Capitulo 4

3.1K 334 12
                                    

Pronto las calles de Londres volvieron a la vida, al sentir el ruido del carruaje que se aproximaba en la penumbra de la noche, Lord Gastron había retornado, cuando llegó a su Mansión, se encontró con la sorpresa de que su hijo y  esposa se habían marchado a Sussex.

---Bueno bueno, creo que les haremos una visita sorpresa--- con aire malicioso--- retirándose hacía su recámara.

Henry y Sarah, se hallaban ajenos a lo que sucedía en Londres, durante la mañana de ese día, decidieron ir a recorrer el pueblo, justo había llegado una caravana de gitanos y entre ellos una adivina que era el principal espectáculo de la feria, los murmuros entre los presentes no se hicieron esperar y Sarah sintió tanta curiosidad por la mujer que pidió a Henry que la llevara hasta ella. Al joven caballero, no le hizo mucha gracia, pero al ver los ojos perspicaces y llenos de asombro de su madrastra decidió acompañarla hasta la carpa.

Un hombre que se hallaba en frente pidió dinero a Henry, quién tuvo que sacar unas cuantas monedas y pagar por el servicio.

---¿Quien de ustedes desea saber su fortuna--- preguntó.

---Yo--- contestó  tímidamente Sarah.

---Entonces, pasa--- levantando la carpa para que entrase, tímidamente se adentró seguida por Henry que a último momento se le impidió el paso.

---Ella, sola--- manifestó el hombre. Sarah giró con dirección a Henry, pero éste le hizo una señal de que fuera sin temor. Una vez adentro, la rubia miraba con detenimiento los artefactos, había de todo desde plumas hasta unos amuletos bastante extraños.

---Tome asiento--- dijo una voz aguda y escalofriante, ocasionando que Sarah diera un brinco de asombro.

---Que es lo que deseas saber--- entrecruzando los dedos--- tu suerte en el dinero, o tal vez en el amor--- echando una sonora carcajada. Dichas palabras hacían inquietar aún más el agobiado corazón de Sarah.

---Deseo saber si podré ser feliz--- dijo tartamudeando.

---Veamos--- sacando una baraja de tarot---Parte en tres este maso, con la mano izquierda---- mientras fijaba sus ojos en el rostro de la rubia.

Sarah, obedeció y partió en tres el maso, tal como le pidió. La mujer nuevamente barajo aquellas cartas y las extendió sobre la mesa.

---Veo que has sido muy miserable--- tomando aire--- Sin embargo, veo una luz, es de un joven que te protege bastante--- guardando silencio unos minutos--- la muerte lo persigue, al igual que a tí...Veo un hombre mayor que te hará muchísimo daño--- dio un golpe a la mesa--- ¡Estas maldita! Ocasionaras la muerte de dos personas---

Sarah puso los ojos en blanco, y un escalofrío hizo que se erizase su piel ---¿Que debo hacer?--- preguntó con cierto nerviosismo

---Deberías irte antes de que sea demasiado tarde--- fijando su mirada. Sarah ya no quiso escuchar y salió llorando de la carpa, aquella revelación la estremeció ---¿Y si fuera verdad?--- pensó ---No podría perdonarme si algo te pasará.. Henry--- moviendo la cabeza de un lado al otro; repentinamente sintió una mano en su hombro e hizo un grito ahogado.

---Todo bien--- preguntó, manteniéndose impertérrito.

----Si...Si--- sin poder mirarlo a la cara--- creo que debemos irnos----

---Pero si estabas tan feliz de venir--- musitó.

----Este....Pues... Verás---- suspirando--- deseo ir al lago que está cerca de la Mansión.

----El cielo está nublado, temo que llegué una tormenta--- alzando la mirada--- pero si quieres ir...vamos--- guiñándole un ojo, la tomó de la mano y se mezclaron entre los lugareños; antes de que pudieran llegar comenzo a lloviznar por lo que sabían que debían buscar refugio.

---Por lo visto mis predicciones fueron ciertas--- encogiéndo los hombros.

---Ahora que haremos--- tiritando de frío.

---Conozco un lugar muy cerca de aquí--- suspirando--- debemos correr un poco.

Ambos corrieron, disfrutando como las gotas de lluvia caían sobre sus rostros, por un momento Sarah olvidó lo que le dijo la adivina, estaba feliz de chapotear y reír junto con Henry, finalmente la vida estaba llena de momentos. Cuando llegaron al lugar, Sarah arqueó una ceja e hizo una mueca de burla, el refugio estaba lleno de goteras y sólo un pequeño sitio se mantenía seco, Henry la jaló  y la estrechó entre sus brazos.

---¿Estas bien?--- preguntó incrédula.

---Quedemonos un momento más así... Por favor--- con tono nostálgico.

Sarah asintió y se quedó pegada a él como si no existiera un mañana, la tormenta continuaba pero ellos dos necesitaban cercanía. Henry, se apartó lentamente para acariciar el rostro de la rubia, quién ante el roce se estremecía, deseando cada vez más.

En un determinado momento, sus ojos se cruzaron y sus labios se acercaron, hasta que finalmente se besaron; aún principio fue tímido y suave, pero con el pasar de los minutos se intensificó el movimiento, hundiéndose en la pasión y el éxtasis.

Poco a poco, fueron inclinándose hasta estar apoyados contra el suelo, una vez en posición empezaron a despojarse de sus ropas  que los aprisionaban.

Intima TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora