quien nos habla ahora, hace un mes nos ignorabas.- dijo Jackson de mala gana.
-. Necesitaba tomar aire.- dije.
-. Respetamos eso.- dijo Sean mirandome comprensivamente.
-. Tiene razón.- dijeron Jordan y Jayden señalando a Sean.
-. ¿Vamos a clase? Jenna llegará un poco mas tarde, fue a hablar con Nick sobre un tema importante.- aún no quería contarles sobre estudiar en Italia.
-. No espera, ¿Dónde has estado?-. Dijo Sean.
-. ¿Cómo te fue?-. Dijo Jordan.
-. En el almuerzo les contaré todo, ¿si?-.
-. Me te vale.- dijo Jayden.

Cuando estaba caminando hacia mi clase me voltearon del brazo. Era Jackson. Su mirada oscura caía sobre mi como un león viendo a su presa.

-. Lydia tenemos que hablar.-
-. Ahora no puedo.- le dije.
-. Ven.- y me agarro de la muñeca hasta llevarme dentro del cuarto del conserje.
-. Suéltame, me lastimas Jackson.- y me soltó rápidamente.
-. Lo siento. Yo solo quería hablarte. ¿Por qué no has respondido mis llamadas?-.
-. Me eh dejado el teléfono.-
-. Me tenias tan preocupado, pensé que me odiabas. Ni siquiera sabía donde estabas.-
-. Jackson no te odio. Pero tienes que entender que necesito espacio para olvidarme de lo que siento.-
-. ¿Sientes algo por mi?-. Me encerró contra la pared. Su rostro estaba a centímetros del mio.
-. No, no.- Tartamudié. Su cercanía me ponía nerviosa.
-. Mientes.- y se acercó más.
-. Déjame ir a clase.-
-. No hasta que me digas la verdad de por qué te has ido sin el móvil a un lugar tan lejos y no me has dicho nada.-
-. Yo te dije que me lo olvidé en casa.-
-. Mientes otra vez.- y se acercó más. Increíblemente nuestras bocas estaban por tocarse.
-. Dime la verdad.- y acarició suavemente mi mejilla.
-. Esta bien, me fui porque quería olvidarme de ti.- le solté.
Lo alejé de mi y salí del pequeño cuarto. Quedó con la boca abierta.
-. Y que te quede claro, que esto no va a volver a pasar.- podría haberse oído mal sabiendo que salía de un cuarto oscuro y pequeño con un chico tan sexy como Jackson. Pero no me importaba.
-. Cuando quieras repetimos.- grito Jackson y todos en el pasillo voltearon a ver la escena.
Me alejé completamente enfadada de ahí. Maldito Jackson Catler y tu encanto hacia las mujeres.

Cartas de Amor a LydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora