Italia

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El viaje fue largo, pero valió la pena. Cuando llegamos al departamento nuestras palabras fueron -.Wow.- todo era hermoso, muy lujoso y nuevo, había dos habitaciones, una sala espaciosa, una gran cocina con comedor y un baño. Y lo mejor era que todo era para nosotras.
Desempacamos rápido y nos vestimos para salir.
-. Vamos a comer algo, tengo tanta hambre.- Me dijo Jenna.
-. Vamos a la torre inclinada de Pizza.- le respondí.
-. Amo la pizza.-
-. También yo.-
Caminamos unas calles y Jenna le tomaba fotos a todo con su cámara, le pedimos a una mujer que nos sacara una foto juntas.

-. Gracias.- Le dije a la mujer y se alejó, al parecer no entendía muy bien nuestro idioma.
-. Esta hermosa.- dijo Jenna viendo la foto. Me acerqué para ver.
-. Me encanta, vamos a comer.-

La pizza era riquísima nos encantó, tenia un sabor único.

Recorrimos las calles y fuimos a varios museos. Todo era hermoso.

-. Deberíamos volver a casa, esta por anochecer.- dijo Jenna.
-. Claro.- Le respondí, estaba cansada.

Caminamos al departamento y cuando la noche llegó, las calles se iluminaron con unos faroles brillantes que se encontraban a los lados.

Nos cruzamos con unos chicos muy guapos que andaban en unas Vespa preciosas.

-. Buena noche.- les dije en Italiano.
-. Igualmente.- me respondieron con una sonrisa.

-. Pero si son muy guapos.- dijo Jenna con una sonrisa atrevida.
-. Tienes novio.- le recordé  golpeándola con el codo.
-. Pero si no hice nada.- Dijo encogiéndose de hombros.
Me dí la vuelta y vi al chico de pelo oscuro sonreír, era realmente lindo, se le formaban hoyuelos a los lados de su boca.

Al llegar, cocinamos pastas. Mi madre había llenado el refrigerador de comida. Le agradecí mentalmente por eso.
Y luego nos fuimos a dormir, había sido un largo día.

En la mañana, me desperté y fui a la cocina. Me preparé un café e hice tostadas. Jenna se levantó una hora después.
Fui a ducharme y me preparé para salir, espere a Jenna y salimos a caminar.
Era medio día y teníamos hambre, llegamos a un bar, se veía lindo por fuera, asi que entramos.

Una mesera nos llevó hasta una mesa para dos junto a un ventanal enorme que tenia una gran vista y nos dió la carta de comidas.

Y luego lo ví, el chico de la otra noche. Era mesero, se dió cuenta de que lo estaba viendo así que vino hasta nosotras.
-. Señoritas, ¿en que puedo ayudarles?-. Oh oh, hablaba nuestro idioma. Espero que no haya escuchado lo que dijimos sobre él la noche anterior.
-. Eh...-. Me quedé sin habla, se me había olvidado lo que íbamos a pedir.
-. Queremos el menú del día y dos refrescos.- dijo Jenna.
-. Enseguida.- dijo el chico viéndonos con una sonrisa.
No se como podía sonreír todo el tiempo.

En poco tiempo ya estaba de vuelta con nuestros platos. El menú del día era Espaguetis con albóndigas. Delicioso.

Estaba hablando con Jenna sobre compras cuando voltee a ver la barra de bebidas y ahí estaba él, viéndome con una sonrisa de oreja a oreja. Desvie mi mirada rápidamente.

-. ¿Que planes hay para hoy?-. Dijo Jenna.
-. Podríamos alquilar unas Vespa y pasear por la ciudad en moto.- amaba las motos.
-. Pero si yo no se andar en moto.- Demonios, lo había olvidado.
-. Entonces te enseño, ¿Qué tal?-.
-. Esta bien, nunca es tarde para aprender ¿no?-. Tenia razón.

Cuando pedimos la cuenta, evité mirarlo a los ojos, su mirada color gris me ponía nerviosa. Pagamos y le dejamos propina.

Fuimos caminando hasta un lugar que rentaba motos por día y encargamos una Vespa, era color crema.

Llevé a Jenna a un estacionamiento vacío y le enseñé como se debía conducir. Frenos, acelerador, cambios. Por suerte aprendió rápido, no era nada de otro mundo.

Fuimos al mismo lugar a pedir otra moto, era para mí, roja. Me encantaba.
Paseamos por todos lados, fuimos a muchos pueblos pequeños que se encontraban cerca y disfrutamos cada momento. Parábamos seguido para tomar fotos del paisaje y la arquitectura. También de nosotras.

Se estaba haciendo tarde, así que fuimos a dejar las motos para volver al departamento. Pero en el camino nos encontramos a los mismos chicos otra vez.

-. Eh chicas.- dijo el que estaba al lado del chico sonrisa.
Y seguimos caminando.
-. Chicas.- dijo acercándose trotando.
-. No las molestes.- dijo el chico sonrisa un poco mas atrás, apoyado en su moto.
-. Pero si están muy guapas Scott.-
Ahora sabía que el chico sonrisa se llamaba Scott. Era un bonito nombre.
-. Que las dejes.- dijo cansado.
-. ¿Por qué?-.
-. Porque yo lo digo Nate, son turistas.- al parecer el pesado se llamaba Nate.
-. Que tengan buena noche.- les dije en Italiano.
-. No hablamos del todo bien italiano.- dijo Scott acercándose.
-. Buenas noches.- le dije.
-. Lydia vamos.- dijo Jenna agarrando mi brazo.
-. No espera, tu sabes mi nombre, pero yo no se el tuyo.- dijo Scott mirandome fijamente.
-. Lydia.- le respondí.
-. Bueno, yo soy Scott.- y me tendió la mano.
-. Un gusto, ella es Jenna.- le dije devolviendole el apretón de manos.
-. Hola Jenna. La chica que tiene novio ¿no?-. Le dijo a Nate.
Me congelé. ¿Había oído lo que dijimos la otra noche?
-. Eh si, y ya nos vamos.- dijo Jenna arrastrandome.
-. Adiós.- dijeron Scott y Nate.

Cartas de Amor a LydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora